Me dice cosas al oído y no tengo más remedio que escribirlas.

« Un jinete a lomos de elefante | Inicio | Poesía desde los márgenes »

11/02/2017 16:18:52

Krisma Mancía, o las nuevas rebeliones

Infanticidio_opt
El poeta no es un pequeño dios ni un elegido. Su oficio en realidad es modesto. Hölderlin llamó a la poesía "la más inocente de todas las ocupaciones".

Su reino, su república, su comarca, su lar, es el lenguaje. Como dijo Octavio Paz: su amor a la vida obliga al poeta a desertar de la vida, su amor al lenguaje lo lleva al desprecio de las palabras y su amor al juego conduce a pisotear las reglas y a proponer las propias.

Krisma Mancía es una "obrera" de esa imaginada comunidad poética. Como una abeja, atareada e incansable, viene produciendo obras que anuncian la irrupción de una era de descreimiento de los gestos heroicos, porque ya no es legítimo tomar ventajas de las medallitas de latón ganadas en la guerra. Como ella escribe, en nuestro tiempo hay "demasiada perfección entre tanto olor a muerte, demasiada ternura para ser una golondrina que crece con odio".

Si los dones existen, Krisma Mancía fue favorecida con el de la poesía. Sus poemas revelan los diferentes registros que ha alcanzado su voz. Va, como sin esfuerzo, de la euforia al llanto, de la sombra a la luz, de la confidencia a la declamación. "Sálvame de mí", proclama, y cuando lo dice parece escarbar con morbo y sensualidad en una herida que no sabe bien por dónde le sangre y duele.

 (Este texto se publica en la contraportada de Pájaros imaginarios, de Krisma Mancía, Valparaíso ediciones, 2017)

 

 

Licencia de Creative Commons


El amigo imaginario by Miguel Huezo-Mixco is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

Comentarios

Fuente You can follow this conversation by subscribing to the comment feed for this post.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.