Me dice cosas al oído y no tengo más remedio que escribirlas.

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14/12/2014 19:24:11

¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas...

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Vladimir Amaya publica el “Segundo índice antológico de la poesía salvadoreña”. Leo este libro como un registro de la sensibilidad expuesta por poetas nacidos entre 1957 y 1987. Me gusta, es interesante y necesario, pero le falta algo…

El libro reúne a 74 poetas. Te imaginás: una sala con 74 poetas, cada uno tratando de hacerse escuchar. Es una madrugada del siglo XXI: el sol se levanta y los gallos cantan y cantan. Ninguno canta igual a otro, pero uno los escucha, unos más cerca, otros más lejos, y dice: son gallos. Algunos suenan desafinados, pero da igual: me gusta escuchar el canto de los gallos. El libro está lleno de ellos, pero le falta algo…

El autor se impuso ocho criterios para seleccionar a los poetas que debían ser incluidos. El libro es como un arca de Noé. Digo esto, porque la leyenda establece que ocho personas se salvaron del diluvio. Los criterios usados por el autor son válidos, pero le falta algo…

El libro establece un diálogo explícito con otro libro, de naturaleza similar, publicado en 1982, producido por otro poeta: David Escobar Galindo. Estoy usando una metonimia, pues los libros no dialogan. Los que conversan son los autores. Y a menudo no dialogan, sino que se enfrentan. Muchos poetas se definieron en los últimos cuarenta años por su enfrentamiento con Escobar Galindo; pero Vladimir Amaya ya no carga con el peso de esas disputas; lo cual es magnífico, pero le falta algo…

El volumen contiene los poemas que más le gustan al autor, o los que le sirven para probar algo que me parece improbable, sobre lo cual no diré una palabra. No me siento conforme con varios de los poemas que fueron seleccionados. Al final, las decisiones son suyas. Como lo dice en su Nota aclaratoria, Amaya nunca tuvo el propósito de establecer un canon (palabra horrible, por lo demás), pero le falta algo…

Lo que le falta al “Segundo índice antológico de la poesía salvadoreña” son las voces de la otra orilla. Hablo de los poetas salvadoreños que escriben en inglés, o en español, en Estados Unidos. ¿Por qué no fueron incluidos poetas como William Archila, Quique Avilés o Elsie Rivas Gómez, para mencionar a algunos? Quizás sus nombres falten.

Ellos y ellas nacieron en el marco temporal establecido por Vladimir. Muchos de ellos tienen evidente calidad literaria, incuestionable fuerza emotiva e imaginativa, trayectoria, reconocimiento, obras publicadas y presencia pública.

La evidencia indicaría que ni siquiera fueron considerados. Cuando Amaya hace el inventario de las antologías de poesía salvadoreña que consultó para confeccionar su selección (32 publicaciones, si no me equivoco), la lista no incluye la compilación de poesía salvadoreña más interesante del nuevo milenio: “Teatro bajo mi piel”, publicada este año por Editorial Kalina.

Le faltó desprenderse de la idea de El Salvador como un país de 20 mil kilómetros cuadrados, donde los que cuentan son los cantos de los gallos que cantan dentro de ese corral. Esto es algo más que un asunto de geografía. Le faltó reconocer que algunos de sus poetas, como su pueblo mismo, ya no escriben solo en español. Le faltó apartarse de la idea de que para ser considerado salvadoreño es necesario haberse formado y crecido en El Salvador.

Su caminar se detuvo frente al infame muro fronterizo y le faltó mirar por encima de él. Así, perdió la oportunidad de presentar esos nuevos contornos lingüísticos, temáticos y estéticos que le otorgan singularidad a la poesía salvadoreña de nuestros días.

El registro de la sensibilidad poética salvadoreña de los últimos cuarenta años, salvo excepciones es, a la vez, diverso y monótono. Como los cantos de los gallos. Como ha ocurrido en todas las épocas, desde que la poesía es poesía.

 ¿Qué es poesía? (...)

¿Y tú me lo preguntas?

 

Comentarios

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De seguro que si la hubiera elaborado, de perdida, un Huezo más duro, a esta hora estaría tensando, junto a un buen café, que no no le falta nada.

Poesía eres tu...

Que terrible es ser poeta en El Salvador.Es un pasatiempo de enanos ,que no es .Que gritan su monitonia al cielo .Para hacerse ver .No oir dije ver .

Se me olvido decir.Que incompletos estos senores poetas que necesitan sentirse admirados solo hablando vericuetos que no tienen trascendencia .
Den gracias a Dios que alguien invento la poesia y pueden ahi encotrar refugio y esconderse de esa mediocridad .

He aca mi poema dedicado a el poeta Salvadoreno

No tienes los aires de un Debussy ..Demaciado complicado.

No tienes las manos de un Giacometti.Demaciado sudado..

No tienes la creatividad de un
Alan Turing ..Aunque le deseas su feminidad...Demaciado matematico

Eres poeta Salvadoreno ..Ya que te encanta el pleito ,eso si es entretenido ,vociferar con lexico de anagramas.

II
No tienes la pinta de Warhol
ni la nariz de Pablo Neruda,
Tampoco fuiste cercano a Jim Morrison.
Solo conoces a algun borracho de por ahi con actitud ..

Eso si deseas y nolo niegues la fortuna de Mick Jaeger,la regalias de Gomez Bolanos.
Pero no es posible ,solo puedes pretener a mas pleitos inutiles con otros de tus similares .

La verdad es que el poeta salvadoreno es tan pequeno como el maldito pais .Pretende crear un patrimonio en una mentira .El pais es una mentira ..pais,dije demaciado .
El otro dia el tal Galindo se auto-congraciaba en publico (La Prensa G) de dos lineas de "poesia" .Pobre indio cretino ,tan lejos de Beaudelaire y tan cerca de Cantinflas.

Hablando de Beaudelaire . O de Gerdard de Nerval Acaso esos majes neceitaban de apellidos compuestos : Baudelaire Ramirez o Nerval Gonzlaes

Huezo Mixco , Escobar Galindo
Indios pomposos!

ELPOEMA DE AMOR de Roque Dalton: Que tremenda PORQUERIA! .De Nivel lirico de un marero pintarrajeado !
La letra de "Pedro Navaja" es 10 niveles de magnitud mejor.
Pero es eso el poeta Salvadoreno un mediocre,pendenciero pretencioso.

Farineto: menos pretensiones y más hortografiya. Lee un poquitito, en cuanto tu hígado te ceda tiempo.

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