El Salvador se encuentra compacto en varios estratos del tiempo, lo que permite que muchas prácticas cotidianas tengan un pie en el siglo xxi y otro en el xviii, por no decir más atrás.
De español y albina sale torna-atrás, o sea, negrita. Pintura de castas de Miguel Cabrera en Nueva España, en el siglo xviii. Los cuadros de castas fueron la herramienta que intentó explicar la sociedad colonial en América en el siglo xviii, con las categorías raciales de la época.
Ser historiadora y ser obsesiva tiene su gracia. Me permite mirar al presente desde teorías o categorías que me explican de manera bastante simple lo que pasa a mi alrededor; decirlo con simpleza es lo que hace precisamente la Historia de divulgación. Por ello, y por lo que listaré de ahora en adelante, me permito decir que El Salvador vive en el siglo xviii.
Claro, usted me puede decir: obviamente, querida, tenemos una herencia colonial como nuestra tradición católica y esto nos pone en diálogo con los siglos coloniales, del xvii al xviii. Pero fíjese que no, no está tan fácil la respuesta. Muchas prácticas cotidianas y culturales devienen en prácticas del siglo xviii, esto quiere decir que a pesar de los intentos modernizantes a lo largo de dos siglos, ni siquiera hemos llegado a la Modernidad.
Me permito hacer esta mirada desde los estratos de tiempo, una teoría y un libro de Kosselleck, que permite mirar, a su vez, que en El Salvador hay varios estratos de tiempo compactos en el presente, por ello encontramos prácticas cotidianas como las anteriores, que nos ponen un pie en varios siglos atrás y otro pie en el siglo presente, y quizá en el futuro.
El siglo xviii fue el siglo de las luces, nos encontramos con él ante la Ilustración, las revoluciones y las reformas económicas y culturales. Pero ese siglo tan iluminado discutió en muchos estratos con las ancestrales costumbres y los vicios administrativos, de ese siglo xviii en disputa con la luz es del que hablo aquí.
I
La práctica católica es rica en tradiciones y esta herencia colonial persiste en ciertas manifestaciones culturales, desde las cofradías, hasta las danzas -ese lado sincrético, pagano de la fe en América- y hasta las celebraciones de semana santa. Pero cuando el catolicismo se interpreta como religión del Estado y cuando el catolicismo es un recurso de difusión política y exclusión social, estamos metiendo los pies, hondamente, en un pantano centenario.
El año pasado, durante la campaña de elecciones presidenciales, un grupo de católicos realizó un rosario viviente para que ganara "el mejor", para que Dios iluminara a los votantes. El mejor,por supuesto, no era el Fmln, estaba claro, pero el asunto es que este grupo de creyentes metió a Dios en un asunto humano, social, e individual: el voto. Ni siquiera, por tanto, tenemos el pie zanjando el siglo xix, el siglo liberal en Centroamérica, porque los valores de individualidad, igualdad y libertad -
incluso la secularización que era interpretada como un camino al progreso- siguen siendo coartados, en el temprano y tecnológico siglo xxi, por un grupo hegemónico -empresarial y religioso- que cree que aún tiene poder sobre la decisión y la vida de los otros. Los otros siempre somos nosotros, los que no somos ellos, los pobres, pues.
II
La cuestión de la calidad está también presente en la criminalización de la pobreza, en otros casos, como las 17 mujeres condenadas a prisión por aborto espontáneo tipificado como homicidio y en los asesinatos diarios de estudiantes de institutos públicos que son inmediatamente condenados como pandilleros por los medios de comunicación, la misma policía, usted y yo.
Hay una condición sobre estos juicios mediáticos que pasa por la mirada a la raza, aunque ya nos parezca políticamente incorrecto, el origen -vivir en zonas de alto riesgo, ser hijo de migrantes indocumentados o deportados- y la infructuosa búsqueda de la movilidad social.
La desigualdad social ligada a la calidad es uno de los argumentos principales para el racismo salvadoreño. En e imaginario salvadoreño, el mayor insulto es "indio" y el principio eugenésico caló en la sociedad al grado de que hay quien habla de "mejorar la raza" cuando nace un bebé blanquísimo en la familia.
III
La condición de la mujer sigue siendo discutida desde la mirada del Antiguo Régimen, a pesar de la educación femenina -ahora diremos mixta- y la supuesta igualdad laboral. Los discursos sobre las mujeres son AÚN al rededor de la feminididad: qué es femenino y qué no, quién es femenina y quién -HORROR- no.
Estas lecturas son evidentemente heteronormativas y pretenden excluir a mujeres lesbianas y transexuales, a través de miradas biológicas superadas hace al menos dos siglos y con terribles consecuencias eugenésicas en los siglos xix y xx.
Cuando las lecturas alrededor de las mujeres y su situación estén encaminadas hacia otros caminos se podrá hablar finalmente de la mujer. En El Salvador, por ejemplo, es imperante hablar de la igualdad salarial entre mujeres y hombres, del derecho al tiempo de descanso por maternidad en las maquilas y fábricas o la cuota de presencia femenina en los organismos del Estado -y en este sentido el grupo parlamentario de mujeres ha impulsado muchísimas medidas dentro de la Asamblea Legislativa-.
La discusión, señoras y señoritas, no es el fustán. Ya no. Hace demasiado calor.
Pero muchos grupos de mujeres creen que ser mujer es privilegio algodonado por la conquista masculina a pesar de que la mayoría de cabezas de hogar en El Salvador son mujeres, y aunque esto nos coloque ante un sistema matriarcal en la práctica, el sistema -social, político, económico-sigue siendo patriarcal-. Pero, claro, la línea de esta discusión es el privilegio y el privilegio implica minoría, un sector de mujeres que pertenecen a grupos hegemónicos que han manejado la economía salvadoreña desde el siglo xix, a pesar de la reforma agraria.
IV
Hace unos días, José Alejandro Álvarez Ramírez, un amigo que estudia también su doctorado en México, comentaba su desilusión ante un trabajo estadístico. Su trabajo revelaba que en El Salvador, más del 25% de las explotaciones agrícolas son menores a una hectárea y, en suma, un poco más del 50% de las explotaciones agrícolas de El Salvador son menores a las 10 hectáreas.
El latifundio y minifundio, sistemas coloniales, aún persisten y han sido la principal causa de desigualdad histórica del país. En pleno siglo xxi, sostiene Álvarez Ramírez, la estructura económica de El Salvador es aún la del siglo xviii, a pesar de sus reformas decimonónicas, y la reforma agraria de finales del siglo xx.
Tal vez nosotros no podamos comprender exactamente el cuadro de José Alejandro desde la estadística económica, ni podamos encontrar referencias inmediatas para comprender que a pesar de la modernización agrícola y urbana, la Modernización quizá nunca se instaló completamente en el país. Pero podemos entenderlo, simplemente, al salir de San Salvador.
V
Hay una preciosa paradoja con relación a que El Salvador viva en el siglo xviii: En el siglo xviii, no existía El Salvador.
Si más del 50% de las explotaciones agrícolas son inferiores a 10 hectáreas, entonces ¿Podría aún seguirse afirmando que la tenencia de la tierra está mal distribuída en El Salvador? Porque al final esos datos y esas cifras hasta parecen un triunfo histórico y no podría seguirse hablando de latifundios,por lo tanto parecería casi erradicada la desigualdad agraria. Hasta habría países más inequitativos como Reino Unido, Argentina (por la Patagonia)y Brasil con latifundios del tamaño de Bélgica.
Publicado por: GENTRY | 02/16/2015 en 05:51 p.m.
Gentry, gracias por comentar. Yo cito una investigación de José Alejandro Álvarez Ramírez, así que le comunicaré su duda para que la podamos conversar o corregir.
Publicado por: Landsmoder | 02/16/2015 en 05:55 p.m.
No tiene sentido, si un poco más del 50% de las explotaciones agrícolas de El Salvador son menores a 10 hectáreas, hay una buena distribución de la tierra. Si algunas premisas que usted dice son ciertas como la del racismo, paises desarrollados y con alto nivel de vida viven todavía en el siglo XVIII. El Salvador es uno de los países étnicamente más homogéneos y menos racistas. Desafortunadamente hay una agena de la OEA con el objetivo de dividir étnicamente a las sociedades y generar conflicto.
Publicado por: Ricardo Heredia | 02/16/2015 en 08:05 p.m.
Interesante aporte el de Elena Salamanca ya que saca a la luz temas que pasan como naturales en El Salvador del S. XXI e incluso hemos institucionalizado.
Me remitiré a uno de los comentarios con respecto al tema de la tierra y que me llama particularmente la atención ya que fue el primer comentario que surgió y el otro también hace alusión al tema.
Partiendo del hecho de que la Fase II de la Reforma Agraria de los años 80 iba justamente a afectar a las propiedades con extensión entre 100 o 150 hectáreas (dependiendo el tipo de suelo) y 500 hectáreas, las cuales mayoritariamente se dedicaban a los cultivos de exportación (café, algodón y caña de azúcar); pero dicha repartición de tierras con las características mencionadas nunca fueron afectadas y para ese entonces representaban el 23% de la tierra agrícola del país. Los latifundios no se afectaron.
Dicho de otra manera: la mejor y más productiva tierra no fue afectada, pese a que porcentualmente no representaban mucho.
Ahora bien, si la mayor parte de las tierras de mejor calidad no fueron afectadas y hasta la fecha aún se mantienen sin afectar, pues es de esperar que solo las tierras en peores condiciones se repartieron y por tanto se incrementó la atomización de la tierra (minifundios) en el país lo cual no quiere decir que hay “justicia” en la tenencia de la tierra.
Como epilogo a la situación actual de la tierra en El Salvador el Programa de Transferencia de Tierras (PTT), surgido de los Acuerdos de Paz de 1992, sólo vino a atomizar aún más la tenencia de la tierra, sobre en todo en zonas con poca o ninguna vocación agrícola (básicamente zonas que fueron escenarios de la guerra). Si a eso añadimos los múltiples casos de productores o cooperativas beneficiados de la Reforma Agraria quebraron y/o fueron embargados por bancos pues se generó un nuevo proceso de concentración de la tierra.
Una verdadera justicia en la tenencia de la tierra es la que se da cuando el campesino que trabaja la tierra es dueño de ésta y a su vez está dotado de una tierra de buena calidad proveyéndole de una adecuada infraestructura para hacerla producir.
Aun así la estructura de la tenencia de la tierra es pues similar o muy parecida a la de El Salvador del S. XVIII o mejor dicho al de las Provincias de San Miguel y San Salvador y a la Alcaldía Mayor de Sonsonate.
Publicado por: José Alejandro Álvarez Ramírez | 02/16/2015 en 10:46 p.m.
Siempre poniendo los temas realmente relevantes en la discusión. Totalmente de acuerdo y me gusta el post porque tiene más humor que el de costumbre.
Publicado por: Dagoberto | 02/17/2015 en 08:16 a.m.
El dominio de la agricultura siempre será la meta de toda oligarquía. Ahorita estamos con los oligarcas casi que coloniales, y por otro lado, está Alba luchando con todo para ser ellos lo que adquieran este dominio, o por lo menos para torcerles el brazo a los terratenientes actuales y obligarlos a dominar en conjunto.
Publicado por: Manuel | 02/17/2015 en 08:28 a.m.
El Salvador del siglo XXI es muy diferente al del XVIII en términos económicos y políticos. Seré más radical: El Salvador de 2015 es muy diferente al de 1979, cuando fue el último golpe de Estado. Siempre hay resabios del pasado, pero mucho ha cambiado.
Publicado por: Edwin Segura | 02/17/2015 en 01:42 p.m.
Mientras leía el texto, supuse que muchos ignorarían las partes I, II y III, que describen condiciones MUCHO MÁS representativas de cómo nos llevamos los salvadoreños entre nosotros y con los extranjeros, mucho más que el punto IV. Adiviné.
El hecho que pasen por alto estos temas, que calan más profundo en la personalidad del "salvadoreño", es la mejor demostración de lo que plantea la autora. FELICIDADES. Siempre "en el clavo".
Publicado por: Tatiana | 02/17/2015 en 05:13 p.m.
Indios los de la INDIA. Lo demás es APODO, INSULTO, IGNORANCIA, ERROR.. del que no hay voluntad de salir...
Publicado por: Mario Peralta | 02/17/2015 en 08:31 p.m.
Estimado José Alejandro Álvarez, muchas gracias por su aclaración sobre la Reforma Agraria. Su frase donde afirma que “…la mejor y más productiva tierra no fue afectada…” por la Reforma Agraria es vital para este argumento. La Reforma Agraria de 1980 se dio por un decreto y se llevó a cabo por el Ministerio de Agricultura y Ganadería con apoyo de la Fuerza Armada. Fue también asesorada por técnicos del MAG que tenían muchos años de trabajar en esta institución y conocían cuáles eran las mejores tierras del país. No conozco casos donde un gobierno empiece por expropiar tierras de mala calidad. Para mencionar algunos ejemplos están las haciendas de La Carrera en Usulután, San Andrés en Zapotitán, San Isidro en Sonsonate y Cara Sucia en Ahuachapán. Estas fueron algunas de las tierras más productivas que fueron expropiadas con toda la infraestructura necesaria para trabajarlas. También producían algodón y caña de azúcar, contrario a otra de sus afirmaciones. Entonces la pregunta es: ¿Por qué estas tierras dejaron de producir con sus nuevos “propietarios”? Culpar la calidad de la tierra por el fracaso de la Reforma Agraria debe tener un mejor argumento.
Ahora bien, nuestro país tiene una rica historia de donde se pueden obtener otros ejemplos para comprender los fenómenos sociales. En 1882 hubo otra expropiación de tierras, también por decreto. Esta expropiación de 1882, igual a la Reforma Agraria de 1980 empezó con las mejores tierras, pero este fue un caso exitoso. Las tierras expropiadas fueron trabajadas y los ingresos al Estado se multiplicaron. Los ingresos por la exportación del café se quintuplicó desde 1883 hasta 1896 y El Salvador fue parte del comercio global. Ahora bien, ¿Por qué la expropiación de 1980 fue un fracaso y la de 1882 un éxito? La Ilustración que menciona Elena y la filosofía liberal tienen mucho que ver. Culpar a otras personas o a la “calidad de la tierra” por fracasar no fue parte del crecimiento económico que inició en 1882.
Publicado por: Ricardo Heredia | 02/17/2015 en 08:57 p.m.
Excelente blog espero que la gente comienza a respetar y analizar nuestra cultura antes de tirar la piedra
Publicado por: roan escobar | 02/17/2015 en 09:04 p.m.
Hola Ricardo Heredia.
Gracias por el comentario.
De acuerdo a lo que planteé no culpo a la calidad de la tierra por el fracaso de la Reforma Agraria de los 80. Para ser más puntual considero que es un proceso trunco a pesar de ser aún ley vigente de la República. Fue la resistencia de los terratenientes que no llevó a una buena ejecución del proceso de repartición de tierras.
Con respecto a alguno de los ejemplos que menciona, específicamente el de Zapotitán, no fue por la Reforma Agraria que se repartieron dichas tierras. Para el caso de Zapotitán hay que remontarse mucho antes de los ochentas, a saber, los inicios de la década de los 70 cuando se decreta la Ley de Avenamiento y Riego y con está los Distritos de Riego de donde surge el Distrito de Zapotitán.
Con respecto al "éxito" del que habla respecto a la repartición de tierras de 1882, pues hay que ver con más detenimiento el asunto: 1) se generó mayor concentración de las tierras; 2) los nuevos dueños, que a su vez controlaban el gobierno de la época, fueron los únicos beneficiados con dicha "expropiación"; 3) se condenó a los pueblos originarios de El Salvador a vivir ahora como asalariados agrícolas con pagos miserables; 4) esta expropiación fue la génesis de los mayores crímenes de lesa humanidad que el país a visto: la masacre de 1932; 5) condenó al país a depender de un sólo cultivo (el café) y por tanto ser vulnerable a los vaivenes de los precios internacionales y aún más, los ingresos provenientes de la venta de los cultivos de exportación no eran usados para ser invertidos en las zonas más pobres del país pero si para las zonas donde había cultivos de exportación (nuevamente más concentración) ; 6) no se fortaleció el mercado interno para la producción de alimentos lo cual sí es prioridad de toda Reforma Agraria.
Si todo lo anterior no le parece suficiente para considerar como poco "exitosa" la expropiación de la década de los 80 del S. XIX y más grave aún compararla con la de cien años después, pues creo que hay un problema serio en la comprensión del tema de la tierra en El Salvador así como un problema para argumentar respecto a lo "exitoso" de un proceso de justo y verdadero repartición de tierras.
Publicado por: José Alejandro Álvarez Ramírez | 02/17/2015 en 10:38 p.m.
Puedes saltar este párrafo,
Felicidades por tu blog Elena, soy un lector ocasional solo por falta de tiempo. La calidad es mucho mejor que la de los columnistas de medios hegemónicos. Sin embargo, tengo una poquitas criticas que hacer, aunque tengo un sentido elevado de autocrítica y se me cae la cara de verguenza al criticarte cuando nunca he publicado nada en mi vida.
CRITICA:
1) creo que tus artículos tiene un motivo recurrente. Es cierto que la religion católica juega un papel importante en la vida nacional pero tus comentarios sobre ella son repetitivos, muchas veces injustificados y acrimoniosos al punto de invalidar tu objetividad como escritora, que no pretendo que te importe (tanto) pero desde el punto de vista del lector es importante.... nadie lee a alguien que se grite al consignas ombligo, excepto que te parezcas a mi :)
2) Tu tema de vivir en el siglo XVIII me parecio interesante pero tus argumentos son un poco decepcionantes cuando pareces no ofrecer soluciones y dejarlo todo en un tono tan lúgubre. Las religiones, así como las instituciones sociales, evolucionan gradualmente no por saltos. Si tu esperas que la religion católica o evangélica se puede exterminar o borrar como si nunca hubiese existido pecas de ingenua. Aparte, tu perspectiva de la religion católica habla de una parte "reducida," me atrevería a decir, del cuerpo de la iglesia católica. No todos los catolicos aprobamos los pensamientos derechistas/fascistas de Escriva de Balaguer aunque sea santo o los arranques machistas de San Pablo que en paz descanse.
No se necesita borrar una religion para ver cambios. Mahatma Grandi era hinduista ahimsa, una secta perteneciente a un credo milenario que en su pasado aprobó practicas deleznables como el sistema de castas, la inmolación de viudas, etc.
Me parece que tu pesimismo es saludable para que la opinion publica se indigne de la misma manera que tu. Pero por consejo a tu salud, trata de quitarte la actitud negativa y derrotista que tus artículos exudan. Yo también soy un joven, un cínico, una persona realista, y un estudiante. Sé muy bien acerca de los mil horrores de la historia salvadoreña pero eso no me quita el sueno de formar un mejor el salvador con gente como tu.
Por lo demás, tus artículos son buenos artículos. Es mas quisiera hablar contigo sobre un par de cervezas solo para recordarte que no estamos solos en la lucha por un el salvador mas justo, mas democrático y menos oscurantista, sin nosotros caer en mitos estalinistas de modernidad. Lastima que estés en tierras chilangas. Un abrazo desde el Sur.
Publicado por: Gerardo Navarrete | 02/18/2015 en 01:15 a.m.
La Reforma Agraria en su origen puede haber tenido una muy buena intención, pero finalmente, quienes recibieron tierras, no tenían la capacidad ni el conocimiento para explotarlas. Hoy veo en vastas extensiones de tierra de El Salvador, la no explotación de la misma, también por efecto de las remesas, que mantiene a muchas familias sin necesidad de trabajar ya que reciben su "sueldo" desde el exterior. Entonces hay mucho por hacer, hay tremendas oportunidades, solo falta un buen liderazgo para mover la economía, las inversiones y el empleo, lo que daría un gran impulso de crecimiento.
Publicado por: Andrés | 02/18/2015 en 07:44 a.m.
Interesantes datos históricos. Estoy de acuerdo en que la subjetividad sale a flor de piel cuando se trata de hablar de la Iglesia Católica, parece que la autora tiene un conflicto personal.
El Salvador es uno de los paises mas desiguales, existe una cultura que más que racista es clasista basada en el tener y no en el ser, y en ello nada tiene que ver la Iglesia Católica, la autora desconoce la Doctrina Social de la Iglesia, la cual obedece a la opción preferencial por los pobres... El clasismo de la sociedad salvadoreña está más ligado a los aspectos político-sociales de la actualidad y los remanentes del resentimiento social de ideales importados de otras latitudes.
Publicado por: Isabel | 02/18/2015 en 11:01 a.m.
Un tema con muchas aristas,las culturas precolombinas trabajaban la tierra(latifundio)de acuerdo a los designios dela elite poltica religiosa asi como las tierras comunales.con la llegada de los espanoles europeos solo los espanoles por virtud de su conquista y superioridadcracial podian ser duenos de la tierra(racismo), con pocas tierras comunales indigenas,.Con la indpendencia y la insercion del cafe cuya produccion requiere grandes extensiones de tierra, con inversiones millonarias se extinhuieron las tierras indigenas en favor de los criollos .El Salvador llego a producir 10miiones de qqde cafe.Los movimientos izquierdista importando las ideas de europa y a esfera sino, sovietica con ul alto grado de romantivismo anticolonial sostenian q lograr la "igualdad" requeria una transformacion agraria deshacia el latifundio y dividia y subdividia la tenecia de la tierra.Las consecuencias son ahora patentes y pateticas el salvador con solo 20km2 y un sector agrario ultraparcealizado ultra divido no tiene la capacidad de producccion, no es sujeto de credito, dispara los costos, y lo hace ineficiente sin un rector central de lucro.Los productores agricolas de el salvador ultra dividos entresi mismos, ultraparcealiados y sin capacisad de inversion NUNCA JAMAS podran producir competir con los gigantescos conglomerados corporativos(subsidiados)de los paises industrializados q gozan de extensiones astronomicas de tierra, abundante asesoria tecnico cientifica gratis, credito barato, exenciones fiscales etc
Publicado por: frank mendez | 02/18/2015 en 01:34 p.m.
Gracias a todos por sus comentarios y por venir recurrentemente a este blog.
Al respecto de los comentarios, diré tres cosas:
1- Conozco la doctrina social de la iglesia, estudié con jesuitas, pero conozco también la hegemonía del catolicismo tradicional.
2.Soy historiadora y escritora, mi trabajo consiste en investigar, señalar y escribir. Algunos de mis textos podrían ser hallazgos para las ciencias sociales -o quizá no- y desde ahí se podría dar el salto a la filosofía de la praxis.
No soy presidenta ni ministra ni diputada, no ocupo un cargo público, así que me parece incoherente la recurrente exigencia en este blog para que "HAGA ALGO", además de investigar, pensar y escribir, que es a lo que me dedico.
3.No bebo cerveza, ni licor, ni fumo. La invitación tendría que ser de un vaso de horchata de morro. Gracias.
Publicado por: Landsmoder | 02/18/2015 en 06:10 p.m.
Sra; Salamanca,NO soy experto en el tema pero talvez hubiera sido conveniente una lectura previa o breve sobre las teorias de Grammci y su tesis(creo?)q las esferas politicas/sociales/culturales sirven para apoyar(soporte)el paradigm economico imperante,la CONQUISTA espanola de los pueblos indigenas significo al SUBYUGACION global d eso pueblos:RAcial,lengustica,religiosa,q aun hoy sigue imperante en nuestra sociedad!! PD tampoco q las culturas precolombinas eran tan igualitarias,cuidado con eso de romantizar a los ancestros indigenas!!!Ellos tambien tenian su PIRAMIDE social de nobles,guerreros,peones etc.Con sus respectivas instituciones,creencias,para mantenerse en el poder!!
Publicado por: Pedro Alvarado | 02/18/2015 en 07:00 p.m.
Hola José Alejandro, muchas gracias por tomarse el tiempo de aclararme algunos conceptos y responder a mis observaciones. Su frase donde dice: “…la mejor y más productiva tierra no fue afectada…” es fundamental en este argumento y es incorrecta. Tiene usted razón, el ejemplo de Zapotitán no es idóneo, es evidente que conoce su objeto de estudio, pero todos los otros ejemplos que menciono en el comentario anterior sí fueron tierras fértiles y productivas hasta que fueron intervenidas por la Reforma Agraria de 1980. La tierra expropiada fue la mejor y más productiva. Me tomo la libertad de agregar la hacienda Melara en el departamento de La Libertad en sustitución al de San Andrés en Zapotitán. Decir que la resistencia de los terratenientes no llevó a una buena ejecución en la repartición de tierras es una afirmación ilógica y se aleja de lo académico. ¿Cómo es posible que los mismos terratenientes a los que se les quitó la tierra no dejaron que se llevara a cabo la reforma agraria? Ahora usted nos dice que el fracaso de la reforma agraria fue culpa de la mala calidad de la tierra y los terratenientes. Tengo que repetir mi afirmación del comentario anterior: Culpar a la calidad de la tierra y a otras personas por fracasar no fue parte del pensamiento liberal que llevó al crecimiento económico que inició en 1882.
Cualquier cientista social o persona con fundamental conocimiento en economía le puede asegurar que uno de los objetivos fundamentales de una reforma agraria es hacer producir las tierras expropiadas. Esta es una de las razones por lo que la reforma agraria de 1882 fue un éxito en comparación a la Reforma Agraria de 1980. Ahora bien, un historiador objetivo debe considerar las consecuencias positivas y negativas de un fenómeno social para obtener conclusiones. Usted ya describió detalladamente las consecuencias negativas de la reforma de 1882. Ahora me permito mencionar algunas positivas:
Las tierras que fueron expropiadas por el decreto de 1882 eran usadas para subsistencia y no se maximizaba su producción. Los nuevos propietarios las trabajaron y generaron una mayor producción, logrando el primer objetivo fundamental de una reforma agraria. El beneficio económico que esta producción trajo al país no tiene precedentes en la historia nacional. Se empezó a exportar café como nunca se había hecho antes. Se arreglaron carreteras para transportar bienes y ese mismo año se construyó el primer ferrocarril entre Acajutla y Sonsonate. La cantidad de empleos para construir las líneas de telégrafos, las líneas férreas y las carreteras fue descomunal. Para finales del siglo XIX, el libre mercado y la exportación de productos, especialmente el café, hacen que el gobierno de El Salvador genere altos ingresos económicos. Estos cambios se reflejaron en la sociedad de la época, incluyendo la infraestructura e instituciones. En tiempos actuales, hasta un gobierno “socialista” llamaría a este fenómeno “progreso”. Para 1895 el 31.71% de nuestras exportaciones iban hacia Estados Unidos, el 11.33% hacia Gran Bretaña, el 17.21% hacia Alemania y el 22.56% hacia Francia. El año de 1896 fue la culminación de un aumento continuo en la producción cafetalera de El Salvador que venía de años atrás. Como muestra, en 1871 se exportaron un total de 4,471,300 libras de café y en 1896 la cifra llegó a 25,266,134 libras, un incremento de más de cinco veces. Edificios como el Teatro Nacional, el Palacio Nacional y los teatros de Santa Ana y posteriormente el de San Miguel son solo un pequeño reflejo arquitectónico de la economía de la época. Este fenómeno trajo inmigrantes, y con ellos conocimiento tecnológico sin precedentes en el país, algo muy beneficioso si consideramos que para 1879 ningún salvadoreño había estudiado ingeniería.
Mire, no hay un problema serio en la comprensión de la tenencia de la tierra en El Salvador, simplemente hay opiniones diferentes sobre el tema. Usted la comprende de una forma y yo de otra. Lo importante es discutirlo de forma educada y respetuosa. Gracias por su tiempo.
Publicado por: Ricardo Heredia | 02/18/2015 en 08:29 p.m.
Muy buen artículo, siempre que puedo me doy una vuelta por estos rumbos para ver tus escritos y los de otros articulistas del periódico. Incluso los comentarios de varios lectores son enriquecedores también.
A veces cuando se está fuera del terruño se tiene una perspectiva más clara de lo que adentro sucede y de cómo la historia, que está hecha de cambios, nos ha transformado en lo que somos, por lo que su estudio se vuelve una necesidad imperante. Éxitos y saludos de un salvadoreño más viviendo y estudiando en el "Defectuoso", cómo algunos amigos le llaman por acá.
Publicado por: Julio Alvarado | 02/19/2015 en 12:14 p.m.
Para el nostalgico de la epoca cafetalera, ahi le dejo unas graficas de precios y de porqué el agro salvadoreño se lo llevó putas: el precio de las materias primas esta abajo desde hace 20 años.
Un ejemplo:
http://www.fao.org/docrep/007/y5117s/y5117s03.htm
Ya paren ese mito que la derecha propala diciendo que "la reforma agraria" destruyo el campo. Superenlo.
Publicado por: lrdelp | 02/20/2015 en 11:24 a.m.
Deberías publicar artículos en revistas serias donde hacen revisión de pares y tus aportes vendrían ya retroalimentados, con respaldo editorial. Este es un blog y como tal es en extremo subjetivo. Más parecido a literatura que a ciencia. Si tenés artículos publicados en revistas indizadas y arbitradas agradeceremos nos compartas los enlaces...
Publicado por: Federico | 02/20/2015 en 02:04 p.m.
Mi comentario es simplemente una felicitación para usted Elena. Siempre me doy una vuelta por los blogs de El Faro de vez en cuando y es un gusto leer el suyo, en particular. Continúe haciendo lo suyo, que es una contribución muy valiosa para la democrácia del país.
Publicado por: Erick Mártir | 02/21/2015 en 07:36 p.m.
Talvez leyendote se les quita lo pendejo a tanto guanaco que desprecia a los indios, los jinchos, que habla mal de las “choleras", que dicen con sorna “te tienen choleriando", que sueñan casarse con una gringa(o), que desprecian los artīculos “hechizos”, que se agüevan de sr salvadoreños y hasta de hablar Español. Toda esta mierda de cultura nos tiene odiándonos a nosotros mismos y soñando con consumir comida chatarra y vestirnos como Marc Antony o como J López luciendo incluso su soberano culo. Que feo odiarse a uno mismo y vivir soñando con otro “look"
Publicado por: Ataulfo Angarita | 02/22/2015 en 03:46 p.m.
Ah, Federico (Hernandez Aguilar?) Elena tiene que publicar si quiere sacar el doctorado.
Publicado por: lrdelp | 02/22/2015 en 11:36 p.m.
Back to the basics:
"1º Que siendo la independencia del Gobierno Español la voluntad general del pueblo de Guatemala, y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el Sr. Jefe Político lo mande publicar para prevenir las consecuencias, que serian temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo."
Solo querian que todo siguiera igual. ¿Tuvieron exito?
Publicado por: lrdelp | 02/22/2015 en 11:52 p.m.
Muy interesante. Centroamérica comparte la misma historia, aunque en el Salvador no hay grupos étnicos definidos como los hay en Guatemala, cuando leí su texto lo relacioné totalmente con Guatemala.
Publicado por: David López | 02/23/2015 en 10:18 a.m.
Si es cierto, El Salvador no existía, pero desde el siglo XIII se reconoce la existencia de una nación más o menos consolidada, con estructura política y social como es el Señorío de Cuzcatlán, al menos en el centro y occidente del territorio actual. Detalles, detalles.
Publicado por: Juan D. | 02/23/2015 en 10:45 a.m.
Tiene razón. En el presente el latifundio ha tomado otra cara que despista. ¿Para quiénes se construye residenciales exclusivos como los descubiertos en el volcán, como los que hallamos en la carretera al Puerto y en medio de la que fuera Finca El Espino? Los precios son inaccesibles para la clase media. El Salvador sigue repartiéndose entre las familias pudientes de siempre y la nueva clase política-empresaria.
Publicado por: Luis | 02/24/2015 en 10:41 a.m.
La señorita escribió qué “. . . Por ello, y por lo que listaré de ahora en adelante, me permito decir que El Salvador vive en el siglo xviii”; con referencia, he de presuponer, a la situación de (a) barbarie, (b) enfermedad crónica y demás sufrimientos de la gente que vive en la hacienda del ‘salvadolorcito’. Antes de continuar, pues yo quiero ofrecer una disculpa por no haber leído la nota qué la señorita escribió, pero… ¡carezco del tiempo para leerla! Ahora bien, no obstante qué estoy en desacuerdo con la última cláusula de la elucubración entre comillas, por lo menos le otorgare una pizquita de intuición acertada de la escritora. ¿Ojo? Valga la salvedad, es oportuno pues que la señorita entienda que los habitantes de la haciendita… ¡nótese aquí un cambio del concepto!, viven en condiciones propias de quienes en su época eran cazadores y recolectores.
Saludos,
Moreli.
Publicado por: moreli | 02/24/2015 en 03:17 p.m.
Saludos a todos, gracias por sus comentarios.
Un blog es precisamente un asomo entre la difusión histórica y la creación literaria.
Como señalan Federico e Irdelp, la revisión entre pares en una revista indixada está más relacionada a mi trabajo académico y no de difusión.
Publicado por: Landsmoder | 03/04/2015 en 09:04 p.m.