« Sembrar ebriedad | Inicio | Alejandro Cotto: el loco del pueblo »
La guerra no consiste en acciones candorosas. La guerra sirve para aniquilar, destruir y desmoralizar a los adversarios. En medio del humo agraz de la conflagración, sin embargo, resplandecen seres de luz que hacen posible el triunfo del bien y la misericordia. Victoria fue uno de esos seres.
Su nombre era Christa Baatz pero será recordada con el nombre que ella decidió usar en la vida que empezó como médica en la zona de guerra. Ella, como muchos otros, que llegaron de las ciudades de El Salvador y de numerosos países del mundo, libró aquella batalla usando algodones.
Todos pasamos momentos de aflicción en medio de las hostilidades de aquel largo conflicto, y fuimos a esos improvisados consultorios, o llamamos a aquellos ángeles para que llegaran hasta la más alta montaña o a la honda quebrada donde nos encontrábamos, y aquellos médicos y médicas cruzaban ríos, corrían peligros, para aliviarnos un dolor, para salvarnos la vida, o la de uno de nuestros seres queridos. Nunca olvidaré la sonrisa llena de ternura de Victoria hasta en los momentos más difíciles.
Victoria era alemana de nacimiento. Ortopeda, especializada en traumatología y neurocirugía. Trabajaba en hospitales modernos, pero en Chalatenango no existía nada de eso.
“Sin equipo, sin quirófano, todo destruido. No había casas con techo, y el único lugar donde había cuatro paredes medio intactas era la cocina: negra (cubierta) de tile”, recordaría Victoria años más tarde. Así nació el aparato sanitario de la guerrilla.
Ella y otros y otras, aplicaron sus conocimientos, crearon protocolos médicos adaptados a una guerra irregular, hicieron una extraordinaria labor de formación de personal paramédico, organizaron puestos que curaban en la línea de fuego y crearon un sistema de atención de salud para las poblaciones campesinas de las zonas de combate, donde antes no hubo nunca un médico que las atendiera.
Ha muerto Victoria. Mi sanadora. Sus cenizas se fundirán con el humus de nuestra tierra, junto a todos nuestros desaparecidos, junto a todas las víctimas, al lado de los masacrados y de los caídos. En Guarjila, Chalatenango, aquella mujer de luz tendrá un jardín donde honraremos su memoria.
You can follow this conversation by subscribing to the comment feed for this post.
Los comentarios de esta entrada están cerrados.
Me fascina el primer párrafo, es muy talentoso para escribir, lo felicito. Este tipo de personas que vienen desde tan lejos motivadas por sentimientos de bien y compasión son realmente admirables. Sí, son luz y representan el triunfo del bien.
Publicado por: Gabriel Pleités | 05/15/2015 en 03:04 p.m.
Muchas gracias Gabriel. Ella fue un ser maravilloso.
MHM desde teléfono móvil
Excusar errores tipográficos y ortográficos
Publicado por: Miguel Huezo Mixco | 05/15/2015 en 03:06 p.m.
Me recuerdo de un medico gringo que estubo en Chalate
Anos despues me lo encontre ,el habia escrito un libro .Me gustaria adquir su libro.
Publicado por: Zampano | 05/15/2015 en 09:42 p.m.
Es Jorge. Su libro esta firmado como Francisco Metzi. Quizás se encuentren copias
MHM desde teléfono móvil
Excusar errores tipográficos y ortográficos
Publicado por: Miguel Huezo Mixco | 05/15/2015 en 10:27 p.m.
Lindo articulo MHM...tiene que haber sido una persona especial.
Publicado por: Frodi | 05/16/2015 en 01:58 a.m.
La partida física de Victoria impacta. Deja un hueco y una desazón en el alma. Siempre la admiré mucho, casualmente después del conflicto vivimos en el mismo pasaje en San Salvador. La veía salir en su 4x4 rumbo a Chalatenango y otros lugares para siempre deambular con su sabiduría médica en pro de la gente más necesitada. De igual forma ella fue una persona que no escatimo su esfuerzo en ayudar a otras personas para que se formaran en el campo de la medicina. Hay tanto que agradecerle y llevarla siempre en el corazón!!
Publicado por: Elmer Romero | 05/16/2015 en 12:10 p.m.
Miguel: leerlo a usted es sanador en medio de esta oscuridad que vivimos en el país, en medio del caos, de la violencia, de los accidentes macabros donde las máquinas se tragan a los seres humanos. Gracias por compartir con nosotros su testimonio de alguien que fue y será luz (como nuestro Pastor Romero), en medio de todo, el mundo puede ser mejor.
Publicado por: Roxana | 05/16/2015 en 02:37 p.m.
Hace un poco mas de dos años, en una madrugada solitaria le escribí a nuestra querida Victoria uno de muchos correos. Ya no recuerdo si se encontraba en Suiza o Venezuela cuando su enfermedad comenzaba y ella, vital y valiente como era, se enfrentaba al cáncer desafiante y combativa. Sabíamos de su guerra personal y nos dolía saber que sufría. Esto fue lo que le escribí:
________________________________________
Hola
Estoy solo, contestando correos rezagados aprovechando este dia de asueto. Me agarró la madrugada haciéndolo y es ya muy tarde. Escribir tanto y sobre tantas cosas me tiene un tanto excitado así que para calmarme un poco me serví un trago de Ron (un poco grande) y me lo estoy tomando a la salud de la Victoria.
Tengo nostalgia de la Victoria (mas bien Saudades como dirían los brasileiros) y es un poco lógico, puesto que a nadie le gustan las derrotas. Por eso siempre celebré el seudonimo de Christa. Levanta el ánimo pronunciarlo, trae recuerdos dulces, solidarios, alegres, victoriosos.
Por eso es que a nuestra Victoria no nos resignamos nunca a llamarla Christa Baatz. Nació con el nombre equivocado, debieron llamarla Victoria desde el principio. Nos hubieran ahorrado muchas confusiones, especialmente a los niños o a los que seguimos siendo un poco como niños: soñando y teniendo esperanzas.
Ahorita estoy soñando. Sueño con la Victoria en la construcción de la Organización Comunitaria, fortaleciendo el Foro Nacional de Salud, pensando en las formas de concretar la participación social, en como le haremos para que las comunidades le cuenten las costillas al personal de salud y les puedan así ayudar a ser mejores técnicos y mejores personas, (como nuestra Victoria).
Así que compónte luego, así podremos cantar Victoria contigo. Te necesitamos tanto como te queremos.
Un abrazo, un beso... y Salud!
Felipe
________________________________________
Victoria no tardó mucho en contestarme, todavía no terminaba mi trago de ron cuando lo hizo. Aún conservo su respuesta:
Querido Eduardo, querido companiero mio, un gran, gran abrazo.
No te imaginas que alegria me invadió al recibir y leer tu correo. Este dia estuve muy, muy triste me encontraba aferrada- y desesperadamente en un hoyo oscuro. Delmi estaba arreglando sus maletas. Ya me sentía fisicamente mucho mejor. No habia razon para pedir que Delmi se quedara un poquitito mas sacrificando el trabajo de todos Ustedes. Leyendo tu correo, quería estar con tigo acompaniandote tomando un traguito de ron y los recuerdos de los tiempos que hemos vivido juntos. Recuerdos como dices dulces, solidarios, alegres ,victoriosos me consolaban y de repente sentia una alegria y me reia sobre tus fabulaciones a cerca del nombre Victoria y sobre tus suenios.
Ademas un milagro cambio la triste realidad: En el ultimo momento de la salida al aeropuerto llego la noticia que Delmi tenia el permiso de Ustedes y que se logró cambiar el boleto.
Te quiero mucho y te agradesco por tu amistad y solidaridad y que me sacaste del bache emocional.
Victoria
________________________________________
Hoy quisiera tenerte de nuevo con nosotros.
¡Hubiera querido tanto haber podido tomarnos juntos ese traguito de ron!
Cuando nos juntábamos solíamos tener largas conversaciones, nos reíamos de todo y de todos, especialmente de nosotros mismos y terminábamos fundiéndonos en un abrazo, comentando como los lazos tejidos en la guerra son difíciles de entender para quienes no estuvieron en ella. Les cuesta, decíamos, comprender esos cariños y esas lealtades cimentados en confiarnos diariamente la vida los unos a los otros, en compartir pequeñas cosas cuando no se tiene nada mas, en identificarse sinceramente, sin egoísmos ni mezquindades con los intereses de los excluidos.
Otros no lo entienden, nosotros si.
Pero de todos modos "el que ríe de último ríe mejor" dice el refrán y todavía te falta una pequeña Victoria: cuando todos los que hoy nos reunimos para recordarte estemos en el mas allá, tomándonos contigo ese traguito de ron, a lo mejor nadie nos recuerde a nosotros, pero a ti te seguirán gritando y recordando todos (a veces seguramente sin saberlo) cuando se demande a los compañeros caídos en la lucha y todos respondan en coro:
¡¡Hasta la VICTORIA siempre!!
Publicado por: Eduardo Espinoza | 05/16/2015 en 10:39 p.m.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE COMPANERA VICTORIA !
Publicado por: Zampano | 05/16/2015 en 11:01 p.m.
Lei lo escrito y llore recordando a Victoria.
definitivamente era un ser de luz.
Llego a mi vida hace mas de 20 años y fue la persona que me ayudo a llevar mi dolor, a acompañarme y solidarizarse cuando Guiller partia, cuando todo sentia que se oscurecia.
Era de los seres que hacian diferente este mundo, con su mirada dulce, serena, profunda que reflejaba su alma y su sonrisa expontanea, era toda solidaridad, humanidad, empujando la bondad y el bien coumn, poniendo a la disposición su saber, su vida, y lo correcto para con los demas.
En este tiempo actual, tan dificil, el que personas como ella partan duele y dejan un vacio y donde estes sabras que no has muerto que vives en el corazón de nuestra gente y en el mio infinitamente, que solo partistes a reunirte con otros que se nos adelantaron. Gracias Victoria.
Publicado por: mercedes | 05/22/2015 en 12:22 p.m.
Les comparto este enlace.
http://epocaencambio.blogspot.com/
Publicado por: ODuran | 05/27/2015 en 11:46 a.m.
Gracias Haroldo por traernos recuerdos de compas que dieron lo mejor de si .Algunos no eran ni siquiera Salvadorenos .Otros ni siquiera militares.Pero tenian la esperanza de una mejor sociedad Salvadorena .Tantos perdieron su mas grande posecion .La vida misma ,por una sociedad que no entiende nada .
La moda actual es hablar de Monsenor ,El fue solo uno de esos martires inocentes que no tubieron voz .Que cada uno de nosotros lleva sus nombre grabados en nuestro corazon .
En 1976 mataron a un vecino de colonia porque en un reten le encontraron monedas de Cuba.Los asesinos pretendian que venia de entrenarse en Cuba .El eratan solo filatelic-Neusmatico .
Esos inocentes nadie los conoce yo lleveo en mi alma varios nombre grabados como con hierro fundiente!
Publicado por: Zampano | 05/30/2015 en 05:48 p.m.