El recién electo presidente Donald Trump (vaya, nunca pensé que escribiría tal cosa) se encuentra organizando desde esta semana el equipo de trabajo que lo acompañará durante los próximos cuatro años.
Entre los elegidos figurará el nuevo responsable de la Administración Nacional del Aire y de Espacio NASA, reemplazando al actual administrador, Charles Boden, quien ya había adelantado que luego de la elección presidencial se retiraría del cargo.
En este momento no hay claridad quien será el designado, pero algunos sitios (SpaceNews) apuntan en dirección a Scott Pace, un destacado profesional quien trabajó en NASA durante la administración de George W. Bush, manteniéndose cercano a la industria aeroespacial desde 2008 y con buenos contactos en el sector privado. Pace es graduado del MIT y posee un doctorado de la prestigiosa escuela RAND.
Considerando que Scott Pace es un hombre que sabe de la industria espacial y es un gran entusiasta de la exploración planetaria, su elección sería lo mejor que le pudiera pasar a NASA.
Sin embargo, no todo seguiría igual en la agencia espacial.
Sabemos que los republicanos son negacionistas del cambio climático, a pesar que en este momento hay un consenso científico que confirma que el mundo está calentándose por la actividad humana, los republicanos prefieren cerrar los ojos a las pruebas y mantener una postura negacionista; por ello, ya está cantado –desde el año pasado- que NASA dejará de estudiar la Tierra y se dedicará completamente al espacio, de tal modo que la agencia ya no podrá seguir monitoreando la atmósfera, midiendo el CO2 que está vinculado directamente al calentamiento global.
La construcción del Space Launch System SLS (El cohete más potente en la historia humana) y la cápsula Orión se encuentra bastante avanzados, NASA ha recibido fondos federales autorizados por los mismos republicanos desde el Congreso así que sería bastante difícil que la administración Trump cancelara los proyectos, aunque no imposible, su suspensión sería un enorme derroche de dinero (casi 8 mil millones de dólares) y tiempo del cual se ha invertido recursos desde hace más de 5 años. Asimismo hay muchos puestos de trabajo que dependen del SLS en Texas y Florida, y algunos políticos están muy interesados en seguir manteniendo la industria aeroespacial en sus Estados. Si todo continúa según los planes, el primer lanzamiento del SLS y la cápsula Orión será en 2018.
Es posible que durante la administración Trump NASA se considere enviar humanos a la Luna que seguir desarrollando tecnología para que dentro de 20 años enviar humanos a Marte. Primero porque es mucho más económico colocar un humano en la Luna y segundo porque es el mejor paso en cuanto a ganar experiencia en otro cuerpo celeste. Así que quizás luego del vuelo de prueba de Orión en 2018 habrá algún interés en enviar una misión tripulada para orbitar a la Luna, o quizás desarrollar un módulo de descenso (parecido al Eagle) para descender en nuestro satélite. Al día de hoy no hay ningún módulo lunar construido, aunque la cápsula Orión está diseñada para poder adaptarse a uno de ser necesario. Scott Pace siempre fue un entusiasta en regresar a la Luna y luego pensar a largo plazo en Marte.
Quizás en algún momento luego de 2020 podamos ver una misión tripulada orbitando la Luna, o probablemente descendiendo (pero como ya mencioné se necesitaría la construcción de un módulo lunar). La posible misión a nuestro satélite puede que tenga algún interés científico o técnico -ganar experiencia- pero sino al menos será propagandístico, recordemos que Trump querrá demostrar que "América es grande de nuevo".
Todo apunta que la meta de colocar un humano en Marte tendrá que esperar más tiempo. Al menos por parte de Estados Unidos, ya veremos como reacciona China ante ese vacío tecnológico y pueda iniciar de nuevo una carrera espacial; eso sí, ellos tendrían que desarrollar la versión china del SLS, que considerando su actual desarrollo científico y tecnológico parece algo realizable.
No hay planes, ni rumores que den pie a sospechar que NASA abandone el espacio y mucho menos que Trump considere clausurarla, la agencia es ejemplo de prestigio estadounidense y es de gran interés estratégico ante otras potencias, algo así sería impensable. Veamos que tan generoso es la administración Trump con el presupuesto de NASA para 2018-2019, todo dependerá de eso.
Es seguro que en los siguientes años NASA continuará su presencia en la Estación Espacial Internacional, asimismo ya está listo el telescopio espacial Webb que reemplazará al Telescopio Hubble, así también varias misiones al planeta Marte y quizás autorización para la exploración del satélite Europa en Júpiter. Por cierto la misión Juno se encuentra orbitando Júpiter desde el mes de julio y en poco tiempo iniciará una misión de cinco años de exploración.
Veamos que sucederá el próximo año.
El universo ha sido uno de los grandes temas que los artistas han representado a través de la historia, aún en nuestra época que se caracteriza por tener una amplia comprensión científica de los fenómenos naturales, el universo sigue apareciendo en nuestro arte ya sea de manera metafórica o literal. No es extraño que la Luna, el Sol y otros cuerpos celestes aparezcan representados de diversas maneras en la literatura, la lírica, la plástica, el cine y la música.
La cantidad de canciones que incluyen contenido astronómico es enorme, para cubrirlo en su totalidad sería necesario organizar un enorme catálogo, si ampliáramos la lista a otros géneros e idiomas todavía sería más complejo y quizás hasta irrealizable hacer un listado. He seleccionado once canciones populares con temas astronómicos como un mero ejercicio etnográfico de astronomía cultural y no porque estas canciones sean mejores que otras o porque sean más notorias, es posible que usted tenga en mente un par de canciones más donde los cuerpos celestes son los protagonistas o son utilizados para darle un sentido poético a la canción.
Aquí la lista:
1) Fly Me to the Moon - Frank Sinatra
La versión de Sinatra es quizás la más conocida. El enamoramiento se representa como un viaje por la Luna, Marte, Júpiter y las estrellas. Uno de los estribillos es interesante “Let me see what spring is like on jupiter and mars” y en efecto, todos los planetas del Sistema Solar poseen estaciones, eso sí, distan mucho de las estaciones terrestres. ¿Cuáles son los factores que permiten que un planeta tenga estaciones? Pues la inclinación de su eje de rotación, su órbita alrededor del Sol, la distancia que el planeta se encuentre de nuestra estrella y obviamente la atmósfera que posee.
Aunque el eje marciano es similar al terrestre (25°) la primavera marciana es diferente a la terrestre en muchas formas, primero hay que recordar que Marte no posee vegetación, sino que es un enorme desierto probablemente estéril, así que la primavera marciana (que dura unos 6 meses terrestres) no habrá flores ni campos verdes, pero sí un leve y lento calentamiento de la superficie que va desde los -125C en invierno hasta los 20C en verano. Debido a que Marte tiene una órbita más excéntrica que la terrestre los cambios de temperatura son bastante extremos dependiendo si el planeta se encuentra en su afelio o perihelio, por eso los inviernos en el hemisferio sur marciano son más fríos en comparación el hemisferio norte, así que la primavera será más fría en el sur que en el norte. Por otro lado la débil atmósfera es bastante incompetente para mantener el calor solar, casi todo el calor del día se disipa al espacio.
Júpiter es muy diferente a Marte, su eje está inclinado tan solo unos 3 grados así que aunque existe primavera es poca la diferencia entre las estaciones. Júpiter es un planeta gaseoso de fuertes tormentas de nubes de amoníaco, hidrosulfuro de amonio y agua. Si buscamos una temperatura primaveral parecida a la de la Tierra (15C) habría que introducirse entre las nubes del planeta y llegar a unos 150 km bajo la tropósfera joviana, en ese momento la presión atmosférica es equivalente a unas 10 atmósferas terrestres.
2) Space Oddity - David Bowie
David Bowie falleció en enero de 2016, así que la canción Space Oddity tuvo un repunte de popularidad. La canción trata de la desaparición de un astronauta, el mayor Tom, quién observa a la Tierra desde una distancia de 100,000 millas, eso correspondería a unos 160,934 kilómetros, no muy lejos a escala astronómica, corresponde a la mitad de la distancia de la Tierra a la Luna.
3) Un millón de años luz de casa - Soda Stereo
Soda Stereo va más lejos que Bowie en cuanto a distancias, en su canción "un millón de años luz de casa" usan el concepto de la distancia años luz como metáfora. ¿Cuanto es un millón de años luz? pensemos que la luz tiene una velocidad constante en el vacío de 300,000 km por segundo, un millón de años luz correspondería más o menos a 9.46073047258 más 18 ceros, es una cifra tan grande que hasta es imposible de pronunciar, por eso la escala kilométrica no es adecuada a niveles astronómicos, para distancias estelares y galácticas se utiliza el pársec, que corresponde a 3,26 años luz.
La palabra pársec proviene del inglés "parallax of one arc second", es la distancia a la que una unidad astronómica (distancia Tierra-Sol) es de un ángulo de un segundo de arco (1") en la bóveda celeste. Pero igual el pársec se nos queda corto a distancias galácticas, así que se propusieron los kilopársec Kpc (mil pársec, 3,262 años luz), el megapársec (un millón de pársec) y el gigapársec (un millón de millones de pársecs)
¿Pero que tan lejos va Soda Stereo? un millón de años luz nos coloca fuera de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Si viajáramos un millón de años luz en dirección a la constelación de Andrómeda estaríamos a la mitad del camino entre la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda M31, desde esa distancia sería posible divisar toda nuestra galaxia. Pero no es nada si consideramos la galaxia más alejada a nosotros (que podemos observar por medios telescópicos) se encuentra a unos 46,500 millones de años.
4) Rocket Man - Elton John
Elton John al igual que Bowie canta sobre un astronauta que irá al espacio, el astronauta de Rocket Man está inspirado en el cuento corto "The Rocket Man" de Ray Bradbury. Tal como dice la letra y como lo hemos mencionado antes "Marte es frío como el infiero", Marte es muy frío aunque no en extremo, las temperaturas se mantienen en promedio en unos -63 C en la noche llegar a -80 C, en los casquetes polares la historia es otra, dependiendo de la estación la temperatura puede bajar a -143 C.
El lugar más frío del Sistema Solar se encuentra muy cerca de casa, en la nuestra Luna, la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) descubrió que en el polo sur lunar se encuentran cráteres que se mantienen en oscuridad perpetua, registrando temperaturas de -238 C.
Tampoco Marte es un buen lugar para criar un hijo, habrá que ver la película "The Space Between Us" para hacernos una idea del primer humano criado en el planeta rojo.
5) Sirius - The Alan Parsons Project
Sirio es la música instrumental introductoria de su canción Eye in the Sky de The Alan Parson Project, una banda de rock progresivo ahora no tan popular. Sirio es la estrella más brillante del firmamento, ubicada en la constelación del Can Menor, muy fácil de distinguir a final del año observando hacia el sur oeste de la constelación de Orión. En realidad es un sistema binario de estrellas ubicado a unos 8.6 años luz de la Tierra. Los egipcios observaban el aparecimiento de Sirio en el horizonte antes del amanecer coincidiendo con la inundación anual del río Nilo, por ello Sirio fue muy apreciado por los antiguos egipcios, sabiendo eso hace sentido la portada del disco Eye in The Sky de Alan Parsons Project.
6) Laika - Mecano
La perra Laika es uno de los animales más famosos de la historia porque fue el primer animal en viajar al espacio exterior, la hazaña perruna ocurrió cuatro años antes que Yuri Gagarin lograra salir de la Tierra abordo del Vostok 1. La URSS necesitaba probar la tecnología espacial y comprobar como se comporta el cuerpo en un ambiente de microgravedad. Desde Laika han visitado el espacio otros perros, pero también se han enviado monos, moscas, ratas, hormigas y peces. Lamentablemente los soviéticos no estaban muy interesados en la seguridad de Laika, ella murió a las pocas horas de alcanzar el espacio producto de un sobrecalentamiento dentro la cápsula.
7) Here come the sun - George Harrison
Para latitudes superiores al trópico los solsticios de invierno suponen los días más cortos y las noches más largas por lo general con temperaturas frías. Muchas sociedades antiguas del hemisferio norte que seguían la posición del Sol en el cielo durante el año sabían que cerca del 21 de diciembre el Sol llegaba a su posición más austral en el cielo para luego regresar (en el sur pasaba lo mismo pero ocurría el 21 de julio) así que crearon mitos para explicar tal fenómeno, hoy sabemos que ocurre por la inclinación del eje terrestre y la posición terrestre en su órbita alrededor del Sol.
8) Saturn - Stevie Wonder
El Saturno de Wonder parece un mundo idealizado, de aire limpio y donde sus anillos resplandecen. Aunque Saturno parezca un sitio tranquilo no lo es, de la misma forma que Júpiter, Urano y Neptuno, Saturno es un planeta gaseoso con fuertes tormentas. Cada 20 o 30 años aparece una enorme tempestad que afecta uno de sus hemisferios, incluso es posible observar la tormenta desde la Tierra con un telescopio de aficionados.
Los anillos de Saturno están compuestos por pequeñas partículas de hielo y partículas de polvo ricas en hierro, es uno de los objetos celestes más impresionantes a través de un telescopio.
9) Hijo de la Luna- Mecano
Muchas sociedades le han otorgado al Sol y a la Luna de características humanas, muchas de ellas con narrativas sobre sexualidad, relaciones de familia o roles de género. Hemos creado mitos alrededor de la Luna, uno muy popular entre los médicos y las enfermeras es que hay más partos y accidentes en noche de luna llena, cosa que es desmentida cuando se analizan los datos de hospitales y clínicas, a pesar de ello muchos médicos siguen creyendo que Luna afecta directamente a los humanos.
Hasta hace muy poco tiempo mucha gente creía que los niños que nacían con palada hendido eran porque habían sido "comidos por la luna", porque un eclipse les influyó algún defecto o porque fueron engendrados en "un cambio de Luna", la evidencia científica muestra que la Luna no tiene nada que ver con malformaciones congénitas, pero el folklore mantiene la creencia, no es raro entonces creer que un albino pudo ser influido por los rayos lunares.
10) We Are All Made of Stars - Moby
nuestro cuerpo está construido de átomos, la base de la química orgánica está compuesto de los elementos hidrógeno, carbono, nitrógeno y oxígeno, pero nuestro cuerpo también posee átomos de hierro (en nuestra sangre), fósforo, potasio, magnesio, cloro y sodio.
¿De donde salieron los átomos de la tabla periódica y los que se encuentran en nuestro cuerpo? Pues muchos de ellos fueron formados a partir del hidrógeno dentro de antiguas estrellas ahora extintas, algunos átomos más pesados que el hierro se formaron en explosiones de supernovas, ocurridos mucho antes que nuestro Sol y nuestro sistema solar se formara.
11) Space Junk - DEVO
La basura espacial es un riesgo, se cree que muchos fragmentos de satélites desechados o fragmentos de ellos caen todos los días a la Tierra, puede ser un pequeño objetos de pocos centímetros o también puede ser uno de gran tamaño. En noviembre del 2015 cinco esferas metálicas cayeron en España, por suerte no hubo víctimas que lamentar. Hasta el momento las únicas víctimas de la basura espacial han sido algunos satélites que han sido golpeados por restos de otros que han quedado en órbita.
“…me siento vecino de las estrellas
Bajo la inmensa luna de verano”
Ricardo Lindo
Hace varios años recibí una llamada de Ricardo Lindo, un hombre que hasta ese momento conocía como poeta, alguien del mundo del arte y de las letras con quien había coincidido en dos o tres eventos culturales. La llamada fue corta y directa, Ricardo me invitaba a participar en una investigación hacía en el municipio de Corinto, Morazán. Él quería que examináramos unas rocas cerca de la cueva del Duende las cuales podrían tener alguna alineación astronómica.
Siempre he considerado a Corinto como un sitio misterioso que incluso raya en lo místico, es de esos lugares que uno regresa con más preguntas que respuestas, su hechizo no solo es por el arte rupestre que se exhibe en sus abrigos rocosos sino también por su geología, está lleno de grandes rocas que evocan aquellas imágenes mentales de lo que hoy creemos que fue la prehistoria.
Ricardo Lindo estaba tan entusiasmado con la investigación que en el trayecto hacia Corinto no dejaba de hablar de sus teorías sobre el pasado en Morazán, lo que decía me recordaba un poco a los académicos clásicos de la talla de don Tomás Fidias Jiménez pero mezclado con literatos y poetas del nivel de Salarrué. Hablaba con tanto ahínco, convicción y humor que parecía que era un niño contando un cuento o una película de acción, él era jovial a pesar de cargar sobre sí mismo una buena cantidad de años, tenía un frenesí y un impulso casi sobrenatural que solo era sometido por la fuerza de sus eternos cigarros.
Cuando llegamos a Corinto me mostró una de las rocas, una particularmente interesante que los locales le apodan "El Hongo", que es un enorme pedrusco equilibrado sobre un pedestal también rocoso, luego me enseñó otras con características similares que distanciaban de la piedra hongo por algunos metros. Ricardo creía que estas formaciones eran artificiales y que algún pueblo en el pasado remoto por una razón desconocida las había colocado en equilibrio. Le dije entonces que la naturaleza puede llegar a los mismos resultados por razones de la erosión y humedad, que en otras latitudes conocen a estas formaciones con el nombre de piedras caballeras, Ricardo no me dijo nada, solo me vio de reojo y se rió un poco mientras seguíamos apreciando a las rocas.
Recordé cierta historia de los astrónomos del siglo XIX que observaban al planeta Marte usando los primeros telescopios de gran apertura, ellos estaban tan convencidos que en Marte existía vida inteligente que pasaban noches enteras frente al ocular dibujando lo que creían ver, una serie de canales que se extendían por todo el planeta. Creían que en el planeta rojo había una civilización que agonizaba y que habían construido enormes obras de ingeniería planetaria para llevar agua del sur al norte, pero cuando las investigaciones y mejores equipos se desarrollaron se descubrió que Marte es un sitio desértico, despoblado y probablemente estéril, no hay canales ni ciudades porque todo fue producto de la imaginación humana, los astrónomos querían ver canales y su cerebro les hizo ver canales.
Porque en la ciencia, lo que uno cree no necesariamente es cierto.
Las rocas que me mostró Ricardo estaba un poco más al norte, atrás de un enorme bloque de piedra que se había desprendido de la pared lateral del valle quien sabe hace cuanto tiempo y cercanas al acceso de la cueva del Duende. Eran cinco rocas en total, cuatro de ellas en una alineación bastante particular, cuando las medí y obtuve su alineación azimutal me encontré con una de las más grandes sorpresas de mi vida.
Cuatro de ellas estaban alineadas con el norte real me pareció demasiado perfecta su posición para que la naturaleza las hubiera colocado de tal forma ¿de verdad estaba viendo la alineación de cuatro rocas o estaba siendo contagiado con el entusiasmo de Ricardo? Las volví a medir y las palabras que dije a continuación me persiguen desde entonces.
“Sí, en efecto, están alineadas…”
Ricardo Lindo que para entonces terminaba otro de sus cigarros, hizo una cara de sorpresa y alegría, él decía “¡lo sabía, lo sabía!”. Le expliqué que era una interesante alineación y que había una roca que era la más curiosa de todas, porque su posición en relación con las otras la colocaba un poco fuera de línea y le dejaban una una ventana hacia el horizonte poniente en dirección al ocaso solar, que quizás podría tratarse de “un antiguo observatorio”.
Pero en la ciencia, lo que uno cree no necesariamente es cierto.
De inmediato planeamos más visitas, partimos con algunas hipótesis, hubo que ubicar la posición de cada una de las rocas en GPS y luego reconstruir el horizonte para hacerlo coincidir con los ocasos del Sol y de otros cuerpos celeste en el presente y por lo menos unos cinco mil años en el pasado. Varias semanas después regresamos con dos compañeros y amigos de la Asociación Salvadoreña de Astronomía, Ricardo Lewy y Ramón Rossell, nos acompañó Astrid Francia quién había sido mi alumna y entonces estaba a punto de terminar su licenciatura en antropología en la UTEC, levantamos las posiciones GPS de las rocas y fotografiamos el horizonte durante las tardes de los solsticios y los equinoccios.
Todas las mediciones que hicimos no concluyeron en nada, ni el solsticio ni los equinoccios ni la posición más austral o norte de la Luna o Venus parecían coincidir con la famosa ventana de observación. Recuerdo tener en mi casa una pequeña pizarra donde dibujé un esquema del lugar con las líneas azimutales hacia el horizonte, todos los días veía ese croquis y me preguntaba si había alguna alineación. Hubo un par de estrellas en el horizonte que concordaban con algunas líneas que se podían trazar desde alguna roca, pero nada era concluyente, excepto la curiosa fila norte-sur.
Así que la idea que las rocas tenían un origen natural comenzó a tomar fuerza, varios amigos y colegas antropólogos, así también algunos arqueólogos que supieron de oído el trabajo que hacíamos comentaron que perdíamos el tiempo, que las rocas eran de origen natural y punto.
Ricardo Lindo tomaba con humor las opiniones contrarias a la investigación y siempre remataba con algo ingeniosamente divertido, yo era de la opinión que había algo curioso y teníamos la obligación de investigar desde un punto diferente de lo que siempre se había hecho. En ese tiempo logramos contactar y hacer una visita de campo con Luis Castillo, geofísico de la Universidad de El Salvador, Luis quien en un principio consideró el origen artificial de las rocas con el tiempo cambió de opinión y emitió un arrollador veredicto geológico: las formaciones rocosas podían explicarse perfectamente a partir de fuerzas de la naturaleza.
Ricardo se desilusionó con la conclusión de Luis Castillo, yo también me desilusioné pero ambos nos sentimos un poco aliviados porque era algo que nos había mantenido pensando por varios meses. También fue un poco divertido darnos cuenta que hubiéramos iniciado con la opinión de Luis antes de dar los siguientes pasos, ahora puedo verlo, pero en ese momento las cosas fluyeron de otra forma.
Eso sí, nunca hubo ninguna explicación del porqué las rocas están alineadas de norte a sur, la única explicación posible es el azar. A veces el azar nos juega malas pasadas, creemos ver orden en el desorden porque creemos que solo el humano es capaz de ordenar de cierta manera las cosas, a veces sucede que al tirar dos dados estos caen en seis, lo mismo puede suceder si tiramos tres dados hay 1/216 probabilidades que todos caigan en seis, y no hay nada de mágico en ello o porque alguien los haya colocado así.
Posiblemente es lo que pasó en Corinto.
Pero ¿y si no?
Esta semana me enteré que Ricardo Lindo había fallecido, me llenó de pesar porque sabía que él era un gigante en un país de enanos, un hombre con una facilidad para soñar y decir lo adecuado en el momento preciso, un tipo con una brillantez y una locura tan lúcida que uno sabía de inmediato que era un hombre singular, eso lo demuestra su obra, sus poemas, sus escritos y el testimonio de quienes lo conocimos.
Siempre me sentí de cierta forma en el rincón opuesto a Ricardo, yo soy un nativo del mundo de la razón y las pruebas, de considerar solo lo que se pueda medir y concluir, pero Ricardo Lindo me tendió un puente hacia el mundo de la fantástica irracionalidad, porque para construir una nave espacial se necesitan sueños, se necesitan abrir los ojos a la imaginación y no tenerle miedo a la quimera. Por eso creo que hicimos un estupenda pareja de investigación, él siempre mantuvo opiniones y visiones tan diversas que me esforzaban a pensar más allá de mis límites mentales.
Yo siempre lo molestaba, le decía que nuestro trabajo en Corinto parecía más a un caso de los Expedientes Secretos X, con todo ese misterio de las rocas en un lugar muy enigmático, que él era Mulder que deseaba soñar y creer; y yo Scully, que aguadaba la fiesta y buscaba pruebas.
De nuevo me pregunto: Pero ¿y si no?
Porque es preciso considerar que las piedras están ubicadas dentro de un contexto cultural, todo el arte rupestre y los abrigos rocosos lo confirman. Es posible que esas formaciones geológicas sí tuvieran un origen natural, pero es difícil no suponer que estás no tuvieran importancia dentro del antiguo paisaje cultural, que no hayan sido tomadas en cuenta para realizar algún tipo de actividad humana, sean actividades ligadas a un ritual que incluso bien podría haber incluido sacrificios.
¿Observaron las estrellas desde ahí? No estoy seguro, pero los antiguos pueblos siempre observaron el cielo, dependieron del Sol, la Luna y las estrellas para llevar la cuenta del tiempo y construir sus calendarios, para conocer cuando era el tiempo de la cosecha o el mejor momento para la caza, cuando es la llegada de los vientos del norte o el aparecimiento de la lluvia; Sí, pudieron observar estrellas desde ahí, pero solo hay un rasgo astronómico y eso no es suficiente para poder afirmar tal cosa.
Las misteriosas rocas siguen en Corinto, quizás en el futuro vendrán otros investigadores que se harán las mismas preguntas que nos hicimos nosotros, vendrán con otros paradigmas y otras aproximaciones, quizás se rían un poco de nuestra ingenuidad para luego también darse de bruces con el pasado.
Pero las rocas sobrevivirán a nuestra humanidad, ellas se rigen por el tiempo geológico que es distinto al tiempo de nosotros los mortales, los que apenas podemos conjeturar sobre las piedras y sus propósitos, desde nuestra razón y desde nuestros sueños.
El gran público tiende a menospreciar la hazaña de colocar un robot en otro planeta, quizás porque en la televisión o en el cine les parece cosa fácil que una nave espacial viaje a otros planetas y aterrize.
Enviar un robot a otro mundo es uno de los mayores logros tecnológicos de nuestros tiempos y para lograrlo no solo hace falta poseer la tecnología y los materiales adecuados, también es necesario poseer el personal capacitado y experimentado que permita el éxito del misión.
Después de un viaje de seis meses la semana recién pasada la sonda europea-rusa ExoMars logró llegar al planeta Marte y hacer descender un robot en la superficie del planeta rojo. ExoMars sí logró colocarse con éxito en órbita pero la sonda robot apodada Schiaparelli, que pretendía descender en la zona llamda Meridiani Planum sufrió una falla al entrar al planeta y se estrelló en la superficie.
NASA posee en estos momentos varios vehículos en Marte, uno de ellos es el Mars Reconnaissance Orbiter MRO que se encuentra orbitando al planeta desde 2006, el MRO posee una cámara de alta resolución que permitió fotografiar la zona donde se esperaba que Schiaparelli aterrizara, lo que descubrió fue una zona oscura lo que dio pie a sospechar que el robot se estrelló en Marte a gran velocidad.
Todavía no está claro que sucedió, según la Agencia Espacial Europea ESA el paracaídas de Schiaparelli se abrió mucho antes de lo programado y los cohetes de freno se encendieron por muy poco tiempo, así que el robot se desplomó desde unos 2 kilómetros de altura hasta impactarse en la superficie, quizás explotando.
Digamos que la misión ExoMars ha tenido un 50/50 de éxito.
Las países desarrollados saben que el conocimiento es clave para el progreso y mejorar la calidad de vida de su población, siendo así la industria aeroespacial es clave para seguir siendo competitivos en un mundo cada vez más tecnológico. La naciente industria espacial privada está a punto de dar un salto de calidad y muchos países inteligentemente están apostando por el espacio, la punta de lanza donde se desarrolla la tecnología y las técnicas de vuelo es en la investigación científica, a partir de ahí la cascada de conocimientos es invertida en nuevos servicios o productos, un poco a la inversa de lo que tradicionalmente hacen nuestros países subdesarrollados, que pretenden ver productos tecnológicos antes de aprender como hacerlos.
Así que Europa debe seguir intentando descender en otro cuerpo celeste, perfeccionar su tecnología y hacer más experimentado a sus científicos e ingenieros, ya lo intentó en 2014 con el módulo Philae en el cometa 7P/Churiumov-Guerasimenko, donde fallaron los ganchos de anclaje de la sonda. Aunque Philae no se destruyó éste descendió en una zona donde sus paneles solares no recibieron la energía del Sol así que terminó por apagarse.
Ahora Schiaparelli también ha sido un revés para la ESA, hay que comprender que no es sencillo lograr un aterrizaje en otro planeta, los rusos y los estadounidenses también han sufrido fallos y decepciones hasta que al final parecen haber aprendido la técnica del descenso. La gráfica inferior realizada por NASA sirve para ilustrar las misiones robóticas exitosas y fracasadas que han visitado al planeta rojo lo que demuestra lo difícil que es colocar una nave en Marte.
El problema que ahora se enfrenta la ESA es que si recibirán apoyo económico para la siguiente misión en 2020 por parte de políticos que tradicionalmente tienen poco interés en la ciencia, en una Europa post-Brexit y con una creciente población incómoda por la inversión en tecnología y conocimiento.
Veamos que sucede, por hoy hay que sentirnos satisfechos con un éxito del 50/50.
Júpiter es el planeta más grande del sistema solar, un inmenso mundo gaseoso con un diámetro 11 veces el terrestre, si Júpiter fuera hueco podríamos meter dentro de él unas 1,300 tierras. El tamaño de Júpiter es tal que su gravedad ha logrado capturar y mantener orbitando a todo un complejo sistema de lunas que hasta el momento se cuentan en 67 satélites.
Los astrónomos Galileo Galilei y Simón Marius fueron los primeros hombres que en 1609 observaron por telescopio el movimiento de las cuatro lunas más grandes de Júpiter, las cuales fueron bautizadas en honor a las amantes del dios Zeus: Ío, Ganimedes, Europa y Calisto.
Estas lunas son tan grandes que son fáciles de observar desde la Tierra utilizando un pequeño telescopio aficionado. Su movimiento alrededor de Júpiter genera eclipses, ocultaciones y sombras que se proyectan en la cara del planeta, su observación y seguimiento así como su fotografía es una de las actividades más entretenidas de la astronomía amateur.
Cada una de estas lunas es un mundo diferente, entre ellas y Júpiter suceden fuerzas de marea tan feroces que prácticamente estos satélites son estirados y encogidos en cada órbita; algunas de ellas, en el caso de Ío, el continuo aplastamiento gravitacional ha logrado que la luna mantenga una fuerte actividad volcánica.
Pero Europa nos cuenta otra historia.
Europa es uno de los cuerpos del sistema solar más curiosos, su superficie posee pocos cráteres de impacto y hay una ausencia total de montañas o cerros, un hipotético astronauta que caminara en la superficie de Europa vería una larga planicie de hielo; eso si, resquebrajada.
Las grietas del hielo europeo son tan enormes y complejas que se extienden en ambos hemisferios como una caótica maraña de fisuras. Por eso los mapas de Europa son tan complejos y parecen no tener sentido, ante tal complicación los astrónomos planetarios tuvieron que proponer nuevos términos para tratar de comprender los accidentes geológicos europeos.
Así que llamaron líneas a las marcas largas –sean oscuras o claras- que se extienden en la superficie del satélite, mientras que los flexus son pequeñas crestas arqueadas probablemente creadas por fuerzas de marea que hacen que el hielo se expanda y se eleve un poco durante cada órbita alrededor de Júpiter. Por otro lado están las máculas que son manchas oscuras irregulares que bien podrían ser cicatrices en el hielo de un antiguo impacto meteórico.
Desde que la sonda espacial Voyager 2 alcanzó a Júpiter (1979) y se acercó lo suficiente a Europa, los geólogos planetarios comenzaron a sospechar que la corteza del hielo europeo flotaba en un océano interior. Las investigaciones de la sonda Galileo en la década de 1990 demostraron que la sospecha científica era cierta, hay un mar subterráneo, un oscuro e inaccesible océano alejado de la radiación de Júpiter, que se mantiene líquido gracias a la actividad volcánica submarina.
Arthur C. Clarke fue seducido por el descubrimiento del hielo de Europa e inmortalizó la posibilidad de vida en esta luna en su novela de ciencia ficción 2010 Odisea dos (1982). En esta obra unos astronautas chinos, rusos y estadounidenses se topan con vida extraterrestre en Europa.
2010 Odisea dos fue llevada al cine con el nombre de 2010: The Year We Make Contact (1985), dirigida por Peter Hyams y protagonizada por Roy Scheider y John Lithgow. A mi parecer 2010 es una excelente película de ciencia ficción que trata sobre la exploración planetaria, la inteligencia artificial y la posibilidad de vida en Europa, no se parece mucho a su antecesora, 2001 Odisea Espacial de Kubrik, 2010 es menos artística y más digerible para un público más amplio.
Sin ir más allá–para no dañar a quienes no la han visto- el final de la novela y la película es altamente explosivo y aparece un mensaje proveniente de una conciencia extraterrestre muy superior a la humana, transmitido gracias a la computadora Hall 9000 nos ordena: “Todos estos mundos son sus mundos, excepto europa. No intenten aterrizar allí".
Por eso pensé en 2010 cuando a finales de septiembre NASA hizo público una importante noticia sobre Europa: Estudios con el Telescopio Espacial Hubble descubrieron que la superficie de esta luna joviana se levantan penachos de vapor de agua que alcanzan los 200 kilómetros de altura, hay algo muy interesante ocurriendo en ese océano misterioso europeo.
Nadie sabe la espesura del hielo europeo, pero los penachos de agua son una fortuna para los científicos porque una posible misión hacia Europa podría consistir en tomar una muestra del agua que expulsa la luna y luego estudiarla para buscar algún indicio de vida microbiana.
¿Qué pasaría si Europa tuviera vida microbiana o algún otro tipo de vida mucho más compleja? Pues sería uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la ciencia, una increíble noticia para los biólogos porque permitiría estudiar un proceso evolutivo totalmente independiente de la Tierra, quien sabe como es su genética molecular o que adaptaciones han ocurrido en la posible fauna o flora que se descubran bajo el hielo.
Eso sí, también podría ser que el mar se encuentre estéril. En cuyo caso también es una gran noticia, en ciencia cualquier tipo de conocimiento siempre es importante. Si consideramos que el agua de los mares europeos son mayores que toda el agua del mar terrestre, es un recurso natural valiosísimo que podría estar a la disposición de futuros exploradores.
Pero si hay vida en Europa lo mejor investigarla y dejarla en paz, tal como dice la novela de Clarke no influir en su particular proceso evolutivo.
En ese caso, los demás mundos pueden ser nuestros, excepto Europa.
Aquí un vídeo explicativo que he preparado en mi canal YouTube:
Hoy (22 sept 16) es el equinoccio de otoño para el hemisferio norte y equinoccio de primavera para el hemisferio sur, una de las características de las zonas templadas del planeta es que los inviernos son bastante fríos mientras que los veranos son muy calientes, la otra característica es que poseen estaciones del año muy marcadas.
El equinoccio es un hecho astronómico que sucede por la inclinación del eje terrestre y la ubicación del planeta en su órbita alrededor del Sol, permitiendo que en este día en particular en todo el planeta el día tenga la misma duración que la noche, de ahí su nombre del latín, aequinoctium "noche igual".
A lo largo de la historia las sociedades han celebrado la llegada de las estaciones porque marcan una transformación de la naturaleza, un cambio que aunque no ocurra de inmediato, no se puede detener. Es posible que estos cambios hayan influido la construcción de nuestros mitos, quien sabe si la idea del destino tuvo que ver con el devenir de las estaciones, porque hagamos lo que hagamos la estación siempre terminará y llegará una nueva, como si tal cosa fuera prescrito.
También hay sociedades que ven la existencia como un ciclo sin fin de vida-muerte-vida, es posible que las estaciones también hayan ayudado a la establecimiento de esa creencia. Ver que los árboles pierdan su verdor en otoño y luego verlos renovarse en primavera podría haber ayudado a creer que nuestra existencia humana es una metáfora de la naturaleza.
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El año pasado emigré de El Salvador, cambiar de país es una cuestión compleja que va más allá de crear nuevas relaciones sociales y buscar un nuevo nicho económico. Migrar también es comprender la naturaleza del nuevo lugar donde nos hemos desplazado, es aprender a reconocer el canto y apariencia de otros pájaros, de percatarse que el terreno donde uno pisa es otro y que las estrellas –gracias a la latitud- se observan en otras posiciones.
Pero sobre todo es advertir que el clima es diferente.
Fuera del trópico las estaciones son muy marcadas, eso sí, se hacen gradualmente marcadas cuando nos alejamos de los trópicos Cáncer o de Capricornio hasta llegar los círculos polares (ártico o antártico). En el momento más caluroso del verano cuesta creer que en unos meses habrá tanto frío que cualquier persona podría morir congelada.
¿Cómo percatarse de ese cambio?
Una de las formas más sencillas y baratas es llevar un registro fotográfico de las estaciones; eso sí, hay que tener cierta disciplina y recordar que se debe tomar una foto del mismo lugar en una fecha y hora determinada.
Por eso me decidí desde el año pasado fotografiar la calle frente a mi apartamento, así registrar la estación del año, se que lo mejor es colocar una marca en el piso y ubicar un trípode con la cámara para captar el mismo ángulo, pero dado que se me hizo imposible en un inicio, traté de realizarlo lo mejor que pude, pero siempre respetando la hora.
Aquí están los resultados:
Las fotos muestran no solo las particularidades generales de cada estación, sino también la cantidad de luz solar que reciben las zonas templadas, durante el invierno los rayos solares son más inclinados, los días son más cortos y las noches son más largas.
Con el cambio de estaciones hay que pensar en el guardarropa, no por cuestión de moda sino por una necesidad climática. En el trópico una persona puede vivir todo el año con el mismo atuendo, pero en las zonas templadas es esencial pensar en una vestimenta para cada estación.
Es increíble observar como pasan las estaciones, si alguien es muy observador y amante de la naturaleza disfrutará cada momento del año, de las flores y los cielos azules, al calor sofocante y el profundo verdor de los árboles, así también al enrojecimiento de estos y a la llegada del implacable frío acompañado de una alfombra de nieve. Claro que mucha gente nativa considera que las estaciones son una obviedad, y hay una queja particular para cada una, que en primavera los ataca el polen, que en verano mucho calor y demasiados mosquitos, que en otoño muchas hojas, ni que decir del invierno; en invierno, hay que palear la nieve y desean lo antes posible que sea verano.
Supongo que en mi caso adaptarme a un nuevo medio pasa por comprender lo que nos rodea y observar los cambios en el clima. Me doy cuenta que a veces llegan ventiscas del norte que me recuerdan a los nostálgicos vientos de octubre en El Salvador o percatarme que no existe en inglés una palabra para definir la hojarasca.
Hojarasca que pronto comenzará a acumularse en calles y aceras.
Llegó el otoño.
La física dice que es imposible viajar más rápido que la luz, aunque existen propuestas de vehículos espaciales ultrarrápidos, ninguno considera alcanzar la velocidad de la luz y mucho menos sobrepasarla. La velocidad de la luz es la gran barrera física, se necesitaría energía infinita para lograr que una nave espacial acelerara y llegara a la velocidad de la luz, ante tal imposibilidad el viaje espacial supralumínico es un sueño.
Solo nos queda soñar que viajamos entre las estrellas y visitamos planetas extrasolares, algunos de ellos desolados e inhóspitos, pero otros quizás llenos de vida o con civilizaciones exóticas, seres inteligentes con quienes podríamos comunicarnos y compartir nuestros puntos de vista sobre la vida y el universo.
De todos los productos culturales que se han desarrollado en la época contemporánea, ha sido Star Trek que ha logrado transmitir el sueño fantástico de exploración y viajes por el espacio exterior mejor que ningún otro. La narrativa Trek inició su larga historia hace 50 años, creada por Eugene Roddenberry (1921-1991), producida por Desilu y emitida por NBC, presentó su primer capítulo “The man cage” un 8 de septiembre de 1966, capturando desde entonces la imaginación del público.
La serie de televisión original presenta las aventuras de exploradores del siglo 23 que viajan por la galaxia protagonizando curiosas e inteligentes historias, el equipo original que contaba con personajes ahora legendarios como el capitán James T. Kirk, el señor Spock, el doctor Leonard McCoy solo logró emitirse por tres temporadas, en una decisión ejecutiva que hasta ahora es polémica, la productora canceló Star Trek en su mejor momento.
Pocos años después, entre 1973 y 1974, se presentó una versión animada de la serie producida por Filmation, donde los protagonistas originales (excepto Walter Koening quien interpretaba a Pavel Chekov) hacían las voces de los personajes principales, la serie animada con algunas historias muy ingeniosas pero muy pobres en animación completan los cinco años de exploración galáctica, aunque hoy muchos de sus capítulos no se consideran dentro del canon narrativo de la serie.
En la década de 1970 el interés de los aficionados por Star Trek se había vuelto tan grande que cada año se realizaban numerosas convenciones en casi todos los Estados Unidos y Canadá, en las reuniones se invitaban a los protagonistas de la serie, se hablaba sobre la posibilidad de continuar con Star Trek mientras el Paramount Pictures (antes Desilu) hacía oídos sordos a la petición de los fanáticos. El interés fue tal que en 1976 NASA bautizó al primer prototipo del transbordador espacial con el nombre de Enterprise, en honor a la nave estelar más emblemática de la franquicia.
Fue hasta 1977 que la productora competencia de Paramount, la 20th Century Fox tuvo un gran éxito con la película Star Wars (Ahora Star Wars IV: New Hope) que los ejecutivos de Paramount consideraron a Star Trek como un proyecto potable, pero sobre todo lucrativo. A partir de ahí y se filmó Star Trek The Motion Pictures, dirigida por Robert Wise, usando a Isaac Asimov como consultor científico y con una magistral banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith que le daría un nuevo aire a la serie.
Entre 1979 y 1991 se produjeron seis películas con los mismos actores pero sobre todo manteniendo una misma línea narrativa, probablemente las más exitosas fue la segunda (The Wrath of Khan, 1982) y la última de la serie (The Undiscovered Country, 1991) la que hoy nos recuerda el final de la Guerra Fría.
En 1987 Roddenberry llevó a la pantalla de televisión una nueva propuesta que llamó Star Trek: The Next Generation TNG, la serie situaba la acción en el siglo 24, cien años después de la serie original, con personajes ahora entrañables como el capitán Jean Luc Picard y el teniente Data. TNG dejó de transmitirse en 1994 reemplazada con cuatro películas donde se contrató al mismo elenco.
Una vez fallecido Roddenberry fue el productor Rick Berman quien retomó el programa contratando a guionistas que siguieran la visión del creador de la serie. Berman creó las series que continuaron: Deep Space Nine (1993-1999), Voyager (1995-2001) y Enterprise (2001-2005). Cada una con sus personajes, estilo y sus historias particulares; eso sí, todas poseen una coherencia que le dan cuerpo al universo trekerieano.
La franquicia ha tenido sus aciertos y sus errores, la última serie Enterprise fue cancelada en 2005 bajo el argumento que la audiencia era muy pobre, aunque en lo personal me gusta mucho, con el tiempo se le ha visto mayor aprecio a sus personajes y tramas (la última película Star Trek Beyond 2016 tiene varias referencias a Enterprise). Los estudios dejaron de lado a Berman, consideraron contratar a alguien nuevo para reiniciar la franquicia, y la decisión cayó en el director J.J. Abrams quien públicamente dijo que nunca tuvo especial predilección por Star Trek.
Abrams utilizó el viaje en el tiempo y los universos paralelos para destornillar todo la narrativa que había creado The Next Generation y las siguientes series a cargo de Berman, tal afrenta no fue bien vista por muchos aficionados –me incluyo- por lo que denominaron a las nuevas películas como Universo Alternativo Abrams y muchos discuten si lo adhieren al canon de la serie, otros creen que las nuevas películas de Star Trek son versiones milenial para un público que más interés en la acción que en la historia y que no pertenecen a Star Trek, yo las he visto, las he disfrutado pero tengo claro que hay una diferencia cualitativa en la producción actual –sí, con mejores efectos y acción- con los trabajos anteriores.
CBS ha considerado lanzar en 2017 una nueva serie llamada Star Trek Discovery que supone otra precuela una década antes de la generación original, es posible que rescate los valores de Roddenberry y quede bien con la lealtad de sus aficionados.
El universo ficticio de Star Trek es muy complejo y enorme, una persona que desee ver todos los capítulos y películas le tomaría 22 días y 20 horas consecutivas, eso sin contar las novelas y los comics que han sido publicados desde finales de la década de 1960 y que aunque no se consideran dentro del canon narrativo son parte del producto Star Trek.
Mi gusto por Star Trek comenzó de niño, por el consejo de una tía muy querida quien me invitó a ver “Viaje a la Estrellas” en su emisión repetida a los lunes, miércoles y viernes a las 10 de la noche en canal 2. Quedé fascinado desde un principio, aunque ya en la década de 1980 los efectos especiales de la serie original ya se veían desfasados y hasta cómicos, el espíritu de explorar lo desconocido, la visión científica por el universo, aunado al carisma de los personajes fue lo que me enganchó.
A principios de la década de 1990 Canal 2 presentó en su horario estelar del domingo Star Trek: The Next Generation, programa que vi religiosamente hasta que fue suspendido de la programación a principios de 1994 reemplazándola por otra serie de poca monta. Canal 2 me dejó –y supongo que a muchos aficionados salvadoreños también- a la mitad de la serie, nunca se transmitieron las últimas tres temporadas, tuve que verlas al igual que las series subsecuentes de forma dispersa en televisión por cable, deuda que saldé hasta que llegaron los servicios streaming donde he logrado hilar de nuevo toda la narrativa.
Star Trek ha tenido una profunda influencia en cierto público que aprecia la exploración, la ciencia y la tecnología, es curioso como muchos exploradores y científicos se decantaron por la ciencia a partir del razonamiento fantasioso de un personaje con orejas puntiagudas, quizás la visión positiva y optimista del futuro es lo que llama la atención o que las respuestas a los problemas humanos pueden ser solucionados a partir de la valentía, la lógica, la ciencia y la tecnología, valores que asumo muchos científicos comparten, es posible que por eso mucha de nuestra tecnología actual parece adquirida de Star Trek, claro que todavía hacen falta naves teletransportación y holocubiertas.
Pero también tiene una gran significación para muchas personas que toman muy en serio la franquicia, los que son verdaderos fanáticos, que observan y estudian a detalle las nimiedades y los recovecos de la narrativa, que visten y desfilan en uniforme de Star Fleet en lugares públicos, aquellos que su moral y su visión de la realidad es a partir de ese mundo de fantasía, unas de las aristas más complejas de esta producción cultural y que tiene un interés antropológico y psicológico extraordinario. Cervantes diría que son los Alonso Quijano de nuestro tiempo, los que se dejaron llevar, no por la literatura de caballería medieval sino por la ciencia ficción futurista.
Como la franquicia ha sido el esfuerzo colectivo de cientos de guionistas que durante 50 años fueron construyendo poco a poco lo que ahora es casi un metarrelato, es clara la perspectiva occidental en los argumentos. A veces recuerda la expansión europea de los siglos XV y XVI, solo que reemplaza los barcos y los nativos, por naves espaciales y extraterrestres. En otras ocasiones los villanos simbolizan la otredad contrapuesta a occidente, en cierto momento se vislumbra atisbos de la Guerra Fría con sus oponentes soviéticos (Klingons), algo que en la actualidad ha sido reemplazada por estados totalitarios que recuerdan a Corea del Norte (Kardasianos y Romulianos) o los actuales atentados terroristas (Bajoranos y Xinti-Reptilianos en la serie Enterprise)
Star Trek también ha logrado colocar a mujeres y afroamericanos en posiciones protagónicas, a finales de la década de 1960 el personaje Nyota Uhura (Nichelle Nichols) logró que una afroamericana apareciera de igual a igual con sus contrapartes blancos, asimismo la capitán Kathryn Janeway (Kate Mulgrew) se hace cargo de una nave espacial que tiene que regresar a la Tierra desde el otro lado de la Vía Láctea, la nave Voyager es obligada a sortear una serie de peligros que recuerdan el viaje de Odiseo cuando regresaba a Ítaca. Asimismo el personaje afroamericano Benjamin Sisko (Avery Brooks) tiene que lidiar con personajes shakesperianos dentro de una dinámica muy intensa en la Deep Space 9 ubicada frente a un agujero de gusano.
A pesar que algunos protagonistas de la serie tienen origen latinoamericano (Zoe Saldana – Uhura en Star Trek 2009, Robert Beltran – Chakotay en Voyager, Ricardo Montalbán – Khan Noonien Singh en la serie original) y de pronto en algunos capítulos suenan nombres de origen latinoamericano estos no poseen una participación activa, exceptuando al personaje B'Elanna Torres (Roxann Dawson Caballero) en la serie Voyager que supone ser mitad humana mitad klingon, tampoco ningún personaje posee un acento en inglés marcado que recuerde a latinoamérica como sí lo posee el personaje ruso de Pavel Chenkov, ya que en los Estados Unidos la minoría con mayor crecimiento tiene su origen latinoamericano es posible que en las futuras versiones de la serie aparezcan algún actor procedente de centro o sur américa.
Sin duda Star Trek es una ficción muy poderosa y coherente, con héroes que se mueven entre la valentía y la curiosidad como el capitán Jonathan Archer, el estoicismo del Picard, la lógica de Spock y la frialdad de Data o Seven of Nine. Pero sobre todo es un negocio, así sucede en este sistema económico donde los productos culturales son mercancía y donde hay un ávido grupo de fanáticos e interesados que compran objetos relacionados con la serie con la necesidad de pertenecer o comunicar su particular visión del mundo. No importa como lo explique el personaje Jean Luc Picard cuando dice que en el siglo 24 ya no es necesario el dinero (TNG: First Contact) en la vida real del siglo 21 sí que lo es y para ello la serie ha creado toda una economía paralela que facilita a los aficionados y fanáticos la posibilidad de tener objetos de colección en sus manos, solo los verdaderos "trekkies" sabemos el valor de tener un pin comunicador o un tricorder en nuestras manos, un objeto que hace soñar con estas grandes epopeyas espaciales.
Porque recordemos que solo es un sueño, la premisa principal de Star Trek donde una nave viaja más rápido que la luz sin el problema de la dilatación del tiempo y otras cuestiones es hasta el momento pura fantasía, es entretenimiento, es muy difícil que exista un Zefram Cochrane que desarrolle el impulso Warp, aunque por ahí hay algunos científicos que trabajar desde la teoría física para lograr algo parecido .
Eso sí, nada nos impide soñar, Johannes Kepler utilizó el recurso del sueño en su libro Somnium (1608) para viajar a la Luna por medio de un encantamiento mágico. Kepler no podía imaginar cohetes, cápsulas y trajes espaciales, así que la magia fue su solución particular, quizás eso mismo nos sucede, el viaje a traves del universo a bordo del Enterprise o Voyager es la respuesta particular de nuestro tiempo a ese desafío técnico, de ser posible es algo que está fuera de nuestra comprensión actual.
Mientras tanto, Engage!
A diferencia de otras ciencias, la antropología permite construir un vínculo emocional muy fuerte con nuestras fuentes orales, sobre todo con nuestros informantes claves. Hace más de una década trabajé una etnografía de salvadoreños migrantes en Long Island y hasta el día de hoy siempre trato de mantener contacto con mis fuentes, les guardo un profundo respeto y amistad.
Angelita Castro nació en Jucuapa, Usulután, en el año de 1916. La conocí de toda la vida porque fue esposa de uno de mis tíos abuelos, Antonio Sánchez, de quien enviudó a mediados de la década de los noventa; es decir, Angelita era mi tía abuela política, pero más allá de lazo de parentesco afín, ella se convirtió en los últimos años en una voz recurrente cuando me dispuse a investigar la historia de Jucuapa, un municipio al que guardo un vínculo familiar que se extiende al menos hasta mediados del siglo XVIII.
Angelita nació en el contexto de la Primera Guerra Mundial, un conflicto que El Salvador se mantuvo al margen pero que sufrió de forma indirecta por las repercusiones económicas de un mundo para entonces ya globalizado. Nació en El Salvador de principios de siglo XX, un país donde el telégrafo, el ferrocarril y la luz eléctrica era para entonces la industria de punta; eso sí, un país con una tecnología más simple que la actual, pero con los mismos problemas endémicos: violencia, desigualdad y corrupción. La historia salvadoreña es una larga cadena de conflictos, contradicciones sociales y desastres naturales, tantos que se pierden en la bruma de la historia y en los silencios de los ancianos.
Angelita creció en un tiempo previo a 1932, recordaba la época de Pio Romero Bosque, Arturo Araujo y la llegada de la dictadura del General Martínez. Me hablaba como si fuera ayer de la época de Oscar Osorio, ella vio como Jucuapa pasó de ser una población de casas de adobe y bahareque, a una ciudad reconstruida por un prometedor plan gubernamental.
Para poner las cosas en contexto, Jucuapa fue destruida por dos terremotos la tarde del 6 de mayo de 1951. La catástrofe fue un punto de quiebre en la historia de la población, en mi familia y en mi historia futura. Jucuapa fue reconstruida por la administración de Oscar Osorio, un gobierno que se atribuyó los valores de la revolución de 1948 y que a mi parecer ha sido el gobierno que inauguró la modernidad en El Salvador.
La inaugura a partir de una nueva Constitución que consideraba la propiedad privada sujeta a un interés social y aseguraba de una vez por todas el voto femenino. La administración de Osorio también creó instituciones célebres como el IRA, CEPA, el IVU y el ISSS, así también mucha de la infraestructura que todavía en el siglo XXI sigue en pie y es utilizada a diario.
Angelita vivió los conflictos y las tragedias sociales, los golpes de Estado y la conmoción política que desencadenó la guerra civil de 1980, así también la posguerra que nos llevó al desangre actual. Soportó con la hidalguía de la ancianidad el bullicio que en los últimos años produjo un almacén de variedades que se construyó ilegalmente en terrenos públicos frente a su casa, y que a pesar de los continuos llamados para controlar el ruido de su publicidad nunca hizo el mayor esfuerzo por callarse.
Personalmente no creo en el infierno, pero de existir debería de tener un área especial para aquellos que mortifiquen a los ancianos.
Angelita llegó a los 100 años hace menos de tres meses, alcanzó el siglo de existencia y se convirtió en centenaria, un título que apenas le duró un par de meses porque murió hace una semana. Ahí quedó el testimonio de sus recuerdos en mis cuadernos de campo y en las grabaciones de audio, en sus palabras y en algunas de las anécdotas de tiempos extintos.
Hay una foto que una compañera de trabajo (Lorena Juárez) me tomó hace unos años cuando yo entrevistaba a Angelita en su casa en Jucuapa, por alguna razón esa imagen me vino a la mente en el momento que mi madre me comunicó su muerte. Recordé la foto porque desde mi perspectiva tiene un valor muy importante en mi condición de antropólogo durante el trabajo de campo. Fue una tarde especialmente calurosa en Jucuapa, momentos antes habíamos estado obteniendo los permisos para medir el interior de unas viviendas que construyó la gestión de Osorio y me tomé el tiempo para preguntarle a Angelita si guardaba memoria de los nombres de algunos vecinos, hablamos un rato y luego ella -o su hermana, Rosita- me ofreció algo de tomar, yo asentí, pero aproveché la pausa para ver si se acercaba una tormenta que nos afectara el regreso a San Salvador, me asomé a la ventana y solo vi el cielo azul, algunas nubes algodonadas y el meneo de las hojas del almendro de la calle.
Entonces me sentí completo, lleno de vida y realizado profesionalmente.
Siempre nos preguntamos cual era su clave para vivir tanto, un misterio que nunca logramos resolver pero que siempre terminaba entre risas, lo único que sabíamos es que nadie es tan viejo que no pueda vivir un día más, ni tan joven que no pueda morir hoy.
El 25 de mayo de 2006 publiqué en El Faro un pequeño artículo titulado “Bienvenidos al Universo”, en El Faro pretendía continuar mi labor como divulgador de la ciencia, una actividad que me había dedicado ad-honorem desde hacía varios años en otros medios de comunicación y apoyando a diferentes instituciones.
Inicié en El Faro gracias a la idea de mi gran amiga Carmen Molina Tamacas, quien entonces editaba la sección cultural de El Ágora y buscaba contenido nuevo, me pareció estupendo porque en general en las secciones de cultura siempre hay espacio para las artes, pero nunca para la ciencia. La gente considera el trabajo cultural sinónimo al arte y a las humanidades, tal visión proviene del antiguo concepto que decía que cultura eran todas aquella aspiraciones de una persona o de una sociedad en mejorarse a sí misma y refinar sus conductas, no en balde la palabra cultura está asociada etimológicamente con cultivo o cultivado. Todavía vemos que una persona que posee actitudes rudas o toscas es acusada de no tener cultura.
La antropología del siglo XIX transformó el concepto de la cultura a un complejo de saberes, creencias, conocimientos, valores totalmente humanos. Los antropólogos consideramos que no hay ser humano sin cultura, desde la antropología la ciencia es un trabajo cultural.
La idea fue bien recibida por Carlos Dada, quien entonces era director de El Faro y que al igual que Carmen son entusiastas de la ciencia. Así que con el apoyo de ambos publiqué mi primer artículo de divulgación que incluía una recomendación sobre eventos astronómicos de la semana.
Seguí escribiendo artículos de divulgación hasta que por razones laborales me retiré casi dos años, pero siempre colaboré con el periódico con alguna nota o declaración. En 2014, con intención de aumentar las opiniones dentro de El Faro, Elmer Menjivar me invitó de nuevo a escribir, en esta ocasión dentro de los blogs y aquí estoy con Cósmica.
El año pasado que estaba recopilando todos mis escritos caí en cuenta que el tiempo pasa volando, siempre nos sorprendemos de la rapidez que pasan los años. Cuando somos niños un año del colegio nos parece una eternidad pero cuando pasamos la frontera de los veinte años el tiempo parece ir más veloz ¿A qué se debe tal fenómeno? Hay varias respuestas posibles, una de ellas es que cuando crecemos y tenemos más responsabilidades (familia, trabajo, etc.) nos enfocamos tanto en lo que hacemos que todo nos parecer ir más de prisa.
Otra posible razón es que cuando nos vamos haciendo mayores obtenemos mejor comprensión del tiempo y tenemos una idea más clara de lo que representa un año, algo que los niños todavía no han desarrollado. Maximilan Keiner hace una gráfica sobre la comprensión temporal en el transcurso de una vida.
También es posible que cuando nos hacemos mayores y descubrimos el mundo, sabemos como funciona y hay menos cosas nuevas que nos sorprendan por eso sentimos el tiempo más veloz. Lo mismo sucede cuando viajamos en un carro a un sitio por primera vez, en el trayecto de ida creemos que el viaje dura casi el doble que cuando regresamos.
Sin embargo, la velocidad del tiempo es solo una percepción humana, una década equivale a 3,650 días u 87,600 horas, a menos que viajemos a velocidades cercanas a velocidad de la luz no apreciaremos la dilatación del tiempo como un fenómeno físico.
El tiempo y la velocidad de la luz son parámetros para medir distancias, esto porque en el Universo las distancias son tan enormes que medir con kilómetros o millas se vuelve complicado. Un año luz son 9 460 730 472 580,8 km, una cantidad considerable de espacio, a un año luz de distancia del Sol la mayoría de planetas del Sistema Solar serían invisibles al ojo humano y solo los planetas mayores podrían distinguirse con un telescopio. A un año luz de distancia de nuestro Sol no hay ninguna estrella, la estrella más cercana está en dirección al Sur a 4.22 años luz del Sol.
En una esfera imaginaria de 10 años luz alrededor del Sol; el tiempo que tengo en escribir en El Faro, hay muchísimo espacio, casi 4,189 años luz cúbicos, pero son pocos objetos celestes, apenas una docena de estrellas.
Hay que ampliar la imaginaria esfera a 100,000 años luz para ubicar a más estrellas, nebulosas y cúmulos estelares, a esa distancia luz ya distinguiríamos la estructura de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Y un par de millones de años luz más allá, en una esfera de 10 millones de años luz ya cabrían todas las galaxias de nuestro grupo local de galaxias, la Vía Láctea, la Galaxia de Andrómeda, la Galaxia del Triángulo y la NGC 3109 todas ellas acompañadas con más de 30 galaxias satélites.
Para observar la estructura del supercúmulo galáctico Virgo sería necesario ampliar la imaginaria burbuja a 110 millones de años luz, solo así cabría en su interior al menos unas 100 galaxias, aunque gigantesco el Supercúmulo Virgo es apenas una pequeña parte de la estructura del universo visible en expansión, una esfera en expansión de 46,500 millones de años luz.
Desde ese punto de vista, 10 años no es nada.
Podemos preguntarnos lo mismo con cualquier otra nacionalidad. En los Estados Unidos hay una permanente queja del poco involucramiento de la ciencia en la vida cotidiana del ciudadano, pero si revisamos el I+D (Investigación y Desarrollo), la calidad de las universidades, la cantidad de instituciones científicas, las patentes y la cantidad de doctorados graduados por año (alrededor de 30,000) colocan a Estados Unidos en la primera posición sobre los demás países.
China sabe que la ciencia es prioritaria, por eso en los últimos 25 años apostó mejorar sus universidades, desde entonces han colocado sus centros de estudio entre las mejores universidades del mundo. A pesar que sus publicaciones representan la mitad de las de Estados Unidos en este momento se encuentra en segundo lugar a nivel mundial sobre Inglaterra, Alemania y Japón.
Aunque Latinoamérica se ubica en la cola del desarrollo científico mundial (solo delante de África), países como Brasil, México, Colombia y Argentina poseen instituciones sólidas y respetables, continuamente comunican el conocimiento a su población, enamoran a los jóvenes para elegir una carrera en ciencia y tienen una continua actividad científica y educativa en espacios públicos (museos, observatorios, planetarios, acuarios), estos países poseen una importante capa social de científicos que participan en la vida pública nacional.
En Centro América ha sido Costa Rica el país que ha logrado construir una mejor plataforma científica. Sabemos que los ticos elevaron su índice de desarrollo humano apostándole a la educación desde hace muchos años. Hoy la UCR es una institución prestigiosa y una buena cantidad de científicos ticos trabajan el 100% de su tiempo laboral en investigaciones, logrando carreras destacables y elevando el perfil del país.
El Salvador se mantiene muy marginal en la producción científica, apenas tenemos dos programas de doctorados (uno de filosofía y otro de ciencias sociales) disponibles en el territorio, nuestro Viceministerio de Ciencia y Tecnología tiene una participación muy discreta en la vida nacional, lo mismo le sucede a nuestros científicos ¿cuándo fue la última vez que vio a un científico salvadoreño en televisión opinando sobre temas relevantes? ¿Los salvadoreños responden a los problemas nacionales utilizando el conocimiento científico?¿La ciencia es parte nuestros los valores nacionales?
El peso de nuestra historia.
La ilustración nunca permeó en nuestra sociedad, podríamos decir que pasamos a oscuras el Siglo de las Luces. Para evitar las revueltas independentistas a principios del siglo XIX, España mantuvo un estricto control sobre las publicaciones y sobre las imprentas, lo mismo hacía la Iglesia que se mantuvo vigilante ante cualquier otro punto de vista fuera de su moral católica. Los vientos liberales puso nervioso al conservadurismo decimonónico, cuestiones que hoy nos parecen tan obvias como la libertad de culto, la separación de Iglesia y Estado, el matrimonio civil y la educación laica eran temas de profunda polarización en el siglo XIX.
Las élites económicas salvadoreñas nunca han tenido un especial interés en la ciencia, su comportamiento casi feudal responde a mentalidades propias de una sociedad agraria. A mediados del siglo XX tuvieron que industrializarse y diversificarse hacia la banca, utilizaron el control gubernamental para mantener a raya la llegada de capitales extranjeros y abrigar pequeños monopolios estableciendo una especie de un progreso improductivo que terminó por estrangularlos ante la globalización a principios del siglo XXI.
A diferencia de otras naciones, las élites económicas salvadoreñas nunca invirtieron en conocimiento, no crearon fondos educativos, ni subvencionaron observatorios, museos o viajes de exploración. Si algún destacado integrante de la élite tenía un interés en la ciencia fue más por pasatiempo que por una genuina inclinación que buscara un cambio social. Es posible que supieran que un pueblo ignorante es más fácil de controlar y que posee una menor capacidad crítica, pero no llegaron a tal razonamiento producto de una reflexión académica; nunca han sido buenos para la teoría política, si lo entendieron fue a través de una moral de clase que solo pretendía legitimar la alcurnia.
Las clases medias no necesitaron la ciencia para la vida cotidiana, la división social del trabajo que primero impulsó el trabajo artesanal como su principal actividad luego devino hacia la industria del servicio donde se mantiene estancada. Los hijos de las clases medias que tienen una mayor oportunidad educativa que otras capas sociales podrían tener algún interés en dedicarse a la vida científica, pero siempre sopesan su inclinación con sus ansiado e ilusorio sueño de la movilidad social ascendente. Por eso los jóvenes clase medieros se preguntan si la ciencia y el conocimiento les dará dinero.
La clase trabajadora y los demás estratos menos afortunados se mantienen sobreviviendo el día a día entre la pobreza y los espacios marginales, sitios que en los últimos años han desbordado violencia hacia todos lados. La violencia que es la expresión del fracaso social ahora ha mutado en complejas formas que ya abarca más allá del territorio.
Debido al fracaso de mejorar los niveles de desarrollo humano, la única esperanza de la gente es emigrar hacia otros países, específicamente hacia Estados Unidos, donde la mano de obra es mejor pagada (y ahora donde se vive con mayor seguridad), la problemática nacional se hace más compleja si tomamos en cuenta que El Salvador expulsa a diario entre 200 y 300 personas, un impacto incalculable en nuestro talento humano.
La educación no fue la solución.
En 1841 se fundó la Universidad de El Salvador pero en un inicio su acceso estuvo controlado para el resto de la población (especialmente a las mujeres) fue hasta mediados del siglo XX que el estudio superior se democratizó. Pero tal despegue se vio truncado por la guerra con Honduras, el derrumbe del Mercado Común Centroamericano y el inestabilidad política de 1970 que terminó con la guerra civil de la década de 1980 y que derivó en el cierre del campus universitario.
Durante la guerra civil la demanda estudiantil fue acogida por las universidades privadas que fueron a abiertas a partir de 1980 (excepto la UCA que se fundó en 1965), cuando la guerra terminó el Ministerio de Educación tuvo que reformar la Ley de Educación Superior y cerrar aquellas universidades que no cumplían con los mínimos criterios de calidad. Sí, las universidades privadas han ampliado la oferta de estudios superiores, pero revisando su programas en general tienden a ofrecer carreras de negocios y derecho, ninguna universidad privada ofrece licenciaturas de matemática, química, física o biología, aunque sí lo hacen con la antropología y arqueología, también lo hacen con las ingenierías y las ciencias de la salud que tienen una respetable representación.
¿Por qué las universidades no ofrecen más carreras de ciencias? En general porque el mercado así se lo exige, los programas de estudio los cuales son autorizados por el Ministerio de Educación pasan por un examen previo para ver en perspectiva la necesidad de biólogos o matemáticos en el país; es decir, nos topamos con el diseño económico y social que han hecho al país un lugar de consumo y un sitio que solo puede ofrecer servicios básicos, mano de obra barata no especializada y pobremente competitiva.
El Salvador ha hecho todo posible para construir una sociedad atrasada, pasamos de ser una finca de monocultivo (primero añil y luego café) a ser una gran maquila de mano de obra barata. El mismo Estado ha dinamitado sus propios recursos y herramientas para educar a la población, se establecieron reformas educativas que buscaban crear un tipo de ciudadano que cree que las cosas ya están dadas y con poca capacidad crítica, la burocracia ha convertido las pocas instituciones que podrían aportar a la ciencia nacional en elefantes blancos.
Hay ejemplos de sobra, la gestión de Mauricio Funes hizo desparecer la TV Nacional Educativa (canal 10) y lo transformó en un canal de propaganda del Estado. El recurso televisivo de TV Educativa (que estuvo abandonado por muchas décadas por casi todos los gobiernos) mantuvo durante la década de 1980 y 1990 documentales científicos y programas educativos (yo fui muy influenciado por ellos) los cuales quedaron al margen en la versión salvadoreña de Telesur en la que hoy se transformó el canal 10.
El Viceministerio de Ciencia y Tecnología no tiene una participación activa en el canal 10, perdiendo la oportunidad de comunicar la ciencia a grandes sectores de la población, asimismo no hay un plan coherente del Estado hacia la promoción y difusión del conocimiento científico, no hay una invitación constante para que los niños y jóvenes se dediquen a la ciencia y la incluyan dentro de sus valores personales.
Valores
La ciencia debe ser un tema nacional, es preciso incluirla en las discusiones de país, no hay posibilidad de sobrevivir en el siglo XXI en la misma ignorancia en la que nos hemos mantenido desde la época colonial ¿Cómo vamos a sobrevivir el siglo del cambio climático sin el conocimiento científico? Es importante mejorar la genética de nuestros cultivos para que estos soporten sequías o inundaciones, obtener energía del mar, mejorar nuestra distribución del agua y reducir la contaminación del aire, el agua y la tierra.
El Salvadoreño promedio no tiene problemas en utilizar su teléfono celular para comunicarse, pero desconoce las bases de la comunicación inalámbrica o la naturaleza de la luz, por eso es una sociedad que prefiere consumir a innovar, tal contradicción nos cuesta subdesarrollo, un peso que cargamos y que cargarán las generaciones venideras sino hacemos algo pronto.
Es importante incluir a la ciencia entre los valores de los ciudadanos. El trabajo científico es ante todo es un trabajo social, el conocimiento científico es un producto cultural que sirve para tomar decisiones individuales y colectivas a partir de la razón, resignifica nuestro entorno dándole sentido al mundo material y nos da herramientas para sobrellevar los problemas sociales o situaciones incluso inesperadas.
Es un tema de supervivencia.