Nicole tenía 7 años cuando intentó explicarme a qué sabía su tristeza.
—Es como que los demás te echen todo su peso, dijo.
—¿Que te lo echen dónde, Nicole?
Nicole señaló con sus manos para indicarme.
—En la espalda y en el estómago.
Hizo una pausa larga, abstraída, se encogió un poquito, se sostuvo su pequeña panza de niña con sus dos manos de niña y dijo susurrando:
—Más en el estómago.
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<3 como espero tus platicas con los enanos!!!!
Publicado por: Nely | 06/29/2016 en 04:37 p.m.
Me gusta la charla con los chicos...cada uno de ellos tienen..una cajita de sorpresa,de los cuales uno podrá a ver las cosas lindas que poseen...también las cosas teistes que tiene también. Gracias por enseñar esas cosas tan lindas..que es la pureza.
Publicado por: Ricardo | 06/30/2016 en 06:55 p.m.