« El ministro y yo | Inicio | El Ministro y yo (segunda parte) »
Me llama la atención cuando un candidato habla de sus habilidades y estas son diferentes a las que uno espera, como el caso del candidato a diputado Johnny Wright Sol. En su currículum, Wright Sol dice haber sido bombero en Estados Unidos. No me cabe duda de que si lo pone en su hoja de vida y lo resalta cuando puede es que esto es cierto, por eso, a diferencia de muchos que se molestaron porque llegara a dar apoyo a los bomberos salvadoreños que estaban luchando contra el feroz incendio que se desató en el Centro Comercial las Cascadas, a mí no me molestó y me pareció obvio que lo haría, es más, si no lo hace yo habría pensado que no era solidario con sus colegas nacionales.
En realidad pensé que ARENA sería más inteligente ante este evento y se pondría en posición de abanderar las reivindicaciones de nuestros bomberos, los cuales está demás repetir –porque todos los medios lo han repetido hasta la saciedad– se encuentran con un presupuesto deficiente, con uniformes en mal estado, con camiones cisterna desfasados –a excepción de uno que está en óptimas condiciones–, todos esos recursos necesarios para proteger a un país con más de 6 millones de habitantes.
Siendo ese el panorama, no entiendo por qué no aprobaron el refuerzo para los bomberos y cómo es que el candidato a diputado no ha dicho una sola palabra.
Y quiero dejar claro que no estoy atacando al candidato, me cae bien y es muy empático el muchacho, le he visto participar en un par de debates, tiene un discurso interesante y personalmente me gustó una intervención que hizo sobre el tema de la población LGBTI en un evento hace unos meses en la UCA que se llamó “Relevo generacional, ¿para qué?”.
Aclarado esto, voy a mi punto: ¿será que todavía podemos creer que porque los partidos políticos llevan jóvenes en sus planillas a diputados estos han renovado sus posiciones?, personalmente no creo que esto sea una condición que nos permita creer que han flexibilizado ni democratizado sus institutos políticos, es más, pareciera que se ha puesto de moda reclutar jóvenes con cierto carisma, pero que no serán otra cosa que rostros bonitos que lo que harán es atraer votos, al final estos jóvenes se van a tener que disciplinar al accionar de sus partidos y votarán por lo que se acuerde en el grupo parlamentario y negarán sus votos cuando el grupo así lo decida, ni más, ni menos.
Valga la aclaración que en la legislatura actual al único que he visto votando diferente una tan sola vez fue al actual diputado David Reyes, pero solo fue una vez y un caso en específico.
Las cuotas de jóvenes para tratar de obligar a los partidos a realizar el relevo generacional no están funcionando, no porque la idea de la cuota no sea correcta, es porque el poder que las cúpulas ostentan no la cederán así de fácil.
Aún sigo creyendo que no es necesario unirse a un partido para cambiar nuestra realidad, no puede ser una opción orillar a la juventud a esa única realidad, sigo firme en mi posición de que desde la sociedad civil en los diferentes cuerpos vivos podemos hacer mucho, esos colectivos no deben abandonarse, una buena junta directiva en una colonia puede lograr muchos cambios, haciendo una gestión adecuada para canalizar sus necesidades, no es necesario estar vinculado orgánicamente al partido de turno para lograr llevar beneficios a su comunidad, lo mismo se puede trasladar al resto de ámbitos de la sociedad.
De todas maneras, siempre deseo de todo corazón que los que se han sumado a los partidos recientemente no salgan trasquilados y espero que de alguna forma logren hacer esa transformación desde la trinchera que han escogido, prefiero verlos sumados a los partidos que verlos tomando sus sueños al hombro saliendo de su país para hacerlos realidad lejos de sus familias.
You can follow this conversation by subscribing to the comment feed for this post.
Los comentarios de esta entrada están cerrados.
La pregunta es si se necesitan 84 personas para una institución que solo tiene 2 alternativas. A excepción del coronel 8a que se descordina, basta ver para donde se mueven los intereses del gobierno de turno para intuir cual será el voto de la oposición.
Publicado por: mauricio | 01/23/2015 en 12:51 p.m.
Concuerdo con que la acción colectiva siempre beneficia, aunque sea por informar y educar a los que llegan a las reuniones. Claro esta que el que se queda en casa viendo television no contribuye su tiempo, su reputación ni sus ideas.
Igual pienso yo de estos jóvenes, por lo menos se acercan al partido y dan de su tiempo, de su tranquilidad y sobre todo su trabajo.
Y quien sabe? Alguna que otra vez dejaran oír sus ideas distintas, distintas obligatoriamente al menos por ser de una generación distinta, que como tú no conoció a El Salvador de antes y para quienes la guerra fue una pesadilla de infancia protagonizada por otros. Y quizás, como instituciones colectivas por naturaleza, sus partidos, como viejos buques, lentamente, se moverán hacia mejores horizontes.
¿Pero, podemos esperar? No sé. Solo el pueblo soberano puede expresar su visión y plantear sus problemas, y solo un parlamento verdaderamente representativo puede tomar estos anhelos y convertirlos en políticas y leyes Cuando veremos votación por geografía, (84 distritos? tantos!) con caras que respondan a sus votantes y canalicen los intereses de la población, tanto sus intereses y necesidades locales, como aquellos de ambito nacional?
Publicado por: David Valdez | 05/24/2015 en 05:18 p.m.