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Hace un par de años, un jardinero que contraté descubrió en mi jardín una bomba volcánica (un fragmento de lava) que posiblemente había estado enterrada al menos unos 3 mil años. Siempre me pregunté ¿Cuál volcán habrá sido el responsable de haber lanzado ese fragmento?¿Habrá sido el volcán de San Salvador, el lago de Ilopango o quizás el plan de la Laguna?
Nunca pude resolver el misterio, aunque creo que con un poco más de voluntad bien hubiera podido consultar con un geólogo. El pedazo de lava sigue enterrado en mi jardín quien sabe por cuantos milenios más, quizás en el futuro no quede nadie que se pregunte por su existencia y origen, el preguntarnos por lo que nos rodea e historizar la realidad es una facultad humana.
A mi me gusta imaginarme como habría sido el lugar donde habito, donde trabajo o donde voy de paso, y siempre trato de hacerme la imagen mental de como era el lugar hace 50, 100 o 10,000 años.
En muchas ciudades del mundo la gente puede conocer cómo eran en el pasado, ya sea porque los edificios o casas se han conservado y hay poca alteración del paisaje o porque los científicos y los gobiernos han facilitado ventanas arqueológicas que permiten ver hacia atrás en el tiempo. En New York la biblioteca pública puso a disposición de los usuarios una aplicación en el celular, que utilizando el GPS del aparato se puede ver una fotografía antigua del lugar donde se esté visitando.
En México DF uno se da cuenta que bajo los edificios del siglo XIX y XX descansan los restos de la antigua Tenochtitlan, ahí están el Templo Mayor para darnos una idea del antiguo esplendor de los mexicas, así también algunas avenidas todavía siguen el antiguo trazo de los accesos que los aztecas construyeron sobre el lago de Texcoco.
En El Salvador, la ciudad de Jucuapa (Usulután) fue destruida completamente en mayo de 1951, el gobierno de Oscar Osorio la reconstruyó totalmente, levantó nuevas viviendas y edificios, que también son muy interesantes arquitectónicamente y que para estas alturas ya deberían ser incluidas dentro del patrimonio nacional. Sin embargo debajo del suelo de la moderna Jucuapa, descansan los restos de la antigua ciudad, todavía es posible ver restos donde se levantaban construcciones antes de mayo de 1951. Y hay lugares donde solo es necesario remover un poco la tierra para encontrar objetos de la primera parte del siglo XX.
Para los jucuapenses el terremoto marcó un antes y un después. A pesar que es muy importante y que todo el mundo sabe lo que ocurrió, no existe ningún espacio para el recuerdo, no hay un sitio de memoria para las nuevas generaciones, en los últimos 65 años a ningún alcalde se le ha cruzado por la cabeza que es importante recordar, porque tarde o temprano la generaciones olvidan; por ejemplo, hoy en Jucuapa nadie recuerda en que área del cementerio municipal están las fosas comunes donde se enterraron muchos de los fallecidos de los terremotos de mayo de 1951.
Hace unos días me di cuenta que la alcaldía de San Salvador está interviniendo la plaza Libertad, un sitio muy importante porque en sus alrededores se estableció la ciudad de San Salvador después que se abandonara el primer asentamiento en la zona de La Bermuda (cerca de Suchitoto) en 1545.
Vi una foto de la plaza, en este momento la maquinaria ha levantado todo el cemento y dejó al descubierto el antiguo terreno, la Secretaría de Cultura SEC consideró realizar una exploración la zona antes que los trabajos borren los posibles restos arqueológicos que se hayan preservado todos estos siglos. Lamentablemente la exploración quedó suspendida por presión de la alcaldía de San Salvador, la plaza fue cerrada por el CAM prohibiendo -a la fuerza- el ingreso de los arqueólogos de la SEC, violando la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural (ver aquí la ley).
Es una pena porque la zona de la plaza Libertad es un espacio que ha tenido poca intervención en los últimos siglos, el historiador Carlos Cañas Dinarte hizo una detallada explicación de la importancia del lugar en la Revista Factum y creo que conviene leerlo (click aquí). No hay que poseer estudios superiores para caer en cuenta que ese lugar posee una importancia científica más trascendental que la agenda política del alcalde. No se trata de evitar la mejora de la plaza Libertad, lo que los arqueólogos piden -y porque así manda la ley- es tiempo realizar una exploración, extraer y rescatar algún objeto antiguo sobreviviente o proteger los que no se puedan rescatar de futuras intervenciones.
Seamos claros, los intereses de actual alcalde no son los intereses de los historiadores, académicos y científicos ¿Por cuáles intereses se va a decantar la SEC? Por lo visto hacia los de la alcaldía. Se dice que llegaron a un acuerdo que otros lo han percibido como que le han doblado el brazo a la SEC, aparentemente los trabajos en la plaza dejarán un par de metros de zona verde para que en un futuro; quien sabe cuando, los arqueólogos puedan explorar. Absurdo.
Quién autorice desde la Secretaría de Cultura la remodelación y no permita la exploración de la plaza Libertad y le de luz verde a la alcaldía a proceder sin un estudio arqueológico y con ello destruya patrimonio arqueológico no solo estará yendo contra los intereses de la nación, contra la historia, la cultura y la ciencia, también estará cometiendo una ilegalidad.
Ilegalidad que se paga con multa y hasta cárcel.
Algunas preguntas para la reflexión:
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