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Escribo este texto con la intención de comprender a Roque Dalton (1935-1975) en la posguerra: como símbolo de la impunidad dentro de la izquierda y como la construcción de una metáfora de país, un cuerpo desaparecido.
Roque Dalton, fotografía sin fecha del acervo del Museo de la Palabra y la Imagen.
Puede consultar más aquí.
I
Ni abeja ni pan; tormenta
Podría decir muchas cosas sobre Roque Dalton. Podría decir que quizá sí sea nuestro poeta nacional, porque escribió sobre los otros, “guanacos hijos de puta, mis compatriotas, mis hermanos”, esos desperdigados por el mundo que no cabían en “el país de la sonrisa” ni cantaban afanosamente -cual enanitos de Blancanieves- El carbonero mientras vivían en el “Pulgarcito de América”.
Podría decir que la poesía de Dalton nos toca porque es experiencia a través del humor. Que en su poética, hay amor, hay dolor y hay, sobre todo risa. Y la risa, como diría Zambrano sobre el conocimiento, viene de las entrañas.
Podría decir que la poesía de Dalton tiene mucho de profética. “Cuando sepas que he muerto, no pronuncies mi nombre”. Pidió silencio y se lo dimos. Pero se lo dimos de la manera menos justa, no ganó el silencio.
Podría decir de Roque Dalton lo que han dicho Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Rafael Lara Martínez, Luis Alvarenga... Podría decir abeja, lágrima, pan... Pero no.
Escribo este texto para intentar comprender, para preguntar, qué hemos hecho con Roque Dalton muerto. Bien muerto. Roque Dalton, un cadáver sin túmulo. Sin duelo. Un cadáver insepulto que es en sí mismo sepultura, sepultura de la memoria.
II
La paradoja de las víctimas
Por decreto legislativo, el 14 de mayo, día del nacimiento de Roque Dalton, el Estado salvadoreño celebra el día nacional de la poesía. Pero ignora el día de su fallecimiento, apenas cuatro días antes, el 10 de mayo. Quizá porque Dalton fue asesinado por sus compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en 1975. Celebrar el día del nacimiento de Dalton y no querer hablar, querer borrar, el de su muerte, el de su asesinato, es una de las grandes paradojas de la posguerra en El Salvador.
Roque Dalton es, fuera de su unicidad literaria y de su posterior construcción martirial por la izquierda misma, una víctima cuyo asesinato sigue impune.
El Estado salvadoreño pidió perdón en 2010 en El Mozote, en Morazán, por las masacres cometidas por el Ejército durante la guerra civil (1980-1992). Quien pidió perdón fue Mauricio Funes, primer presidente del FMLN, en un acto de justicia y reparación que los gobiernos anteriores no habían ejecutado, muy a pesar de su recomendación por el Informe de la Comisión de la Verdad en 1993[1].
Y fue un perdón paradójico, el gobierno que pidió perdón no fue el gobierno que ejecutó las masacres de población civil como simbólicamente recoge en El Mozote, ese gobierno encabezado por aquella generación de militares y políticos que siguen siendo protagonistas de la posguerra. El Estado que pidió perdón fue el de un gobierno de izquierda. Y esta es la paradoja: ni ese mismo gobierno ni su partido han reconocido los asesinatos –ajusticiamientos como los llamaban- cometidos por como ejército de liberación nacional[2].
Es decir, se pidió perdón, pero no a todas las víctimas.
Es importante señalar esto para comprender la posguerra. La dimensión ética del FMLN -como la voz hegemónica de la izquierda que ha asumido ser- debería reconocer y pedir perdón por el asesinato de Roque Dalton como símbolo de las otras víctimas, las de la izquierda misma, muy a pesar de que Dalton haya sido asesinado antes de la guerra civil.
Roque Dalton, por la complejidad del esclarecimiento de su asesinato, por la libertad con la que los confesos autores intelectuales del asesinato se incorporaron a la vida civil[3], representa la impunidad dentro de la izquierda salvadoreña. ¿Cuáles son las verdaderas víctimas y los verdaderos héroes de la izquierda?
Claro, no fue la cúpula actual del FMLN la que ordenó el asesinato, me dirán, el FMLN ni siquiera existía en 1975, argumentarán. Pero después de la firma de los Acuerdos de Paz, y ya convertido en partido político, el FMLN ha asumido ser la única voz de izquierda en El Salvador; no permite la disidencia[4]. Y si aceptamos ese juego, si es la única voz que vale, deberíamos exigir que cumpla su papel: que sea esa misma voz la que tenga valentía para reconocer el pasado y conciliar el futuro de la izquierda salvadoreña.
Estos debates no son nuevos ni innombrables en la izquierda latinoamericana. En 2004, el filósofo argentino Óscar del Barco, quien apoyó en su momento al ERP Argentino, escribió su carta “No matarás”, en la que hablaba sobre el asesinato “ajusticiamiento” de dos miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo entre 1963 y 1964, recientemente confesado por Héctor Jouvé en el documental “La guerrilla que no fue”. La carta era una reflexión y una solicitud para hacerse cargo de la responsabilidad política, histórica, ideológica, de los asesinatos. Decía:
“Ya sea desde dentro o desde fuera, somos responsables del asesinato del Pupi y de Bernardo (…) no existe ningún ‘ideal’ que justifique la muerte de un hombre, ya sea del general Aramburu, de un militante o de un policía. El principio que funda toda comunidad es el no matarás (…) Es hora, como él dice, de que digamos la verdad. Pero no sólo la verdad de los otros sino ante todo la verdad ‘nuestra’. (…) Los otros mataban, pero los ‘nuestros’ también mataban”[5].
El compromiso de los que escribimos es con el pensamiento, trabajamos para la reflexión y la crítica; eso mismo hacía Dalton. No estoy aquí para decirle al FMLN lo que debe hacer, ¡su cúpula jamás me oirá! No tengo compromiso con la izquierda ni con la derecha; ya saben: soy demasiado fresa para la juventud del FMLN y demasiado corriente para la juventud de ARENA. Y quizá esa condena bipolar, quizá ese destierro, sea lo que me permite hacer las preguntas que muchos se hacen pero no publican. Escribo este texto sin ningún compromiso emocional con Dalton, simplemente lo escribo porque preguntar va a permitirnos entender qué ha sido de nosotros en la posguerra, qué ha sido del cadáver de Dalton como una metáfora de país.
III
Sin cuerpo no hay duelo y sin duelo no hay día de la poesía
Hicimos de Roque Dalton poeta nacional, con día oficial y protocolos. La gloria nacional postrera es demagógica, una manera de lavarse las manos al estilo de Pilatos. La ley de Amnistía de 1993 también salva al FMLN de sus delgadas y débiles políticas internas. Y mientras no haya reconocimiento del asesinato de Dalton -ni de tantos otros, sean poetas, alcaldes o militares-, ni perdón ni paradero de cuerpo no hay duelo. Por eso no podemos quedarnos callados, muy a pesar de Alta hora de la noche. Sin duelo no puede haber un día oficial de la poesía.
Roque Dalton pidió, proféticamente, ser borrado, decir “flor, abeja, lágrima, pan, tormenta”. Pero el silencio es la tormenta de un pasado que no termina de pasar. Hay un sentido profundo de la ética en pronunciar su nombre, unirse a la lucha moral y jurídica que durante años han llevado sus hijos Juan José y Jorge, pedir, exigir, a la izquierda salvadoreña -la histórica, la actual y la escindida- que pida perdón por ese asesinato como símbolo de los otros asesinatos -ajusticiamientos- cometidos durante la guerra civil, y en reparación de todas esas otras familias a las que no se les pidió perdón en 2010.
La Comisión de la Verdad indicó como piezas importantes para el proceso de reconstrucción nacional el perdón y reconocimiento a las víctimas. Con exigir a la izquierda no se ignoran ni se ocultan los asesinatos y las violaciones a los derechos humanos cometidas por la Fuerza Armada Salvadoreña y por grupos paramilitares como los Escuadrones de la muerte. No. No podemos comparar a Dalton con los niños asesinados en El Mozote y El Sumpul porque no se trata de ganar las olimpiadas del horror[6].
Pero sabemos que un muerto desaparecido, un desaparecido, es siempre un muerto desaparecido y un desaparecido único, es una incertidumbre, un duelo no resuelto en una familia, es eso que carcomió lo que llaman tejido social, un hilo en tensión constante que se ha roto en la posguerra en la misma figura de la desaparición, encarnado en esas madres que buscan diariamente, ahora mismo, a sus hijos desaparecidos por las pandillas[7].
A pesar de las organizaciones de derechos humanos, de las familias de las víctimas y de los sobrevivientes, el perdón y el reconocimiento a las víctimas tardaron 18 años en llegar. Y esto puede decirnos mucho de una sociedad donde diariamente siguen siendo asesinados niños, niñas, ancianas, poetas. Esto puede decirnos mucho del valor del silencio y de la voluntad de olvidar en El Salvador. ¿Cuáles eran, cuáles son, las únicas voces que debían valer la pena para la posteridad?
IV
No tengo, como siempre, las respuestas. Pero Dalton, en una escritura preclara, nos dejo escrito:
El descanso del guerrero
Los muertos están cada día más indóciles.
Antes era fácil con ellos:
les dábamos un cuello duro una flor
loábamos sus nombres en una larga lista:
que los recintos de la patria
que las sombras notables
que el mármol monstruoso.
El cadáver firmaba en pos de la memoria:
iba de nuevo a filas
y marchaba al compás de nuestra vieja música.
Pero qué va
los muertos
son otros desde entonces.
Hoy se ponen irónicos
preguntan.
Me parece que caen en la cuenta
de ser cada vez más la mayoría.
[1] Informe de la Comisión de la Verdad, en sus recomendaciones, sugiere la reparación material y la moral, pp. 256-257.
[2] Informe de la Comisión de la Verdad, “Violencia contra opositores por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional”, pp. 202-208.
[3] La Comisión de la Verdad recomendaba la inhabilitación de diez años para la función pública de todos aquellos señalados como responsables de violaciones de derechos humanos, p. 245; esta recomendación, como muchas otras, fue suprimida por la aprobación de la Ley general de Amnistía para la reconciliación nacional de 1993.
[4] Por ejemplo, recordemos las pugnas de ortodoxos y renovadores en el FMLN y la forma en que fueron expulsados varios de sus miembros fundadores que propusieron reformas encaminadas a la social democracia. Un trabajo de Salvador Martí i Puig, Adolfó Garcé y Alberto Marín publicado en 2013 en la Revista Española de Ciencia Política indica esto mismo: “En la convención de diciembre de 2000 se aprobó una reforma estatuaria que prohibía por decreto la existencia de tendencias internas (…) en el periodo comprendido entre 2001 y 2004 continuaron las pugnas interpartidarias, las cuales acabaron resolviéndose con la expulsión de los líderes de la tendencia renovadora y con la toma de control del aparato por parte del grupo socialista-revolucionario [FPL y PCS]”, p. 65.
[5] Del Barco, “No matarás”, consultado: https://lectoresdeheidegger.wordpress.com/2011/09/22/oscar-del-barco-no-mataras-carta-a-schmucler/
[6] Todorov, en su libro Los abusos de la memoria, pide tener cuidado con “la reivindicación del superlativo, los hit parades del sufrimiento, las jerarquías del martirologio”.
[7] También dice Todorov: “Aquellos que, por una u otra razón, conocen el horror del pasado tienen el deber de alzar su voz contra otro horror, muy presente, que se desarrolla a unos cientos de kilómetros […] Lejos de seguir siendo prisioneros del pasado, lo habremos puesto al servicio del presente, como la memoria –y el olvido- se han de poner al servicio de la justicia”, p. 105.
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Una vez a Joaquín Villalobos en una entrevista le preguntaron sobre la muerte de Roque Dalton, a lo que Villalobos contesto que había sido un error de juventud, ahora bien partiendo de esto si esta interesados en poder dar con el cuerpo de Roque Dalton podría empezar por averiguar quiénes eran los hombres cercanos a Joaquín Villalobos para la época en que mataron a Roque Dalton y tal vez alguno de ellos se digne a decir a donde lo enterrando.
Publicado por: mauricio | 05/14/2015 en 11:18 a.m.
Hermosa Elenita puedes ser de iizquierda sin ser del FMLN. Dagoberto Gutierrez es uno de ellos, pero NO te perdonaría que coquetees con ARENA, el partido de los Escuadrones de la Muerte. ARENA es un cáncer en el tejido social guanaco. Dabbuisson es l asesino intelectual de Msr. Romero. Yo soy unintelectual de izquierda y no estoy ligado organicamente al FMLN.
Publicado por: Ataulfo Angarita | 05/15/2015 en 08:53 a.m.
Excelente como siempre Elena . Roque siempre será el poeta salvadoreño más audaz, controversial e iconoclasta.Un hombre de época, con la vida más intensa y más bohemia. Recorrió desde Moscú, Praga, La Habana y México hasta Santiago de Chile. La vida de Roque son varias vidas en una.
Publicado por: Carlos Samayoa | 05/15/2015 en 05:26 p.m.
POBRES PUTOS.
pobrecitos los putos
Y no es culpa de ellos,,
Fuimos nosotros los que los prostituimos.
Pobrecitos los putos.
Pobrecitos prostitutos históricos.
Su culpa fue morirse,siendo tan luminosos.
Y ahora andan por la Vida ,
Y por la muerte prostituidos.
Nunca en vida quisieron ser en lo que los hemos convertido.
Si pudieran de allende la muerte vendrían ,
A reclamar su identidad.
Pobrecitos los putos.
Históricos y luminosos.
Que hemos prostituidos entre todos.
Ellos que solo querían ser,
Pero los conocimos y nos enamoramos.
Y los elevamos al mas alto pedestal.
Y al darnos cuenta de su terrible muerte,
Comenzamos a prostituirlos.
Pobrecitos putos históricos .
Que prostituida les hemos dado.
A sus ideas ,a su fe ,a su poesía.
Hoy les toca andar ya sea
En camisetas o en cervesa,
En ONG's y organizaciones.
En nombre de calles y condones.
Tergiversamos sus ideas
Twiteamos sus poemas.
Y a guevo deben coincidir sus ideas con las nuestras.
Si ellos tan solo quisieron que los dejáramos en paz.
Pobre Roque, pobre el che, pobre monseñor.
Hoy que ya no están aquí para poder hablar,
Todos los queremos,los entendemos y les creemos.
Los prostituimos.
Por eso cuando uno de los más grandes ,para mi
Cumple años.
En el mes de su muerte.
Me sumo a la larga cadena de prostituidores
Y prostituyó su nombre una ves mas.
No nos perdonen ,porque nosotros
Si sabemos lo que hacemos.
Y aun así continuamos.
Pobres putos históricos .
Condenados a ser prostituidos por la eternidad.
A causa de tanta luminosidad.
Publicado por: Jose Sanchez | 05/15/2015 en 09:29 p.m.
He leído y releído tu opinión y la verdad, sin ánimo de parecer un detractor tan ciego o ignorante como ramplón, porque me encanta tu estilo y en general tu línea argumental, me parece que difícilmente sea muy objetivo exigir en este caso que el gobierno pida perdón y que esa petición sea comparable con la petición de perdón hecha por el Estado en la figura del expresidente Funes por el caso de El Mozote.
Uniendo lo que pueda unir moral y éticamente a los dos casos, creo que el perdón exigible si cupiera, sería por no promover claramente un proceso de juicio por el asesinato del poeta desde el FMLN y no por el asesinato mismo ya que el FMLN histórico, ya no digamos el partido político de hoy están distanciados en tiempo y formas del asesinato. Es mi pobre y humilde opinión.
Publicado por: Jaime B. | 05/20/2015 en 01:49 p.m.
Si, además de todo, como me dirías seguramente; también los actuales miembros del FMLN tienen aquellos esqueletos en sus armarios. Cosa que tampoco dejo fuera de perspectiva en su postura sobre el tema.
Publicado por: Jaime B. | 05/20/2015 en 02:00 p.m.
Me gusta mucho este artículo Elena. Definitivamente aunque los asesinos de Roque Dalton sean públicamente conocidos y condenados, es muy importante que el actual gobierno del FMLN, si desea continuar utilizando el nombre de Roque Dalton con fines políticos y propagandísticos y de promoción de arte, si pedir perdon publicamente es demasiado para su arrogancia, lo mínimo que podrían hacer es que los responsables del crimen tengan la decencia de decir al menos en donde están los restos del poeta y se los entreguen a su familia para asi poder cerrar esa herida.
Publicado por: Mirna | 05/27/2015 en 09:39 a.m.
Roque vive, a caso no ven su sangre en sus letras, sus latidos en sus versos y su voz en sus poemas.
Excelente planteamiento el que hizo en el articulo.
Publicado por: Edwin | 05/27/2015 en 03:18 p.m.
Se habla de roque dalton y ya muchos comentando de romero y de arena aqui arena haya ubiquense por favor el blog es de Roque Dalton el mejor poeta de El Salvador que fue asesinado por sus mismos companeros de izquierda
Publicado por: roan escobar | 06/13/2015 en 10:22 p.m.
Creo que anda desvariada, ni una palabra va dirigida a Villalobos o algunos ex-miembros del ERP responsables del asesinato. Aquí estamos acostumbrados a generalizar a rajatabla: la izquierda lo mató, yo me pregunto: ¿Toda la izquierda?.
Publicado por: mario | 06/16/2015 en 08:27 a.m.
La 'izquierda' mató a verdaderos militantes de Izquierda. Melida y otros que parecen NO entrar en el timido "perdon" expresado por el actual 'presidente'. Pero precisando, sabemos que quienes deben pedir perdón son los miembros de las cúpulas de las Organizaciones que ordenaron y ejecutaron esos asesinatos. Los principales están vivos y coleando, y son señalados con nombre y apellido.
Publicado por: Al | 06/17/2015 en 04:28 a.m.