Palestina: una historia de dos ocupaciones

Para poder entender este conflicto, es fundamental ubicar esta guerra en su contexto y saber cuáles son las circunstancias que rodean este que no es más que un incidente en una serie de agresiones que han venido dándose desde hace más de 60 años. Es un conflicto que no puede explicarse de forma aislada, sino solo con el trasfondo de la desposesión palestina, de las décadas de ocupación, las desigualdades legales y de facto y la humillación y deshumanización permanente de los palestinos.

Divide y vencerás. Esta máxima corresponde perfectamente a la estrategia de Israel en Palestina, que ejerce dos ocupaciones distintas en el territorio discontinuo para asegurarse el control del territorio y la opresión de los habitantes, ambas igualmente ilegales bajo la ley internacional. En Cisjordania, la intensificación de los asentamientos y control del movimiento en el territorio; en Gaza, a pesar de que ya no hay despliegue terrestre, el control de las fronteras y el bloqueo vuelven imposible una vida digna.

Introducción 1. No es un asunto religioso

Hay quienes quieren desnaturalizar este conflicto y esconderlo tras una máscara religiosa, pero no se trata de judíos contra musulmanes. De hecho, muchísimos judíos se han pronunciado en contra de esta última ofensiva en particular, calificándola de injustificada y desproporcionada, organizando manifestaciones pacíficas en Israel para exigir el cese de las agresiones en Gaza.

Existen incluso organizaciones judías como Jewish Voice for Peace (Voz Judía por la Paz) que están liderando permanentemente esfuerzos para denunciar los abusos del estado israelí, sin mencionar a los exsoldados de las Fuerzas de Defensa Israeli (IDF) de la organización Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio), que comparten su postura respecto a las ofensivas militares que, según sus experiencias en el ejército, no han sido con el objetivo de destruir únicamente a objetivos militares de Hamas y en las que el asesinato de civiles era más que inevitable.

Introducción 2. El origen de la ofensiva “Margen Protector”

¿Por qué este tema, presente desde 1948, vuelve a retomar fuerza ahora la agenda geopolítica y mediática internacional? El más reciente ciclo de violencia fue desatado por el secuestro de tres jóvenes israelíes cerca de Hebrón. En respuesta, no solo hubo una intensa campaña mediática a nivel mundial para encontrarlos, a pesar de que había indicios de que ya habían sido asesinados, sino además Israel lanzó la operación “Brother’s Keeper” en Cisjordania durante diez días, una serie de redadas de más de 1,300 hogares y 800 detenciones administrativas, sin cargos ni procedimientos, bajo el pretexto de encontrar a los responsables del secuestro de estos tres jóvenes. Muchos de los detenidos fueron miembros de Hamas que habían sido liberados durante el intercambio de prisioneros palestinos por el soldado Gilad Shalit en 2011, a pesar de que hasta el día de hoy no se ha logrado implicar formalmente a la organización en el secuestro. Las víctimas de esta operación fueron 9 civiles. Hamas respondió con cohetes a esta agresión, e Israel inició la operación “Margen Protector”, de una duración de 51 días, con el lanzamiento de misiles sobre Gaza, seguido de una incursión terrestre.

Sin embargo, esta ofensiva también se da en un momento en que Israel, tras cancelar las más recientes negociaciones de paz debido al acuerdo entre Hamas y Fatah para la conformación de un gobierno de unidad que el Estado hebreo tomó como un desafío, busca romper cualquier iniciativa de fortalecimiento de unión palestina. Divide y vencerás. Esto ha venido haciendo Israel, hasta lograr una Palestina en un territorio discontinuo y dividido donde implementa dos formas de ocupación.

1. La ocupación en Cisjordania:  la política expansionista de asentamientos ilegales

Desde el establecimiento del estado de Israel en 1948, el territorio palestino es cada vez más pequeño y las fronteras lo han ido sofocando cada vez más.

Una versión del mapa de la pérdida de tierra de Palestina en el tiempo. Fuente: Al Arabiya.

La Guerra de los Seis Días en 1967 marcó un punto de inflexión con la anexión de más territorios para construir asentamientos ilegales, a pesar de las múltiples resoluciones de Naciones Unidas llamando al cese de esta expansión, que al día de hoy continúa. En estos asentamientos, en general, viven los sionistas más radicales, creando además focos de tensión permanente con los habitantes de los pueblos palestinos que se encontraban donde hoy existen nuevas mini-ciudades para los nuevos inquilinos, cuando no se han instalado en los centros históricos de ciudades palestinas como Al Khalil (Hebrón), en donde ocupan hasta la mezquita.

En Cisjordania además, el gobierno israelí controla las entradas y salidas de los palestinos, muchos de los cuales tienen que cruzar los puntos de control, todos los días, para ir a otras ciudades, exponiéndose a considerables pérdidas de tiempo cuando menos, a derogación arbitraria de permisos, y frecuentemente a humillaciones al atravesar el Muro de la Vergüenza.

La expansión de los asentamientos no cesó ni durante las negociaciones de paz. Lo que es más, tras la más reciente ofensiva en Gaza, como en tono de burla, Netanyahu acaba de anunciar la construcción de 1,472 unidades más, en 1,000 hectáreas de tierra cerca de Belén. Esto no solo es un pésimo mensaje durante el cese al fuego, sino representa claramente un símbolo de la venganza del Estado de Israel. Esta expansión representa la apropiación de tierra más grande de los últimos 30 años, y revela la mala fe del gobierno israelí en este proceso. Este acto, anunciado durante un momento en que las presiones siguen subiendo y ante las amenazas de llevar a Israel ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, ha merecido la crítica de hasta los más incondicionales aliados de Israel, como Estados Unidos.

Como dijo el arzobispo Desmond Tutu, haciendo el paralelo con el apartheid en Sudáfrica y hablando de la efectividad de aplicar a Israel medidas económicas, no militares, como “divertir, boicotear y sancionar”: “La sostenibilidad de Israel como patria del pueblo judío depende de su habilidad de brindar justicia a los palestinos. Se de primera mano que Israel ha creado una realidad de apartheid dentro de sus fronteras y a través de la ocupación. Los paralelos con mi amada Sudáfrica son dolorosamente crudos. De forma realista, los líderes israelíes han reconocido que o Israel cesará su ocupación a través de una solución de uno o dos estados, o vivirá en un estado de apartheid para siempre. La última opción es insostenible y una ofensa a la justicia.”

Punto de entrada de palestinos en Cisjordania, controlado por Israel.

    2. La ocupación en Gaza: el encierro de población y el bloqueo de mercancías

Si la situación en Cisjordania parece desbordante, la de Gaza es asfixiante. Esta minúscula parcela de 360 km2 alberga a 1.8 millones de palestinos, encerrados desde 2007 en su propia tierra. La franja de Gaza tiene seis puntos de cruce de fronteras: 5 con Israel y uno, Rafah, controlado por Egipto. Pero poco después de que Hamas llegó al poder en 2006, Israel cerró sus cruces comerciales y solo ha dejado dos abiertos, en los cuales controla la totalidad de la entrada y salida de mercancías.

Israel alega que Gaza no está ocupada, pues retiraron sus 8,000 colonos repartidos en 21 asentamientos y la infraestructura militar de forma unilateral en 2005. Pero la construcción de asentamientos desde entonces se reservó exclusivamente para Cisjordania y no solo mantuvieron los puntos de control de las fronteras terrestres, sino también lo hicieron a nivel aéreo y marítimo, limitando el movimiento de bienes y personas, incluido el registro de la población. Partiendo de lo anterior, Israel conserva el control de facto y sigue siendo un ocupante a la luz del art. 42 del Reglamento de la Haya.

Con la herramienta del bloqueo, las autoridades israelíes controlan y solo autorizan la entrada de cantidades muy limitadas de productos desde 2007 a Palestina. ¿El resultado? Una catástrofe humanitaria permanente: no hay acceso a agua potable, electricidad y en muchos casos a atención médica básica. Según la Organización Mundial de la Salud, Gaza será inhabitable en 2020. Ya.

Es evidente que el bloqueo no está siendo implementado como una medida de seguridad para debilitar a Hamas, como alegan, sino como castigo colectivo a los palestinos, que en su mayoría viven en campos de refugiados y a quienes les han robado la dignidad (el 80% depende de ayuda humanitaria). Impedir la entrada de pasta, de medicinas, de libros: eso es castigo colectivo. Los palestinos no pueden salir de Gaza libremente, y hay cientos de familias divididas: eso es ocupación.

Conclusión. Y ahora, ¿qué?

El cambio en las versiones de la historia de parte del gobierno israelí deja claro que los tres adolescentes secuestrados fueron solo un pretexto inicial. Luego fueron los de cohetes que caían en Sderot y otras ciudades del sur israelí, en frontera con Gaza. Luego los túneles usados por Hamás para, según Israel, atacar a civiles israelíes (la única conexión de los palestinos con el mundo exterior para pasar alimentos, medicamentos, insumos básicos) y que el Premier israelí declaró haber cerrado con un “¡Misión cumplida!” el pasado 5 de agosto.

Tras varios ceses al fuego, tantas muertes y la destrucción casi total de Gaza, ambas partes acordaron, con la facilitación de Egipto, un cese al fuego de 50 días, durante el cual van a negociarse los términos de la paz anhelada. Escribo con la esperanza de que estos cincuenta días se vuelvan permanentes, sean un primer paso hacia el fin de la violencia, de la injusticia, de la ocupación pero consciente de que, ahora, el acuerdo es el mismo que hubo después de la ofensiva de 2012, a pesar de que ni entonces ni hoy se han cumplido. Es decir, han vuelto al punto de partida. Las condiciones del cese al fuego incluyen en el corto plazo: levantar el bloqueo para entrada de productos básicos y ayuda humanitaria, habilitar y facilitar construcción de puerto y aeropuerto en Gaza, ampliar el límite de pesca de los gazatíes.

Bandera palestina: esperanza de libertad.

¿Cuál será el próximo argumento para seguir atacando y mantener la ocupación? Es un conflicto que no puede explicarse de forma aislada, decía. Por lo mismo, en la medida en que la violencia del estado de Israel para mantener la ocupación y el sistema de apartheid continúen, la resistencia palestina recurre a la violencia como respuesta. Y mientras tanto, ofensivas como esta solo resultan en pérdida de vidas, erradicación de ciudades enteras, sufrimiento de todas las familias de Gaza, y mucho más odio sembrado en ambos lados. La violencia en la región solo terminará cuando el apartheid y la ocupación cese. Cuando Israel ponga fin a las dos ocupaciones de Palestina.