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Ayer se publicó la primera parte del retrato de Ethel Baraona Pohl. Crítica, escritora, comisaria, co-fundadora de la editorial independiente dpr-barcelona, desde hace varios años esta salvadoreña-barcelonesa publica bibliografía referente al tema que le apasiona: la arquitectura como medio y expresión de desarrollo humano. Hoy contesta las cuatro preguntas de la biógrafa: Ethel Baraona Pohl por sí misma.
¿Cómo llegaste a tu vocación?
Esta pregunta es particularmente difícil para mí, porque la palabra ‘vocación’ la podría interpretar desde el ámbito de la arquitectura, que es lo que estudié en la universidad, o desde el ámbito editorial que es a lo que me dedico actualmente y que es producto de mis dos pasiones: el amor por la literatura y por la arquitectura.
Creo que la forma de resumirlo es que he llegado a descubrir esta vocación de la misma forma que pasa casi todo en la vida: casi sin querer. La mezcla de vivencias personales con los intereses profesionales nos han llevado a César y a mí a fundar dpr-barcelona y a entender este proyecto como una forma de vida. Desde el tipo de libro que publicamos, hasta los contenidos de autoría propia que publicamos en nuestro blog, reflejan nuestra forma de entender el mundo y, por ello, la ciudad y la arquitectura.
Entendiendo que el término ‘publicar’ se deriva del concepto de ‘hacer público’, de compartir contenidos y conocimiento, esto que llamamos ‘vocación’ tiene ahora múltiples ramificaciones, pero todas conectadas a la idea de compartir contenidos. Desde publicar libros impresos, e-Books, posts en nuestro blog, comisariar una exposición, hasta dar conferencias y talleres relacionados a los mismos temas de investigación; todo se resume en ese deseo de compartir, por un lado, y aprender mientras investigamos, por el otro.
¿Qué dudas has tenido con respecto a ella?
Quizá la duda que siempre me ha rondado la cabeza es el valor de la formación ‘regulada’ y la forma en que las acreditaciones y el paso por la universidad se ha convertido en un negocio, alejado del origen real del concepto de universidad. Hoy más que nunca hay una necesidad enorme de reformular las formas académicas y vincularlas de nuevo a las realidades sociales, políticas y económicas; por lo menos si hablamos del ámbito de la arquitectura, que es el que conozco.
Por lo tanto, creo que la mayor de las dudas, esa que da origen al nombre de nuestro proyecto [‘dpr’ es el acrónimo de ‘del pensamiento recurrente’... ¡nunca había dicho esto en un foro público, de hecho!], es cómo podemos utilizar estos canales de comunicación con los que trabajamos, cómo compartir contenidos de interés, compartir conocimiento y dar pie a discusiones y debates productivos que sirvan para entender las realidades que vivimos día a día y que nos permitan a nosotros mismos y a nuestros lectores cuestionar lo que nos cuentan los grandes medios de comunicación e, incluso, nuestros propios dogmas y creencias.
¿Qué revelación has tenido gracias a ella?
¡Otra pregunta difícil! No sé si lo podría llamar ‘revelación’, porque creo que sería un error intentar resumir tantas vivencias, trabajo duro, momentos difíciles y alegrías enormes en una sola ‘revelación’.
Lo que sí puedo afirmar es que es maravilloso dedicarse al mundo editorial en el momento actual. Es un mundo que se encuentra ahora en constante cambio, cada día hay una nueva tecnología, un nuevo formato en el que publicar y al mismo tiempo existe una pasión por el papel, la textura, su olor, imposible de superar. Este reto de entender lo que está pasando y cómo canalizar nuestra actividad en este ámbito tan cambiante, ¡es un mundo apasionante en el que vivir!
Trabajar en este ámbito en el momento actual, con las herramientas de comunicación que tenemos hoy en día, también nos permite estar en contacto y constante comunicación con muchas personas en todas partes del mundo, que nos aportan diversas ópticas para entender determinadas situaciones que se van dando en el contexto de la arquitectura y la ciudad, así como su relación con la política y la economía (por ejemplo)... y ese cuestionamiento del que hablábamos antes es una herramienta para enriquecer nuestro trabajo.
Un par de ejemplos sencillos son algunos debates en mi muro de Facebook, uno sobre un proyecto relativo a Dharavi, el barrio pobre más grande de Asia, y otro sobre la famosa Torre de David de Caracas. Estos debates surgen a partir de dudas o comentarios críticos y que, a través de la participación activa e interacción con otras personas, nos permiten llegar a documentaciones importantes para entender el caso de debate o entender los puntos de vista de otras personas acerca de un mismo tema. Estas formas de comunicarnos, aunque no nuevas, es algo que me sigue maravillando cada día.
¿Qué estarías dispuesta a hacer por mantenerla?
No se realmente que podría responder a esta pregunta... creo que el hecho de ser una editorial independiente, nos permite una flexibilidad que no podríamos tener si fuésemos una empresa de gran escala y con una estructura burocrática tradicional.
Por lo que quizá lo más importante que podría mencionar es que intentaría hacer todo lo posible por mantener esta independencia. ¿Qué? ¿Vender mi alma al diablo? ... jajaja, no lo sé. Estos límites suelen descubrirse hasta el momento en el que te suceden.
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Y si se quedó con ganas de saber más sobre el trabajo de Ethel Baraona Pohl, vea este vídeo o esta corta entrevista.
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