¿Relevo o zancadilla?
La política salvadoreña puede ser muchas cosas, pero nunca aburrida. Y es que la coyuntura nacional tiene ese extraño poder de jugar con nuestras emociones en lapsos absurdamente cortos: sube los ánimos, genera esperanza, luego de un solo la destruye en pedacitos, le salta encima, y luego vuelve a hacernos creer que vale la pena seguir tratando de generar cambios en el paisito, desde cualquiera que sea nuestra plataforma. Y así va.
Los eventos recientes, relativos al despido/renuncia solidaria de seis de los nuevos integrantes de la Juventud del partido ARENA, no fueron excepción. Este grupo de jóvenes, de quien, con toda confianza y propiedad, puedo afirmar que son inteligentes, innovadores, honestos y apasionados, le habían dado esperanza a muchos. Y le habían dado un empujón de legitimidad al discurso de renovación y apertura de ARENA.
Sobre todo, habían venido a darle asidero a la trillada expresión del “relevo (generacional)”. Pero resulta que nada de esto es tan cierto como nos han tratado de hacer creer.