Crónicas guanacas se concibió para ser parte de El Faro desde finales de 2009, pero le tocó madurar exiliado durante más de un lustro. El blog regresa a su casa su esencia intacta: interpretar fotogramas, escenas o secuencias de la realidad salvadoreña.

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05/09/2017 18:55:34

El cuento de los enfrentamientos

Siete párrafos más abajo hay un revelador video con declaraciones del comisionado Cavallaro que dejan muy mal parado al gobierno de Salvador Sánchez Cerén en materia de derechos humanos, pero le invito primero a leer los siete parrafitos, porque le ayudarán a contextualizar las palabras del comisionado Cavallaro.

Más de 1,000 personas han sido abatidas por policías y soldados en El Salvador desde enero de 2015. Esas más de 1,000 personas no son todos pandilleros, y solo incluyen los homicidios cometidos en horario laboral, por decirlo de alguna manera; es decir, ocurridos en operativos etiquetados como ‘enfrentamientos’ en las bitácoras de la Policía Nacional Civil (PNC).

En todo 2016, por ejemplo, la PNC dijo que los policías y en menor medida los soldados protagonizaron 407 ‘enfrentamientos’, con un balance de 591 supuestos pandilleros, 8 policías y 2 soldados muertos. Es decir, el gobierno nos afirma sin pudor que cuando se enfrentaron a balazos policías y supuestos delincuentes, hubo 59 malacates caídos por cada servidor público fallecido.

Cada supuesto choque armado el gobierno lo etiqueta como ‘enfrentamiento’ y, salvo contadísimas excepciones, los fiscales se tragan la versión y ahí queda la cosa. A veces, cuando hay algo demasiado estridente o los periodistas destapan las incongruencias, la Fiscalía va un poco más allá, abre algún expediente, pero la mayoría de las veces termina pidiendo el sobreseimiento definitivo a favor de los policías. No hay ni un solo policía ni soldado condenado por ninguno de esos 1,000 homicidios.

La sociedad salvadoreña también tiende a creer que los ‘enfrentamientos’ son en verdad enfrentamientos, con disparos de uno y otro lado. El gobierno, de hecho, suele intercalar sus versiones oficiales con anuncios de decomisos de poderosos fusiles M-16, Ak-47 y AR-15 a esos malacates que ‘enfrenta’. Con frecuencia, también se filtran fotos de hombres cosidos a balazos con armas tiradas cerca de sus manos. Y los salvadoreños, en términos generales, aceptan, conviven y hasta aplauden el cuento de los ‘enfrentamientos’. Pocas, muy pocas voces lo cuestionan.

El Servicio Social Pasionista (SSPAS) y el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (Idhuca) son dos de esas excepciones. Desde hace meses explicitan sus sospechas de que una parte de los ‘enfrentamientos’ son en realidad ejecuciones extrajudiciales. Y sospechan también que la Fiscalía, algunos jueces e incluso la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos están siendo muy crédulos con la versión oficial. Por esas complicidades, y porque consideran que es algo fundamental para la sanidad de un Estado de derecho, decidieron denunciar al Estado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la CIDH.

La CIDH decidió escuchar sus quejas, y este martes 5 de septiembre se celebró la audiencia en Ciudad de México. Durante los primeros 35 minutos hablaron, de un lado, los voceros del SSPAS y del Idhuca; y del otro, el representante del Estado salvadoreño, responsabilidad que recayó en Raúl López, el viceministro de Seguridad Pública, el mismo que la semana pasada ganó notoriedad por la ocurrencia de piropear a una periodista de El Noticiero de Canal 6.

Pero lo más relevante de la audiencia fue cuando se abrió el turno de preguntas a los comisionados. James Cavallaro tomó la palabra y dijo esto:

Dice: “Cuando hay cifras así, se trata de algunos enfrentamientos y muchos casos de ejecuciones”.

Pero, ¿quién es este tal Cavallaro para atreverse a hablar con tanta rotundidad y desmontar de un plumazo el discurso del gobierno salvadoreño?

James L. Cavallaro es uno de los siete comisionados de la CIDH. Esto dice la breve hoja de vida colgada en la página web de la institución: “Ciudadano de Estados Unidos, es abogado graduado en Harvard, con un posgrado en derecho de la Universidad de California en Berkeley y un doctorado en derechos humanos y desarrollo de la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, España. Actualmente James L. Cavallaro es profesor de derecho en la Universidad de Stanford y director fundador de la Clínica de Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Resolución de Conflictos y el Centro de Derechos Humanos de dicha Universidad. Anteriormente fue profesor de derecho en la Universidad de Harvard y director ejecutivo del programa de derechos humanos de Harvard. Fue fundador del Centro de Justicia Global, una organización basada en Brasil, y fue director de las oficinas en Brasil de Human Rights Watch y del Centro para la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL). Es autor de decenas de artículos, libros y otras publicaciones sobre derechos humanos y sobre el sistema interamericano de derechos humanos. Fue elegido comisionado en el 43º período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en junio de 2013 por el período reglamentario de cuatro años, contados a partir del 1º de enero de 2014. En el 154º Período de Sesiones de marzo de 2015, fue electo primer vicepresidente de la CIDH. A partir del 1º de enero de 2016 asumió la presidencia en sustitución de la excomisionada Rose-Marie Antoine, quien culminó su gestión el 31 de diciembre de 2015”.

Habrá quien hoy ponga cara de sorpresa ante la contundencia del comisionado Cavallaro. Pero la Sala Negra de El Faro publicó en octubre de 2016 una investigación periodística que ya demostró, con idénticos argumentos a los que usó el comisionado Cavallaro, que la versión del ‘enfrentamiento’ encubre en realidad viles ejecuciones extrajudiciales cometidas bajo un manto de impunidad. El trabajo está basado en las cifras oficiales de muertos y heridos en uno y otro bando cada vez que se ‘enfrentan’, interpretadas también por reputados expertos internacionales en la materia, como lo es el comisionado Cavallaro.

Al calor de sus declaraciones, les invito a leer o a releer el reportaje ‘Casi que Guardia Nacional Civil’.

Apenas nada sucedió tras la publicación de esta investigación en octubre pasado. Y dudo que vaya a suceder algo ahora. ¿Por qué? Porque me temo que el Estado y la sociedad salvadoreñas, en general, creen que las ejecuciones extrajudiciales cometidas por policías y soldados son beneficiosas o, en todo caso, un problema menor. Por algo somos una de las sociedades más violentas del mundo, si no la más.

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Foto Marvin Recinos (AFP)

Comentarios

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Roberto, y a pesar de todo lo que se ha dicho y escrito sobre las ejecuciones extrajudiciales y también sabiendo (al menos tú y yo), que este gobierno de Cerén es el que ha enfrentado con "más" plomo al fenómeno pandilleril, no te parece extraño que aún mucha población y, sobre todo de derecha, sigue diciendo que este gobierno no ha hecho nada en contra de las pandillas y cuando dicen no ha hecho nada, no precisamente se refieren a buscar soluciones pacíficas, de entendimientos, integrales, por lo contrario, la ciudadanía lo que pide es sangre, pide muerte (muy parecido al discurso de G. Gallegos). Tú, yo y Héctor Silva Ávalos (y otros más) sabemos los pecados de nacimiento de la ANSP y de la PNC, por lo que no es raro pensar que a algunos de sus miembros les es fácil caer en la tentación, máxime cuando las circunstancias apretan. Como ya lo comenté en "Mijango tenía razón", el tema de los entendimientos o búsqueda de soluciones integrales al fenómeno pandilleril es algo difícil de asimilar para la población en general y por eso vemos que muchos se refieren a este tema con doble clara y muchos, principalmente la oposición política, está más pendiente de señalar al gobierno que de buscar puntos comunes con el gobierno, en la búsqueda de esas soluciones integrales. Y también dije que la mayoría de medios, en vez de enfocarse en tratar de educar a la ciudadanía en pro de soluciones democráticas, dispara sus editoriales y noticias en favor de la venganza, de la sed de muerte y sangre, adiestran a la ciudadanía a satanizar todo aquello que no sea "plomo" contra las pandillas. Contra todo eso tienen que luchar las políticas de seguridad del gobierno. Pienso, que por ejemplo medios como El Faro, así como enfoca esfuerzos en señalar a los cuerpos de seguridad cuando se salen del guacal, también deberían hacer "grandes" esfuerzos en señalar e investigar sobre las posibles soluciones integrales al problema y que actores deben involucrarse, pues lógicamente esto no solo es tema del gobierno.-

a Cavallaro lo están haciendo nuevo en las RRSS, luego viene Gallegos y dice "muerte a los mareros" y ya tiene la elección asegurada.

A este periodista que se cree paladín de la justicia y de los derechos humanos lo invitaría a que tome una pistola y se meta a una comunidad marginal cualquiera, preferiblemente con algún tipo de uniforme, para que después nos cuente. Habla de "ejecuciones" sin haber estado personalmente en ningún enfrentamiento como si lo han hecho muchos periodistas de TCS y Megavisión.

Ver el panorama de nuestro país desde la cúspide de la montaña, es muy fácil solo plasmar mi pensamientos en estos comentarios; conocemos esa realidad expresada, desde el corazón de las comunidades más golpeadas. El Señor Gallegos, expresa su pensamiento, pero tiene miedo morir, igual que todo ser humano, pero quiero expresar mi apoyo a tan buen trabajo de investigación periodística del Faro, y tan eminente trabajo del IDHUCA, porque en representación de nuestro pueblo y de aquellos que verdaderamente están sufriendo la represión de este nefasto gobierno del FMLN, se atreven a dar a conocer estas malas acciones, en las que no solo el órgano Ejecutivo está involucrado, sino y lo mas peligroso nuestro órgano Judicial y el Ministerio Público. Estas acciones ameritan una muerte súbita a estos órganos corruptos. Y espero que ésto sea efectivo en las próximas elecciones.

No se puede estar a cuando a la fuerzas Armadas por defender su vida la delincuencia debe de desaparer y ser combatir a este señor no puede venir a el salvador a querer atar a el ejército que libra una batalla suerte si el es musulmán o árabe y an sus países matan jente sólo por religión que valla a chillar a su madre este pellejo no a más intromisiones en asuntos internos de el Salvador muerte a todos los marreros y que metan al vote a todos los corruptos no a los derechos humanos servidores y protectores de asesinos

No más intromisiones contra las leyes internas en el salvador los derechos humanos FACHADA de proteccionismo de delincuentes muerte a todos los marreros cárcel a todos los corruptos este señor debería de ir a sus países árabes o musulmanes donde por religiosidad matan millones de jentes no a al proteccionismo ni cárcel a asesinos muerte a todos los marreros cárcel a todos los coruptos

Haber que dia el farito que ya no alumbra y sus periodistas que se creen la ultima gota de aagua en el desierto , publican una noticia criticando la violencia de las pandillas, no creo que lo hagan xq ellos son (el faro) son enemigos del gobierno y del pueblo y apoyan descaradamente a las pandillas, uds del Faro son la 4a pandilla, de eso no hay duda, sus noticias y cronicas lo confirman cada vez que los leo.

Con todo ese CV que tiene ese erudito defensor de las pandillas, estudio en Harvard, trabaja en Stanford,etc etc, que gran putas va a saber de la realidad de E S , si solo vive de la Universidad, a su lujosa casa, a viajar x el mundo en 1a clase y hospedarse en hoteles 5 estrellas, cuando visita otros paises va a reunirse y a dar conferencias en ligares con aire acondicionado o calefaccion de ser nacesario, con todo ese su record laboral y su vida de lujos, que gran putas va a saber James Cavallaro lo que pasa en el medio de la noche en un canton , en un caserio, o en una colonia o barrio de culaquier ciudad de E S??? No jodas cavallaro y no jodas vos Roberto Valencia, uds opinan de lo que no saben , de lo que no conocen , de lo que no viven, uds viven en una burbuja, nosotros , el pueblo vivimos en la realidad.

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