« La estrella de Belén | Inicio | Otros mundos »
“We’re Going to Build a Wall”
Donald Trump
45° presidente de Estados Unidos
“Guard against the impostures of pretended patriotism”
George Washington
1° presidente de Estados Unidos
En el libro “Pale Blue Dot” el astrónomo y promotor científico Carl Sagan hacía una interesante reflexión a partir de la fotografía obtenida por la sonda espacial Voyager 1. La imagen en cuestión es una panorámica del Sistema Solar tomada el 14 de febrero de 1990 a 6 mil millones de kilómetros de la Tierra y enviada a la Tierra por medio de una señal de radio.
A esa distancia nuestro planeta se observa como un pequeñísimo punto pálido, tan pequeño que el destello de nuestra estrella, el Sol, hace difícil ubicarlo.
Sagan reflexionaba sobre nuestros prejuicios humanos, pretensiones e ideas nacionalistas a partir de esa fotografía. Él decía que las grandes naciones, los orgullosos imperios y sus encumbrados líderes apenas gobiernan o han gobernado una porción de ese punto, una fracción de una mota de polvo perdida en el universo.
Los vientos nacionalistas que otra vez soplan con fuerza y buscan endurecer las fronteras entre los países, discriminar a la gente por su origen, color de piel, religión o sexualidad (y quien sabe que cosas más) nos obliga a ver de nuevo la foto del punto azul pálido y pensar que no existe cosa más absurda que crear parcelas y muros en este pequeño mundo.
La ciencia también ha demostrado que las razas no existen, todos los seres humanos somos prácticamente lo mismo: Homo Sapiens Sapiens. Existen diferencias genéticas entre cada uno de nosotros; eso sí, y es la responsable de darnos nuestra particular apariencia. Pero no hay una diferencia genética en función al concepto de raza, un africano y un noruego pueden parecernos muy diferentes a la vista, pero genéticamente son miembros de la misma especie. La raza es una invención social que ha normado y justificado masacres, violencia, abusos y segregaciones.
Por supuesto que muchas diferencias entre nosotros, tenemos diferentes opiniones y visiones del mundo, así también diferencias religiosas, políticas, económicas y tenemos una gran variedad de expresiones artísticas, lingüísticas y comportamientos. Las costumbres de los pueblos constituye la riqueza patrimonial de nuestra especie, el patrimonio material e inmaterial producido por nuestras mentes es un elemento de valor, que aporta a las sociedad más que segregarla. De nuevo hemos llegado a ver la diversidad cultural como una amenaza más que como un valor.
Es el momento que la antropología hable y nos cuente que la diversidad es justamente de lo que estamos hechos, que no hay culturas puras, todo es un intercambio de información, memoria y costumbres, es la parte inmaterial de lo cual estamos hechos los humanos. Muchas sociedades viven en una especie de burbuja cerrada hacia la diversidad, pero si nos ponemos claros notaremos que nuestras religiones, el arte, la economía, los mitos, la ciencia e incluso la gastronomía es producto de los intercambios culturales que se han dado a través de la historia.
Somos humamos, esa es nuestra única “raza” y si existe una patria esa es nuestro planeta, una mota de polvo en el océano cósmico.
Los comentarios de esta entrada están cerrados.
Comentarios
You can follow this conversation by subscribing to the comment feed for this post.