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El recién electo presidente Donald Trump (vaya, nunca pensé que escribiría tal cosa) se encuentra organizando desde esta semana el equipo de trabajo que lo acompañará durante los próximos cuatro años.
Entre los elegidos figurará el nuevo responsable de la Administración Nacional del Aire y de Espacio NASA, reemplazando al actual administrador, Charles Boden, quien ya había adelantado que luego de la elección presidencial se retiraría del cargo.
En este momento no hay claridad quien será el designado, pero algunos sitios (SpaceNews) apuntan en dirección a Scott Pace, un destacado profesional quien trabajó en NASA durante la administración de George W. Bush, manteniéndose cercano a la industria aeroespacial desde 2008 y con buenos contactos en el sector privado. Pace es graduado del MIT y posee un doctorado de la prestigiosa escuela RAND.
Considerando que Scott Pace es un hombre que sabe de la industria espacial y es un gran entusiasta de la exploración planetaria, su elección sería lo mejor que le pudiera pasar a NASA.
Sin embargo, no todo seguiría igual en la agencia espacial.
Sabemos que los republicanos son negacionistas del cambio climático, a pesar que en este momento hay un consenso científico que confirma que el mundo está calentándose por la actividad humana, los republicanos prefieren cerrar los ojos a las pruebas y mantener una postura negacionista; por ello, ya está cantado –desde el año pasado- que NASA dejará de estudiar la Tierra y se dedicará completamente al espacio, de tal modo que la agencia ya no podrá seguir monitoreando la atmósfera, midiendo el CO2 que está vinculado directamente al calentamiento global.
La construcción del Space Launch System SLS (El cohete más potente en la historia humana) y la cápsula Orión se encuentra bastante avanzados, NASA ha recibido fondos federales autorizados por los mismos republicanos desde el Congreso así que sería bastante difícil que la administración Trump cancelara los proyectos, aunque no imposible, su suspensión sería un enorme derroche de dinero (casi 8 mil millones de dólares) y tiempo del cual se ha invertido recursos desde hace más de 5 años. Asimismo hay muchos puestos de trabajo que dependen del SLS en Texas y Florida, y algunos políticos están muy interesados en seguir manteniendo la industria aeroespacial en sus Estados. Si todo continúa según los planes, el primer lanzamiento del SLS y la cápsula Orión será en 2018.
Es posible que durante la administración Trump NASA se considere enviar humanos a la Luna que seguir desarrollando tecnología para que dentro de 20 años enviar humanos a Marte. Primero porque es mucho más económico colocar un humano en la Luna y segundo porque es el mejor paso en cuanto a ganar experiencia en otro cuerpo celeste. Así que quizás luego del vuelo de prueba de Orión en 2018 habrá algún interés en enviar una misión tripulada para orbitar a la Luna, o quizás desarrollar un módulo de descenso (parecido al Eagle) para descender en nuestro satélite. Al día de hoy no hay ningún módulo lunar construido, aunque la cápsula Orión está diseñada para poder adaptarse a uno de ser necesario. Scott Pace siempre fue un entusiasta en regresar a la Luna y luego pensar a largo plazo en Marte.
Quizás en algún momento luego de 2020 podamos ver una misión tripulada orbitando la Luna, o probablemente descendiendo (pero como ya mencioné se necesitaría la construcción de un módulo lunar). La posible misión a nuestro satélite puede que tenga algún interés científico o técnico -ganar experiencia- pero sino al menos será propagandístico, recordemos que Trump querrá demostrar que "América es grande de nuevo".
Todo apunta que la meta de colocar un humano en Marte tendrá que esperar más tiempo. Al menos por parte de Estados Unidos, ya veremos como reacciona China ante ese vacío tecnológico y pueda iniciar de nuevo una carrera espacial; eso sí, ellos tendrían que desarrollar la versión china del SLS, que considerando su actual desarrollo científico y tecnológico parece algo realizable.
No hay planes, ni rumores que den pie a sospechar que NASA abandone el espacio y mucho menos que Trump considere clausurarla, la agencia es ejemplo de prestigio estadounidense y es de gran interés estratégico ante otras potencias, algo así sería impensable. Veamos que tan generoso es la administración Trump con el presupuesto de NASA para 2018-2019, todo dependerá de eso.
Es seguro que en los siguientes años NASA continuará su presencia en la Estación Espacial Internacional, asimismo ya está listo el telescopio espacial Webb que reemplazará al Telescopio Hubble, así también varias misiones al planeta Marte y quizás autorización para la exploración del satélite Europa en Júpiter. Por cierto la misión Juno se encuentra orbitando Júpiter desde el mes de julio y en poco tiempo iniciará una misión de cinco años de exploración.
Veamos que sucederá el próximo año.
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