Hace un par de años, un jardinero que contraté descubrió en mi jardín una bomba volcánica (un fragmento de lava) que posiblemente había estado enterrada al menos unos 3 mil años. Siempre me pregunté ¿Cuál volcán habrá sido el responsable de haber lanzado ese fragmento?¿Habrá sido el volcán de San Salvador, el lago de Ilopango o quizás el plan de la Laguna?
Nunca pude resolver el misterio, aunque creo que con un poco más de voluntad bien hubiera podido consultar con un geólogo. El pedazo de lava sigue enterrado en mi jardín quien sabe por cuantos milenios más, quizás en el futuro no quede nadie que se pregunte por su existencia y origen, el preguntarnos por lo que nos rodea e historizar la realidad es una facultad humana.
A mi me gusta imaginarme como habría sido el lugar donde habito, donde trabajo o donde voy de paso, y siempre trato de hacerme la imagen mental de como era el lugar hace 50, 100 o 10,000 años.
En muchas ciudades del mundo la gente puede conocer cómo eran en el pasado, ya sea porque los edificios o casas se han conservado y hay poca alteración del paisaje o porque los científicos y los gobiernos han facilitado ventanas arqueológicas que permiten ver hacia atrás en el tiempo. En New York la biblioteca pública puso a disposición de los usuarios una aplicación en el celular, que utilizando el GPS del aparato se puede ver una fotografía antigua del lugar donde se esté visitando.
En México DF uno se da cuenta que bajo los edificios del siglo XIX y XX descansan los restos de la antigua Tenochtitlan, ahí están el Templo Mayor para darnos una idea del antiguo esplendor de los mexicas, así también algunas avenidas todavía siguen el antiguo trazo de los accesos que los aztecas construyeron sobre el lago de Texcoco.
En El Salvador, la ciudad de Jucuapa (Usulután) fue destruida completamente en mayo de 1951, el gobierno de Oscar Osorio la reconstruyó totalmente, levantó nuevas viviendas y edificios, que también son muy interesantes arquitectónicamente y que para estas alturas ya deberían ser incluidas dentro del patrimonio nacional. Sin embargo debajo del suelo de la moderna Jucuapa, descansan los restos de la antigua ciudad, todavía es posible ver restos donde se levantaban construcciones antes de mayo de 1951. Y hay lugares donde solo es necesario remover un poco la tierra para encontrar objetos de la primera parte del siglo XX.
Para los jucuapenses el terremoto marcó un antes y un después. A pesar que es muy importante y que todo el mundo sabe lo que ocurrió, no existe ningún espacio para el recuerdo, no hay un sitio de memoria para las nuevas generaciones, en los últimos 65 años a ningún alcalde se le ha cruzado por la cabeza que es importante recordar, porque tarde o temprano la generaciones olvidan; por ejemplo, hoy en Jucuapa nadie recuerda en que área del cementerio municipal están las fosas comunes donde se enterraron muchos de los fallecidos de los terremotos de mayo de 1951.
Hace unos días me di cuenta que la alcaldía de San Salvador está interviniendo la plaza Libertad, un sitio muy importante porque en sus alrededores se estableció la ciudad de San Salvador después que se abandonara el primer asentamiento en la zona de La Bermuda (cerca de Suchitoto) en 1545.
Vi una foto de la plaza, en este momento la maquinaria ha levantado todo el cemento y dejó al descubierto el antiguo terreno, la Secretaría de Cultura SEC consideró realizar una exploración la zona antes que los trabajos borren los posibles restos arqueológicos que se hayan preservado todos estos siglos. Lamentablemente la exploración quedó suspendida por presión de la alcaldía de San Salvador, la plaza fue cerrada por el CAM prohibiendo -a la fuerza- el ingreso de los arqueólogos de la SEC, violando la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural (ver aquí la ley).
Es una pena porque la zona de la plaza Libertad es un espacio que ha tenido poca intervención en los últimos siglos, el historiador Carlos Cañas Dinarte hizo una detallada explicación de la importancia del lugar en la Revista Factum y creo que conviene leerlo (click aquí). No hay que poseer estudios superiores para caer en cuenta que ese lugar posee una importancia científica más trascendental que la agenda política del alcalde. No se trata de evitar la mejora de la plaza Libertad, lo que los arqueólogos piden -y porque así manda la ley- es tiempo realizar una exploración, extraer y rescatar algún objeto antiguo sobreviviente o proteger los que no se puedan rescatar de futuras intervenciones.
Seamos claros, los intereses de actual alcalde no son los intereses de los historiadores, académicos y científicos ¿Por cuáles intereses se va a decantar la SEC? Por lo visto hacia los de la alcaldía. Se dice que llegaron a un acuerdo que otros lo han percibido como que le han doblado el brazo a la SEC, aparentemente los trabajos en la plaza dejarán un par de metros de zona verde para que en un futuro; quien sabe cuando, los arqueólogos puedan explorar. Absurdo.
Quién autorice desde la Secretaría de Cultura la remodelación y no permita la exploración de la plaza Libertad y le de luz verde a la alcaldía a proceder sin un estudio arqueológico y con ello destruya patrimonio arqueológico no solo estará yendo contra los intereses de la nación, contra la historia, la cultura y la ciencia, también estará cometiendo una ilegalidad.
Ilegalidad que se paga con multa y hasta cárcel.
Algunas preguntas para la reflexión:
Después de la muerte del hipopótamo –nadie está seguro de la causa- mucha gente está pidiendo en las redes sociales que la solución para evitar otras muertes de animales es que el zoológico sea cerrado permanentemente.
No estoy de acuerdo.
Aquí mis argumentos antes que comience la lluvia de piedras y tomates.
Uno de los principales problemas de nuestro país, aparte de la violencia, son los graves vacíos educativos, la mayoría de la gente tiene poco acceso e instrucción científica, incluso los que podrían tener acceso no lo hacen porque la ciencia no está dentro de los valores salvadoreños, hemos fundado cualquier tipo de sociedad, pero no una del conocimiento.
El zoológico no es un parque de diversiones, los animales no están ahí para entretener a la gente como lo ocurre en los circos –yo apoyé al movimiento que prohibía los circos con animales- la función de los zoológicos es la educación, la promoción científica y la generación del conocimiento.
Creo que la función educativa y de promoción es la que mejor hace nuestro zoológico, lo hace pese a los pocos recursos económicos y sus propias problemáticas internas. Dudo que el zoológico haya logrado dar el paso a generar conocimiento, al menos yo no he visto sus observaciones de fauna sistematizadas en artículos académicos publicados, pero estoy seguro que dentro de la institución hay gente con mucho conocimiento, biólogos y veterinarios que podrían publicar libros y artículos e intercambiar ideas con otros científicos del mundo. El zoológico también es importante en la educación de nuestros estudiantes de biólogía.
He tenido en mis manos el perfil de los usuarios del zoológico, son familias de bajos recursos, gente que no puede pagar una visita a FURESA y tampoco pagar un pasaje en bus para ir a otros sitios. El zoológico es el parque nacional más visitado de la Secretaría de Cultura sobre los museos, balnearios u otros parque privados. Un dato importante porque es el único lugar donde la mayoría de familias salvadoreñas tiene contacto con la zoología y la biología; y a la gente le encanta, aprecia a los animales y se sienten emocionalmente vinculados con ellos, eso es importante porque la conservación de la naturaleza pasa por el establecimiento de un vínculo emocional.
Creo que habría que evitar mantener ciertas especies en cautiverio, la gente es más sensible con los grandes mamíferos, como osos, hipopótamos, elefantes y leones, y da tristeza que estos se mantengan dentro de un espacio cerrado. No sucede así con otras especies, las cuales no generan demasiada sensibilidad en algunas personas, como los peces, crustáceos, insectos, arácnidos, reptiles y aves. Incluso se podrían montar campañas para observar las aves migratorias o ver a las aves locales que anidan en libertad dentro del parque.
El estudio de las aves permite comprender uno de los animales ya extintos que más apasionan al público: los dinosaurios. A las aves se les consideran descendientes directos de los dinosaurios, algunos paleontólogos y biólogos incluso llegan a considerarlos dinosaurios no extintos. El zoológico podría replantear su exposición de aves y vincularla con los dinosaurios, comprar fósiles con fines educativos o solicitar préstamos a museos extranjeros, construir modelos a escala de estos antiguos animales, solo es necesaria la voluntad política, buscar gente especializada y por supuesto fondos.
La gente siente una fascinación con la isla de los monos, quizás porque los primates que observan les recuerda a nuestra humanidad. Ese lugar es oportuno para explicar la evolución humana, enseñar que los monos y nosotros estamos vinculados a partir de un antepasado común, un ser extinto hace millones de años. Inclusive podríamos explicar como a nivel genético los humanos y primates somos muy parecidos, la gente no solo se sorprendería por la belleza y agilidad de los primates, sino que también aprendería sobre nuestra propia especie, a nivel anatómico y molecular.
Hay animales que por algún lamentable motivo ya no pueden volver a la vida salvaje, estos animales son rescatados o decomisados a traficantes, o por gente que los compra y luego no saben que hacer con ellos. Aquí hay dos posibilidades, la primera es sacrificarlos, y la segunda es sanarlos y cuidarlos dignamente, aprender de ellos, y esto lo hace el zoológico desde hace muchos años. Una gran cantidad de animales que la PNC decomisa entran y terminan en el zoológico, porque ya no pueden regresar a la naturaleza.
¿Qué hacemos con un venado herido, un mapache golpeado o un buho apedreado? Al menos yo no soy de la idea de sacrificar animales.
Hay que estar claros que los animales tienen una vida finita, para algunos es muy larga, se calcula que la tortuga Jonathan de la isla Santa Elena tiene 185 años y seguirá viva un par de años más; pero otros seres, roedores o algunos pequeños felinos, tienen una vida inferior a los 10 años. Es normal que los animales mueran en los zoológicos, lo que no es normal es que mueran por un mal cuido, por mala alimentación o por el estrés provocado al vivir recluidos en condiciones que no aptas, ni dignas.
Para estas alturas todos sabemos que el zoológico tiene profundos problemas administrativos, y al parecer los ha tenido desde hace tantos gobiernos que ya no guardamos memoria de cuando comenzó su declive.
Probablemente la cultura organizacional del zoológico esté dañada más allá del punto de no retrono, es fundamental cambiar el ambiente laboral, lo deben de hacer desde los más altos puestos directivos hasta el más humilde empleado, todos. Es preciso remover, desinstalar y derribar todos los vicios que se han acumulado todos estos años y que han terminado por impactar en la vida de los animales. Quizás para este momento las relaciones sociales internas están tan dañadas que el mismo zoológico es incapaz de replantearse un cambio de cultura organizacional, quizás ha llegado el momento de pedir ayuda de alguna organización externa especializada en resolver conflictos.
Conozco desde hace muchos años a Silvia Elena Regalado, la actual Secretaria de Cultura, es una mujer bastante serena y con ideas sensatas, si existe alguien amante de los animales es ella, es una de las personas que rescata perros, los cuida como si fueran sus niños. Lamentablemente hoy le ha tocado cargar con el estallido de esta crisis sobre todo porque involucró a un animal muy bello al cual todos le teníamos cariño, pero hay que ser claros que la muerte del hipopótamo es solo el síntoma de algo más grave que no solo está afecta al zoológico, sino que también afecta a la SEC, a los hospitales, a las empresas privadas, a los partidos políticos, a las municipalidades, a las iglesias, a las familias…
Quizás debería ser el país que habría que cerrar para abrir otro nuevo.
Confío que Silvia Elena buscará lo mejor para el zoológico, para el patrimonio y para la nación, ella está obligada porque es servidora pública, tiene que ser fuerte y decidida, soportar las presiones que vienen de arriba y estallan de abajo. Necesita mucho apoyo de la gente.
La tiene difícil en ese juego de tronos.
El recién electo presidente Donald Trump (vaya, nunca pensé que escribiría tal cosa) se encuentra organizando desde esta semana el equipo de trabajo que lo acompañará durante los próximos cuatro años.
Entre los elegidos figurará el nuevo responsable de la Administración Nacional del Aire y de Espacio NASA, reemplazando al actual administrador, Charles Boden, quien ya había adelantado que luego de la elección presidencial se retiraría del cargo.
En este momento no hay claridad quien será el designado, pero algunos sitios (SpaceNews) apuntan en dirección a Scott Pace, un destacado profesional quien trabajó en NASA durante la administración de George W. Bush, manteniéndose cercano a la industria aeroespacial desde 2008 y con buenos contactos en el sector privado. Pace es graduado del MIT y posee un doctorado de la prestigiosa escuela RAND.
Considerando que Scott Pace es un hombre que sabe de la industria espacial y es un gran entusiasta de la exploración planetaria, su elección sería lo mejor que le pudiera pasar a NASA.
Sin embargo, no todo seguiría igual en la agencia espacial.
Sabemos que los republicanos son negacionistas del cambio climático, a pesar que en este momento hay un consenso científico que confirma que el mundo está calentándose por la actividad humana, los republicanos prefieren cerrar los ojos a las pruebas y mantener una postura negacionista; por ello, ya está cantado –desde el año pasado- que NASA dejará de estudiar la Tierra y se dedicará completamente al espacio, de tal modo que la agencia ya no podrá seguir monitoreando la atmósfera, midiendo el CO2 que está vinculado directamente al calentamiento global.
La construcción del Space Launch System SLS (El cohete más potente en la historia humana) y la cápsula Orión se encuentra bastante avanzados, NASA ha recibido fondos federales autorizados por los mismos republicanos desde el Congreso así que sería bastante difícil que la administración Trump cancelara los proyectos, aunque no imposible, su suspensión sería un enorme derroche de dinero (casi 8 mil millones de dólares) y tiempo del cual se ha invertido recursos desde hace más de 5 años. Asimismo hay muchos puestos de trabajo que dependen del SLS en Texas y Florida, y algunos políticos están muy interesados en seguir manteniendo la industria aeroespacial en sus Estados. Si todo continúa según los planes, el primer lanzamiento del SLS y la cápsula Orión será en 2018.
Es posible que durante la administración Trump NASA se considere enviar humanos a la Luna que seguir desarrollando tecnología para que dentro de 20 años enviar humanos a Marte. Primero porque es mucho más económico colocar un humano en la Luna y segundo porque es el mejor paso en cuanto a ganar experiencia en otro cuerpo celeste. Así que quizás luego del vuelo de prueba de Orión en 2018 habrá algún interés en enviar una misión tripulada para orbitar a la Luna, o quizás desarrollar un módulo de descenso (parecido al Eagle) para descender en nuestro satélite. Al día de hoy no hay ningún módulo lunar construido, aunque la cápsula Orión está diseñada para poder adaptarse a uno de ser necesario. Scott Pace siempre fue un entusiasta en regresar a la Luna y luego pensar a largo plazo en Marte.
Quizás en algún momento luego de 2020 podamos ver una misión tripulada orbitando la Luna, o probablemente descendiendo (pero como ya mencioné se necesitaría la construcción de un módulo lunar). La posible misión a nuestro satélite puede que tenga algún interés científico o técnico -ganar experiencia- pero sino al menos será propagandístico, recordemos que Trump querrá demostrar que "América es grande de nuevo".
Todo apunta que la meta de colocar un humano en Marte tendrá que esperar más tiempo. Al menos por parte de Estados Unidos, ya veremos como reacciona China ante ese vacío tecnológico y pueda iniciar de nuevo una carrera espacial; eso sí, ellos tendrían que desarrollar la versión china del SLS, que considerando su actual desarrollo científico y tecnológico parece algo realizable.
No hay planes, ni rumores que den pie a sospechar que NASA abandone el espacio y mucho menos que Trump considere clausurarla, la agencia es ejemplo de prestigio estadounidense y es de gran interés estratégico ante otras potencias, algo así sería impensable. Veamos que tan generoso es la administración Trump con el presupuesto de NASA para 2018-2019, todo dependerá de eso.
Es seguro que en los siguientes años NASA continuará su presencia en la Estación Espacial Internacional, asimismo ya está listo el telescopio espacial Webb que reemplazará al Telescopio Hubble, así también varias misiones al planeta Marte y quizás autorización para la exploración del satélite Europa en Júpiter. Por cierto la misión Juno se encuentra orbitando Júpiter desde el mes de julio y en poco tiempo iniciará una misión de cinco años de exploración.
Veamos que sucederá el próximo año.
La física dice que es imposible viajar más rápido que la luz, aunque existen propuestas de vehículos espaciales ultrarrápidos, ninguno considera alcanzar la velocidad de la luz y mucho menos sobrepasarla. La velocidad de la luz es la gran barrera física, se necesitaría energía infinita para lograr que una nave espacial acelerara y llegara a la velocidad de la luz, ante tal imposibilidad el viaje espacial supralumínico es un sueño.
Solo nos queda soñar que viajamos entre las estrellas y visitamos planetas extrasolares, algunos de ellos desolados e inhóspitos, pero otros quizás llenos de vida o con civilizaciones exóticas, seres inteligentes con quienes podríamos comunicarnos y compartir nuestros puntos de vista sobre la vida y el universo.
De todos los productos culturales que se han desarrollado en la época contemporánea, ha sido Star Trek que ha logrado transmitir el sueño fantástico de exploración y viajes por el espacio exterior mejor que ningún otro. La narrativa Trek inició su larga historia hace 50 años, creada por Eugene Roddenberry (1921-1991), producida por Desilu y emitida por NBC, presentó su primer capítulo “The man cage” un 8 de septiembre de 1966, capturando desde entonces la imaginación del público.
La serie de televisión original presenta las aventuras de exploradores del siglo 23 que viajan por la galaxia protagonizando curiosas e inteligentes historias, el equipo original que contaba con personajes ahora legendarios como el capitán James T. Kirk, el señor Spock, el doctor Leonard McCoy solo logró emitirse por tres temporadas, en una decisión ejecutiva que hasta ahora es polémica, la productora canceló Star Trek en su mejor momento.
Pocos años después, entre 1973 y 1974, se presentó una versión animada de la serie producida por Filmation, donde los protagonistas originales (excepto Walter Koening quien interpretaba a Pavel Chekov) hacían las voces de los personajes principales, la serie animada con algunas historias muy ingeniosas pero muy pobres en animación completan los cinco años de exploración galáctica, aunque hoy muchos de sus capítulos no se consideran dentro del canon narrativo de la serie.
En la década de 1970 el interés de los aficionados por Star Trek se había vuelto tan grande que cada año se realizaban numerosas convenciones en casi todos los Estados Unidos y Canadá, en las reuniones se invitaban a los protagonistas de la serie, se hablaba sobre la posibilidad de continuar con Star Trek mientras el Paramount Pictures (antes Desilu) hacía oídos sordos a la petición de los fanáticos. El interés fue tal que en 1976 NASA bautizó al primer prototipo del transbordador espacial con el nombre de Enterprise, en honor a la nave estelar más emblemática de la franquicia.
Fue hasta 1977 que la productora competencia de Paramount, la 20th Century Fox tuvo un gran éxito con la película Star Wars (Ahora Star Wars IV: New Hope) que los ejecutivos de Paramount consideraron a Star Trek como un proyecto potable, pero sobre todo lucrativo. A partir de ahí y se filmó Star Trek The Motion Pictures, dirigida por Robert Wise, usando a Isaac Asimov como consultor científico y con una magistral banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith que le daría un nuevo aire a la serie.
Entre 1979 y 1991 se produjeron seis películas con los mismos actores pero sobre todo manteniendo una misma línea narrativa, probablemente las más exitosas fue la segunda (The Wrath of Khan, 1982) y la última de la serie (The Undiscovered Country, 1991) la que hoy nos recuerda el final de la Guerra Fría.
En 1987 Roddenberry llevó a la pantalla de televisión una nueva propuesta que llamó Star Trek: The Next Generation TNG, la serie situaba la acción en el siglo 24, cien años después de la serie original, con personajes ahora entrañables como el capitán Jean Luc Picard y el teniente Data. TNG dejó de transmitirse en 1994 reemplazada con cuatro películas donde se contrató al mismo elenco.
Una vez fallecido Roddenberry fue el productor Rick Berman quien retomó el programa contratando a guionistas que siguieran la visión del creador de la serie. Berman creó las series que continuaron: Deep Space Nine (1993-1999), Voyager (1995-2001) y Enterprise (2001-2005). Cada una con sus personajes, estilo y sus historias particulares; eso sí, todas poseen una coherencia que le dan cuerpo al universo trekerieano.
La franquicia ha tenido sus aciertos y sus errores, la última serie Enterprise fue cancelada en 2005 bajo el argumento que la audiencia era muy pobre, aunque en lo personal me gusta mucho, con el tiempo se le ha visto mayor aprecio a sus personajes y tramas (la última película Star Trek Beyond 2016 tiene varias referencias a Enterprise). Los estudios dejaron de lado a Berman, consideraron contratar a alguien nuevo para reiniciar la franquicia, y la decisión cayó en el director J.J. Abrams quien públicamente dijo que nunca tuvo especial predilección por Star Trek.
Abrams utilizó el viaje en el tiempo y los universos paralelos para destornillar todo la narrativa que había creado The Next Generation y las siguientes series a cargo de Berman, tal afrenta no fue bien vista por muchos aficionados –me incluyo- por lo que denominaron a las nuevas películas como Universo Alternativo Abrams y muchos discuten si lo adhieren al canon de la serie, otros creen que las nuevas películas de Star Trek son versiones milenial para un público que más interés en la acción que en la historia y que no pertenecen a Star Trek, yo las he visto, las he disfrutado pero tengo claro que hay una diferencia cualitativa en la producción actual –sí, con mejores efectos y acción- con los trabajos anteriores.
CBS ha considerado lanzar en 2017 una nueva serie llamada Star Trek Discovery que supone otra precuela una década antes de la generación original, es posible que rescate los valores de Roddenberry y quede bien con la lealtad de sus aficionados.
El universo ficticio de Star Trek es muy complejo y enorme, una persona que desee ver todos los capítulos y películas le tomaría 22 días y 20 horas consecutivas, eso sin contar las novelas y los comics que han sido publicados desde finales de la década de 1960 y que aunque no se consideran dentro del canon narrativo son parte del producto Star Trek.
Mi gusto por Star Trek comenzó de niño, por el consejo de una tía muy querida quien me invitó a ver “Viaje a la Estrellas” en su emisión repetida a los lunes, miércoles y viernes a las 10 de la noche en canal 2. Quedé fascinado desde un principio, aunque ya en la década de 1980 los efectos especiales de la serie original ya se veían desfasados y hasta cómicos, el espíritu de explorar lo desconocido, la visión científica por el universo, aunado al carisma de los personajes fue lo que me enganchó.
A principios de la década de 1990 Canal 2 presentó en su horario estelar del domingo Star Trek: The Next Generation, programa que vi religiosamente hasta que fue suspendido de la programación a principios de 1994 reemplazándola por otra serie de poca monta. Canal 2 me dejó –y supongo que a muchos aficionados salvadoreños también- a la mitad de la serie, nunca se transmitieron las últimas tres temporadas, tuve que verlas al igual que las series subsecuentes de forma dispersa en televisión por cable, deuda que saldé hasta que llegaron los servicios streaming donde he logrado hilar de nuevo toda la narrativa.
Star Trek ha tenido una profunda influencia en cierto público que aprecia la exploración, la ciencia y la tecnología, es curioso como muchos exploradores y científicos se decantaron por la ciencia a partir del razonamiento fantasioso de un personaje con orejas puntiagudas, quizás la visión positiva y optimista del futuro es lo que llama la atención o que las respuestas a los problemas humanos pueden ser solucionados a partir de la valentía, la lógica, la ciencia y la tecnología, valores que asumo muchos científicos comparten, es posible que por eso mucha de nuestra tecnología actual parece adquirida de Star Trek, claro que todavía hacen falta naves teletransportación y holocubiertas.
Pero también tiene una gran significación para muchas personas que toman muy en serio la franquicia, los que son verdaderos fanáticos, que observan y estudian a detalle las nimiedades y los recovecos de la narrativa, que visten y desfilan en uniforme de Star Fleet en lugares públicos, aquellos que su moral y su visión de la realidad es a partir de ese mundo de fantasía, unas de las aristas más complejas de esta producción cultural y que tiene un interés antropológico y psicológico extraordinario. Cervantes diría que son los Alonso Quijano de nuestro tiempo, los que se dejaron llevar, no por la literatura de caballería medieval sino por la ciencia ficción futurista.
Como la franquicia ha sido el esfuerzo colectivo de cientos de guionistas que durante 50 años fueron construyendo poco a poco lo que ahora es casi un metarrelato, es clara la perspectiva occidental en los argumentos. A veces recuerda la expansión europea de los siglos XV y XVI, solo que reemplaza los barcos y los nativos, por naves espaciales y extraterrestres. En otras ocasiones los villanos simbolizan la otredad contrapuesta a occidente, en cierto momento se vislumbra atisbos de la Guerra Fría con sus oponentes soviéticos (Klingons), algo que en la actualidad ha sido reemplazada por estados totalitarios que recuerdan a Corea del Norte (Kardasianos y Romulianos) o los actuales atentados terroristas (Bajoranos y Xinti-Reptilianos en la serie Enterprise)
Star Trek también ha logrado colocar a mujeres y afroamericanos en posiciones protagónicas, a finales de la década de 1960 el personaje Nyota Uhura (Nichelle Nichols) logró que una afroamericana apareciera de igual a igual con sus contrapartes blancos, asimismo la capitán Kathryn Janeway (Kate Mulgrew) se hace cargo de una nave espacial que tiene que regresar a la Tierra desde el otro lado de la Vía Láctea, la nave Voyager es obligada a sortear una serie de peligros que recuerdan el viaje de Odiseo cuando regresaba a Ítaca. Asimismo el personaje afroamericano Benjamin Sisko (Avery Brooks) tiene que lidiar con personajes shakesperianos dentro de una dinámica muy intensa en la Deep Space 9 ubicada frente a un agujero de gusano.
A pesar que algunos protagonistas de la serie tienen origen latinoamericano (Zoe Saldana – Uhura en Star Trek 2009, Robert Beltran – Chakotay en Voyager, Ricardo Montalbán – Khan Noonien Singh en la serie original) y de pronto en algunos capítulos suenan nombres de origen latinoamericano estos no poseen una participación activa, exceptuando al personaje B'Elanna Torres (Roxann Dawson Caballero) en la serie Voyager que supone ser mitad humana mitad klingon, tampoco ningún personaje posee un acento en inglés marcado que recuerde a latinoamérica como sí lo posee el personaje ruso de Pavel Chenkov, ya que en los Estados Unidos la minoría con mayor crecimiento tiene su origen latinoamericano es posible que en las futuras versiones de la serie aparezcan algún actor procedente de centro o sur américa.
Sin duda Star Trek es una ficción muy poderosa y coherente, con héroes que se mueven entre la valentía y la curiosidad como el capitán Jonathan Archer, el estoicismo del Picard, la lógica de Spock y la frialdad de Data o Seven of Nine. Pero sobre todo es un negocio, así sucede en este sistema económico donde los productos culturales son mercancía y donde hay un ávido grupo de fanáticos e interesados que compran objetos relacionados con la serie con la necesidad de pertenecer o comunicar su particular visión del mundo. No importa como lo explique el personaje Jean Luc Picard cuando dice que en el siglo 24 ya no es necesario el dinero (TNG: First Contact) en la vida real del siglo 21 sí que lo es y para ello la serie ha creado toda una economía paralela que facilita a los aficionados y fanáticos la posibilidad de tener objetos de colección en sus manos, solo los verdaderos "trekkies" sabemos el valor de tener un pin comunicador o un tricorder en nuestras manos, un objeto que hace soñar con estas grandes epopeyas espaciales.
Porque recordemos que solo es un sueño, la premisa principal de Star Trek donde una nave viaja más rápido que la luz sin el problema de la dilatación del tiempo y otras cuestiones es hasta el momento pura fantasía, es entretenimiento, es muy difícil que exista un Zefram Cochrane que desarrolle el impulso Warp, aunque por ahí hay algunos científicos que trabajar desde la teoría física para lograr algo parecido .
Eso sí, nada nos impide soñar, Johannes Kepler utilizó el recurso del sueño en su libro Somnium (1608) para viajar a la Luna por medio de un encantamiento mágico. Kepler no podía imaginar cohetes, cápsulas y trajes espaciales, así que la magia fue su solución particular, quizás eso mismo nos sucede, el viaje a traves del universo a bordo del Enterprise o Voyager es la respuesta particular de nuestro tiempo a ese desafío técnico, de ser posible es algo que está fuera de nuestra comprensión actual.
Mientras tanto, Engage!