Los ataques a Rossemberg Rivas, quien junto a otro grupo de salvadoreños y salvadoreñas fue escogido para ser parte de los embajadores de marca país, me han dejado impresionada. No es que no tenga claro el nivel de machismo que tenemos en El Salvador, sobre todo de ese macho “cavernícola” de los que sobran en nuestras calles, que caminan hacia adelante porque Dios es grande...
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Los cantos con voces de los niños y niñas siempre te generan alegría, tranquilidad y esperanza, por eso no me extraña que en el spot de fin de año y Navidad del gobierno volvieran a salir las melodiosas voces e imágenes de la niñez.
Pero la realidad en cuánto al tema de seguridad sigue siendo la misma, las voces de estos niños solo opacan el llanto de los otros niños que se han quedado huérfanos, porque la violencia les arrebató a su padre, madre o ambos... También es silenciada por los sollozos de los niños que son abusados física, emocional y sexualmente, y también están los otros llantos de los niños de lujosa vecindad que está Navidad no recibieron lo que pidieron.
Desde hace dos legislaturas se ha buscado desde la Asamblea Legislativa y que se prohíba desde la Constitución el matrimonio igualitario –NO ES MATRIMONIO GAY, es un error usar ese término- y los discursos para justificar esta reforma han sido basados en fundamentos religiosos, lo cual es interesante porque entiendo que vivimos en un Estado laico y como tal debe legislar para mantener la armonía y convivencia pacífica de sus ciudadanos, no importando credos religiosos, opciones políticas y ciertamente sin tomar en cuenta la orientación sexual e identidad de género y/o expresión de género.
Hace unos días asistí a la entrega de los premios Crisálida. Dichos premios buscan reconocer a las personas, activista y/o organizaciones, estatales o no, por su labor en la promoción y defensa de los derechos de la población de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales, por sus siglas -LGBTI. El evento fue realizado en el salón de honor de la ex casa presidencial, contando con una buena asistencia de organizaciones y de personas aliadas en esta lucha de reivindicación de la población que históricamente ha sido excluida, discriminada y atacada virulentamente dentro de nuestra sociedad, con actos desde negarles acceso a la salud, al trabajo, incluyendo insultos verbales y llegando hasta agresiones físicas que han costado la vida a cientos de personas, crímenes que se han sido invisibilizados por las instituciones que teóricamente deberían protegerles, por su calidad de ciudadanos y seres humanos.
La ignorancia es atrevida, por ello muchos atrevidos/as opinan de temas que no conocen, pero el problema es que no sólo opinan si no que buscan imponer su criterio y se erigen como “elegidos/as” que nos señalan lo bueno y lo malo, dejando de lado los tonos grises y los puntos en los cuales podemos llegar a acuerdos.
Una de las principales cosas que como sociedad debemos hacer, si queremos salir adelante, es aprender a escuchar, leer y respetar las opiniones de los demás. La orientación sexual o la identidad de género no puede ser parámetro para evaluar si una persona es buena, mala, ni en lo particular ni en lo profesional, menos viniendo de personas tan imperfectas como ellos/as –el resto de seres humanos/as- la verdad es que la estabilidad de orientación heterosexual no se cambia, quien nació con esta orientación no podrá jamás volverse en una orientación homosexual, porque las orientaciones no son gripe, no se previenen, no se pasan y no se curan[1].
Todos saben que de manera abierta apoyo los derechos humanos y que estos deben ser reconocidos a la comunidad LGBTI –Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, e Intersexuales- aclaro la “I” no es “indefinidos”, los intersexuales también conocidos como hermafroditas, personas que nacen con ambos aparatos reproductores –masculino y femenino- sean estos expuestos –a la vista- o solo de manera interna, aclaro esto porque por ahí leí a una “iluminada” que cita de manera errónea la última letra de la sigla; por eso nuevamente repito, la ignorancia es atrevida.
Me llama profundamente la atención el bloqueo mental y emocional que muchas personas tienen hacia la comunidad LGBTI ese profuso deseo de querer decir a qué tienen derecho y a qué no, solo me recuerda al puñado de hombres y mujeres blancos que dentro de su omnipotencia decidían si los hombres y mujeres de color podían ir al mismo baño que ellos iban, así es la realidad, claro nadie quieren que los comparen con los caballeros blancos (KKK) o actuales SkinHead, pero muchos se han vuelto en esto y les recuerdo que ellos también lo hacían, y lo hacen, con una profunda inspiración “cristiana”, también su doctrina está basada en “proteger” a la familia, mujeres y niños de la “amenaza” de quienes no son como ellos/as.
Quieran o no aceptarlo esta comunidad existe y siempre ha existido, su constante rechazo hacia ellos y ellas, no los hará desaparecer. De ninguna manera estas personas representan una amenaza para la civilización.
La construcción social que nos dice qué debemos de esperar cuando vamos a ser padres/madres de nuestro futuro bebé, hace que muchas familias rechacen a sus hijos/as con orientaciones sexuales diferente a la heterosexual y los dejan en el abandono, a su suerte, es triste que esto se promueva también desde editorialistas que dicen defender la vida, pero ellos y ellas naturalizan el odio hacia esos bebés que nacen con identidades de género u orientaciones sexuales diferentes e impulsan desde su omnipotencia, y biblia bajo el brazo, a rechazar a sus propios hijos/as o peor aún inducen a torturarlos con “terapias reparativas” con las que aseguran que previenen o evitan que su hijos se vuelva gay, cosa más absurda además de ilegal pues la Asociación Americana de Psiquiatría y Psicología ha prohibido dichas terapias, pues lo único que logran es destruir la autoestima de estas personas y las induce a conductas autodestructivas , incluso al suicidio[2]. Yo no creería en una persona que me habla de “sí a la vida” y luego me dice que debo dejar que torturen a mi hijo o hija para cambiarlo, puesto este personaje en su infinita infamia los ve como abominación o enfermos y no les permitirá ejercer ningún derecho dentro de la sociedad “pura” que tienen en su mente, y que hasta la fecha se niega a aceptar la separación entre iglesia y Estado.
Mi columna está dirigida a ustedes padres/madres amigos/as o demás familiares que saben que su hijo/a, amigo/a o pariente tiene una orientación sexual diferente a la heterosexual o tienen una identidad de género que no responde al sexo con el cual han nacido: no los rechacen, no escuchen a estas personas que les invitan a torturar a su hijo/a, pariente o amigo, menos el sacarlo de su hogar porque puede “contagiar” a sus demás familiares, no le haga sentir que él o ella es un error o abominación, solo recuerde su hijo/a no le pidió venir al mundo usted lo trajo –planeado o no- y es su deber apoyarlo en el proceso que inicia pero sobre todo su deber es informase adecuadamente con base científica y buscar grupos de apoyo; existimos muchas familias que ya vivimos este proceso con algún familiar y lo hemos superado y ahora estamos de la mano con él o ella.
No se culpe tampoco, los padres/madres no son culpables, esto es natural completamente.
Le pido se acerque a la organización de familiares y amigos por la diversidad sexual, DE LA MANO CONTIGO, donde encontrará grupos de apoyo y estudio, no se meta al closet, salga y levante la frente, tome a su hijo/a, hermano/a, primo/a, tío/a, amigo/a de la mano con orgullo, porque nada ha cambiado ni cambiará en su relación con él o ella y por favor haga caso omiso a estas personas que hablan de amor y al final solo promueven el odio, la exclusión y la discriminación.
Les dejo los sitios de contacto:
@Delamanocontig1
Facebook aquí.
Correo: [email protected]